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Clásico Mundial: Impresiona la invasión mexicana al Chase Field

PHOENIX – Desde la práctica de bateo, el pelotero de la selección mexicana de futbol Rowdy Téllez contemplaba con asombro a los aficionados que empezaban a llenar el estadio; muchos de ellos habían esperado por horas que los dejaran entrar al Chase Field.

México ansiaba enfrentar a la selección de Estados Unidos, en un encuentro que rápido se ha convertido en una gran rivalidad del Clásico Mundial de Béisbol.

Téllez sólo comentaba con sus compañeros que era una locura ver todo lo que el Tricolor beisbolero estaba provocando, la gran afición, el conocimiento de cada uno de los seleccionados y la manera en que poco a poco se apoderaban del inmueble.

“Esto es increíble“, dijo antes del partido Téllez, cuyos abuelos paternos son mexicanos. “Apenas estamos terminando una práctica de bateo y parecería que ya estamos en el séptimo inning. Demasiada gente, gran afición. Venir a jugar con México fue una gran decisión“.

Para cuando comenzó el partido, el estadio estaba lleno por completo con las 47,534 personas que pagaron boleto; la mayor taquilla en la historia del Chase Field en un Clásico Mundial de Beisbol, donde la gran mayoría en algún momento cantó “Cielito lindo“ ante el asombro de propios y extraños.

“Yo no podía creer lo que veía y escuchaba“, dijo el pitcher abridor de México, Patrick Sandoval, después del triunfo 11-5 sobre Estados Unidos. “Parecía un Juego 7 de Serie Mundial. Tal vez más grande aún“.

Sí, los seguidores tricolores nunca dejaron de ovacionar, ni siquiera al principio del partido cuando presentaron al equipo mexicano, apenas un día después de que había perdido en su presentación en el torneo contra Colombia.

Uno de los peloteros más aplaudidos y vitoreados fue Luis Urías, quien en la décima entrada del juego contra Colombia cometió un error que al final se convirtió en la carrera de la derrota.

“Cualquiera puede fallar“, dijo Luis Zazueta, aficionado mexicano que viajó desde Culiacán, Sinaloa. “Luis es uno de los mejores jugadores de México en Grandes Ligas“.

Igual que Zazueta, la afición mexicana que comenzó en forma desde antes del juego inaugural del Grupo C en Phoenix, ha llegado de cerca y de muy lejos. La gran mayoría son de estados beisboleros por tradición del noroeste de México; buena parte de Baja California, Sonora y Sinaloa.

Pero la invasión Tricolor comenzó en Chihuahua, Monterrey, Coahuila, Guadalajara y hasta de Ciudad de México.

“No hay un evento deportivo aquí en Arizona donde venga una selección mexicana en la que sus aficionados no llenen estadios“, reconoció un reportero estadounidense residente de Phoenix. “Pensé que sólo sucedía con el futbol“.

Sandoval, igual que otros seleccionados Tricolores mexicoamericanos, dijo que aceptó la invitación del mánager Benjamín Gil por la educación, cultura y respeto hacía el vecino país del sur que les ha inculcado sus padres.

“Siempre quise jugar por México porque sabía que mi papá iba a estar muy orgulloso“, dijo Sandoval, lanzador de Los Angeles Angels. “Yo siempre me he sentido mexicano aunque nací en este país (Estados Unidos), al que también tengo todo el cariño y respeto posible como mi país“.

“Fue una gran experiencia“, agregó en referencia al juego del domingo. “Seguro que esta ha sido una de las más grandes noches de mi carrera. La camaradería en el equipo, la emoción de jugar juntos, la lucha, el corazón… Es increíble. Es muy divertido estar en ese dugout“.

Incluso, la selección estadounidense de futbol también se asombró de la invasión tricolor en el Chase Field.

“Qué momento para México“, reconoció el manager Mark DeRosa.

El pitcher abridor de Estados Unidos el domingo, Nick Martínez, coincidió con su mánager.

“Fue espectacular ver el estadio de esa manera para un partido en el que todos jugamos por nuestros países“, dijo Martínez. “Nunca vi algo parecido“.