Luka Doncic tuvo un día perfecto. Un partido brillante en la victoria de Los Angeles Lakers 123-100 como visitante sobre Denver Nuggets. El 77 se lució en ataque: 32 puntos, con 10 de 22 en tiros de campo y 4 de 9 en triples, y 7 asistencias. Además aportó 10 rebotes, 4 robos y un tapón. El esloveno disfrutó de su primera gran actuación vestido con el uniforme púrpura y oro.
La música de la noche la puso Doncic, frontman de los Lakers por primera vez. De la mano del esloveno, le pondremos música a su partido en un homenaje al disco Un día perfecto, de la legendaria banda de punk rock argentina Attaque 77. Sí, 77, el número de Luka.
Cambios. "Nada es inalterable, nada definitivo, solo el cambio es lo único que permanece en el tiempo...", canta Ciro Pertusi en la primera canción del álbum. Desde el cambio de equipo que revolucionó la NBA, Doncic se mostró auténtico por primera vez en este duelo en Denver. Dirigió el juego, se hizo dueño de la pelota, les protestó a los árbitros, festejó sus aciertos con fervor y hasta le dedicó un triple a un fanático de los Nuggets.
"Estamos viendo al Doncic de todos los tiempos", dijo Ernesto Jeréz en la transmisión de ESPN, que se puede volver a ver por Disney+.
Crecer. No hay dudas, este partido fue un paso al frente de Luka en los Lakers. Definitivamente, un crecimiento. En sus tres encuentros anteriores, el esloveno había promediado 14,6 puntos. En la noche del sábado, anotó más del doble. Pero eso no fue todo: LeBron James le cedió el protagonismo, lo dejó ser. La pelota estuvo en las manos de Doncic , quien controló el ritmo de juego. Un traspaso del testamento hacia el futuro de la franquicia.
Áspero. El partido en la altura de Denver se presentaba muy complicado para los Lakers. Áspero. Los Nuggets habían ganado 13 de los últimos 14 duelos entre estos dos equipos. Hasta que Luka tuvo su día perfecto.
Piscis. El esloveno, nacido el 28 de febrero de 1999 bajo el signo de Piscis, ya tiene 89 partidos en su carrera con al menos 30 puntos, 10 rebotes y 5 asistencias. El segundo que más veces lo hizo en la historia de la NBA con 25 años o menos, solo superado por Oscar Robertson (118 encuentros).
Cinco. Luka comenzó a filtrar su nombre en la historia de los Lakers. Solo cinco jugadores en la historia de la franquicia consiguieron al menos 30 puntos, 10 rebotes, 5 asistencias y 4 robos en un juego. Se sumó a Kareem Abdul-Jabbar, Magic Johnson, LeBron James y Anthony Davis.
Onírico. Si Doncic buscaba tener un partido soñado con los Lakers, este fue así. Mostró su mejor versión, esa que ya extrañan en Dallas. Desde el inicio dio señales de que estaba plenamente comprometido con el desarrollo del juego. La asistencia de un lado al otro de la cancha para LeBron, el tapón a Aaron Gordon, los rebotes y los aciertos desde larga y media distancia lo ubicaron en el camino deseado. En el primer cuarto (anotó 16 puntos), Luka ya sabía que era el amo del juego, que tendría una noche de ensueño.
Luz. Con mayor o menor luz de ventaja, los Lakers dominaron el partido de principio a fin: nunca estuvieron por detrás en el marcador. Con Luka en cancha, la diferencia a favor del equipo visitante fue de 20 puntos.
Ángel. Doncic tiene un ángel especial. Y ahora, en los Lakers, está en el equipo ideal para ofrecerlo: glamour, estrellas de Hollywood y un público ávido de tenerlo como figura emblemática durante muchos años lo disfrutarán.
Alivio. JJ Redick, entrenador de los Lakers, y Rob Pelinka, General Manager, deben haber sentido alivio. Tras esos tres primeros partidos en los que Luka pareció no hallarse a gusto en la dinámica de juego del equipo, eso quedó en el olvido con esta enorme performance contra Denver. El primer paso importante para una largo recorrido en el equipo californiano.
¿Qué vas a hacer conmigo? Eso pareció preguntarle a un hincha Luka luego de meter un triple dificilísimo en el tercer cuarto. Doncic no solo sacaba a bailar a sus rivales, también se divertía con el público.
Filo. Siempre al filo de la falta técnica. Así jugó Luka. Como lo hacía en los Mavericks y lo hace en la Selección de Eslovenia. Sus constantes protestas contra los árbitros son una marca registrada. Hay noches como la de este sábado en las que ese enojo le funciona como energía extra.
Jumper. El tiro en salto, a un pierna, en velocidad lenta a 4:15 del final del partido, justo frente al banco de suplentes de los Nuggets, fue la daga que Doncic le clavó al encuentro. No es el más rápido, ni el más ágil, pero sí uno de los más talentosos e inteligentes de la NBA.
Mensaje. Los Lakers mandaron un mensaje: vencieron como visitantes a los Nuggets, que transitaban una racha de nueve victorias consecutivas y jugaron con la intensidad de un partido de playoffs. La incorporación de Luka fue una construcción hacia el futuro, pero en el presente, con demostraciones así, pueden ser muy peligrosos. Están cuartos en el Oeste y apuntan a llegar lejos.
Héroe. El héroe de la noche fue, por supuesto, Luka Doncic. Este fue el sexto partido del esloveno con al menos 30 puntos, 10 rebotes, 5 asistencias y 4 robos. Los únicos jugadores que lo consiguieron en más encuentros con 25 años o menos fueron Michael Jordan y LeBron James, ambos con 7.
Numancia. La defensa de los Lakers fue numantina, especialmente sobre Nikola Jokic. La tenacidad y el trabajo al límite fueron fructíferos: anotaron 39 puntos a partir de las 20 pérdidas de los Nuggets, un registro que iguala la mayor cantidad de puntos obtenidos por el equipo de Los Ángeles en esa situación de juego desde la temporada 1996-1997.
El próximo objetivo de los Lakers es el duelo del martes contra Dallas Mavericks, justo el exequipo de Luka.
Doncic se preparará, otra vez, para tener un día perfecto.
