BARCELONA -- Ersan Ilyasova, que jugó 29 minutos en la derrota de los Thunder frente al Real Madrid se reencontró este martes con su pasado en el Palau Blaugrana, donde, como jugador del Barcelona permaneció dos años antes de regresar a la NBA.
Aprendiz inesperado en los Milwaukee Bucks, que le reclutaron a través del draft de 2005, el turco entendió que su crecimiento profesional sería mayor en Europa y fichó por el Barça en 2007, convirtiéndose en jugador destacado dentro de las incansables rotaciones del entonces entrenador azulgrana, Xavi Pascual.
Comparado con Toni Kukoc, Ilyasova jugó 81 partidos repartidos en sus dos temporadas con el Barcelona, al que llegó como estación de paso para regresar a Estados Unidos… Pero dejó un poso, un recuerdo, que los habituales del baloncesto azulgrana no han olvidado.
“Tuvo una ventaja: llegó al Barcelona lo suficientemente joven para seguir aprendiendo pero ya con una experiencia en la NBA que se notó”, recordó Manolo Flores, ex jugador y ex entrenador de leyenda en el club azulgrana y que se reconoció prendado de las condiciones del Ilyasova.
Subcampeón de Liga en 2008 y campeón en 2009, quedó con él la sensación de no haber sido suficientemente aprovechado por su entrenador, que limitó a una media de 19 minutos por partido su participación en cancha.
Y eso que en su segunda campaña, coincidiendo con el regreso de Navarro tras su única temporada en Memphis, la figura de Ilyasova se catapultó con actuaciones excepcionales, destacando sus duelos contra el Tau en que fue capital para que el Barça conquistará el título.
Todo ello después de exhibirse en Madrid en un partido de Liga regular que condenó al equipo merengue a una cuarta posición que acabó siendo fatal.
“En el club se entendió que su permanencia era inviable. Su primer año fue bueno, pero el segundo fue mejor y quedó claro que su futuro volvería a estar en la NBA” explicó en su día Joan Creus, secretario técnico en la época del Barcelona y que en 2011 se planteó recuperar, sin suerte, al jugador.
Ilyasova vive hoy plenamente adaptado a la NBA. Tras sendas etapas muy cortas en Detroit y Orlando llegó este verano a lo Thunder con un contrato anual que le asegura 8 millones de dólares a todas luces inasumibles en Europa y en el Barça al que se reencontrará este miércoles en un partido que le servirá para recordar, aunque sea brevemente, el aliento de una afición que no le olvida.