LOS ÁNGELES – Doc Rivers compareció en una rueda de prensa repleta de periodistas una hora y media antes del primero de los dos partidos consecutivos que jugarán Los Angeles Lakers y Los Angeles Clippers. Allí recordó alguno de los mejores momentos que vivió teniendo a Kobe Bryant como rival cuando dirigió a Boston Celtics (de 2003 a 2014). Durante su periplo al frente de la franquicia de Massachusetts, Rivers vivió los mejores momentos de la Mamba Negra en la rivalidad Celtics-Lakers, que contó con el último capítulo de su extensa historia en las temporadas 2008 (Boston ganó a Lakers en las Finales) y 2010 (los angelinos aprovecharon se hicieron con el campeonato en la revancha).
Rivers admitió que siente plena admiración y respeto por Kobe, sin embargo afirmó que no le da ninguna pena el que los Lakers estén firmando la peor temporada de su historia y no estén siendo capaces de brindarle una despedida más dulce.
“No hay ningún lamento por mi parte, adoro a Kobe pero nunca animé para que ganara”, afirmó el coach. “Siempre fui su oponente. No tengo ninguna pena por eso. Sería bueno que estuviera en los playoffs y compitiera mientras nosotros ganemos. Eso hubiera sido bueno para él porque es un campeón. Es muy competitivo como persona, eso es lo único y no es que me entristezca, pero desearía que hubiera tenido la oportunidad de marcar la diferencia. La gente se perderá lo competitivo que es. Hay pocos que tengan ese talento. Podría nombrar a tres que yo sepa: Michael (Jordan), Kevin Garnett… en cuanto a esa competitividad, y Kobe”, agregó.
Son muchos los momentos que Rivers recordará de los partidos contra Kobe, como cuando Paul Pierce salió en silla de ruedas en el Juego 1 de la serie de 2008 tras lesionarse la rodilla y ser el héroe del partido. Aunque si hay un momento que prevalece sobre los demás fue cuando en el Juego 6 que acabó definiendo las Finales del lado de Boston, decidió mantener a todos sus efectivos en la duela a pesar de ir ganando por 42 puntos de ventaja.
“Tom Thibodeau me preguntó: ‘Vas a sustituir a los chicos, quedan seis minutos y ganamos de 42 puntos’. Y yo miré a la duela y vi que Kobe estaba jugando todavía. Y le dije: ‘Cuando Phil siente a ese tipo, yo sentaré a los míos’. Tim me comentó que estábamos a salvo, y le respondí que no lo estaba hasta que ese tipo no estuviera fuera. Yo estaba muy en serio, pero obviamente perdí la cabeza porque teníamos una ventaja de 42 puntos. Kobe provoca ese miedo en ti. Anota triples seguidos, hice las matemáticas y estaba preocupado. Phil le acabó sentando”, recordó sobre el año en que los Celtics salieron campeones.
Es posible que Rivers sea uno de los entrenadores rivales que más conoce a Kobe, no en vano fue capaz de vivir el cambio que tanto el escolta como en su equipo sufrió de 2008 a 2010.
“Creo que 2008 le enseñó una lección. Creo que fue el Juego 4 cuando ellos llegaron a decir que tenían que ser tan físicos como los Celtics. Cuando escuché eso, pensé: ‘Ya los tenemos’, porque aunque intenten ser como nosotros, no van a ser nosotros. Aquel verano llegaron a ponerse a ese punto para la temporada. Jugaron más duro y físico. En 2010 se pudo ver la diferencia. Era un equipo distinto, hubo mucha diferencia entre las dos series”, esgrimió.
La expectación crece cada vez más en los últimos juegos que le quedan a Kobe. Los Lakers jugarán como locales en dos de las cinco citas que les restan (Clippers el miércoles y Utah Jazz siete días después) y tanto el interés mediático como el de la afición sigue aumentando. Algunos periodistas califican la circunstancia como un circo, mientras que Rivers defendió que Kobe se merece una despedida como la que está teniendo.
“No sé si será un circo o no, pero tengo la sensación de que están acostumbrados a ello este año. Está bien que se despida de esta manera, se lo merece. La mayoría de los jugadores malos nunca la tienen y les dicen que se vayan a casa. La mayoría de los jugadores buenos se quedan demasiado tiempo, los boxeadores campeones caen por KO y les dicen que se vayan. Es agradable que Kobe esté diciendo adiós en la duela”, argumentó.