<
>

Diego Schwartzman, una historia de superación

Detrás de todo gran tenista hay una historia y a veces es importante recurrir al pasado para entender el presente. Diego Schwartzman es un magnífico ejemplo de positivismo y de crecimiento sostenido a lo largo del tiempo.

“Cuando entro a una cancha de tenis no pienso en lo alto que soy o cuánto más grande es mi oponente. Sé que hay una diferencia, pero ¿y qué? Tal vez si fuera 10 o 15 centímetros más alto tendría un mejor saque o podría golpear más fuerte. Pero mi altura no va a cambiar", expresó en alguna oportunidad respecto a esa estatura que llamó la atención alguna vez peor ya no.

"Soy un afortunado", destacó aquella vez y cada palabra pisó por encima a la siguiente. "Pase lo que pase en mi carrera no se compara con lo que mis antepasados soportaron". Escape de un campo de concentración durante el Holocausto sumado a un periplo interminable que los depositó en Argentina llaman a la reflexión del Peque. "Tengo muchas razones por las cuales no hubiera llegado a ser tenista profesional, y ninguna de ellas tiene que ver con mi altura".

"No soy el único que se ha enfrentado a la adversidad. Hay que intentar que los malos momentos no te desanimen y poder usarlos como motivación para ayudarte a transformar algo malo en algo bueno", esa es la claridad conceptual que después despliega en la cancha. La que lo llevó a ganar tres títulos ATP y a estar confinado en el puesto 13 del ranking mundial. Aunque seguramente él habrá ganado desde antes de salir a la cancha.