Luego de 11 meses plagados de éxitos rutilantes en ambos circuitos, el tenis italiano concluye una temporada soñada y prácticamente inmejorable con las coronaciones en la Billie Jean King Cup y la Copa Davis, bajándole la persiana a uno de los mejores años de su historia.
Pese a que Jannik Sinner (1°) se adueña indiscutiblemente de las primeras planas, a raíz de sus consagraciones en el Abierto de Australia, US Open, ATP Finals, Miami, Cincinnati, Shanghai, Halle y Rotterdam, su estreno absoluto en la cima del ranking y su bicampeonato en el máximo evento de naciones, la "azzurra" también disfrutó un altísimo nivel de Jasmine Paolini (4°), que se proclamó en Dubai y sorprendió a propios y extraños al acceder a las finales de Roland Garros y Wimbledon para convertirse en la grata revelación de la temporada.
La nacida en Castelnuovo di Garfagnana, quien jamás había superado segunda ronda en un torneo Grand Slam, afianzaría aún más la dupla de fuste con su compatriota Sara Errani (9° en dobles) durante 2024, colgándose la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de París, proclamándose en Roma, Beijing y Linz, avanzando hasta la definición en Roland Garros y levantando por quinta ocasión el trofeo de países.
Como si aún no fuese suficiente, la mencionada Errani trasladaría su dominio hacia dobles mixto, dando la nota con su coterráneo Andrea Vavassori (9°) en pareja masculina al alzar el título en el US Open para transformarse en apenas la tercera fórmula de su nacionalidad en erigirse en un Major en la modalidad, primera desde 1986.
No obstante, el inolvidable calendario sumaría otro capítulo dorado porque Vavassori haría de las suyas con su habitual ladero Simone Bolelli (11° en dobles), convirtiéndose en reyes absolutos en Beijing, Halle y Buenos Aires, y fallando en la instancia decisiva en el Abierto de Australia y Roland Garros.
Cabe destacar que Sinner no sería el único representante destacado en singles, producto del año consagratorio de Lorenzo Musetti (17°), que se adueñaría de la presea bronceada en la capital gala y se metería entre los cuatro mejores en Wimbledon, del asombroso regreso de Matteo Berrettini (31°), el cual dejaría atras las lesiones, ensayaría su probado nivel al gritar campeón en Marrakech, Gstaad y Kitzbuhel, y transformarse en pieza clave en la Copa Davis, la aparición de Luciano Darderi (44°), quien estrenaría su palmarés en Córdoba, y la regularidad de Lorenzo Sonego (53°), que sumaría otra copa al consagrarse en Winston-Salem.
De esta manera, Italia cierra una temporada que seguramente será difícil de igualar, totalizando 20 títulos en el máximo nivel, ocho finales en torneos Grand Slam, dos medallas olímpicas, y sendos campeonatos mundiales en la BJK Cup y la Copa Davis. ¿Podrá repetir semejante desempeño en 2025?