LOS ANGELES -- Manny Mota llegó a Los Angeles Dodgers primero que el hombre a la Luna, en hechos casi simultáneos hace 50 años.
"Wow, wow, hace 50 años, lo que quiere decir que eso fue hace medio siglo", comentó Mota a ESPN Digital el domingo en Dodger Stadium. "Recuerdo cuando llegué aquí, que [inmediatamente después] el hombre llegó a la Luna. Son gratos recuerdos", dijo.
Mota, quien pasó a los Dodgers junto a Maury Wills desde los Expos de Montreal el 11 de junio de 1969 - 39 días antes de que la misión del Apolo 11 convirtiera a los astronautas estadounidenses Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins en los primeros seres humanos en la Luna --, será homenajeado antes del partido del lunes contra los St. Louis Cardinals por su 50 aniversario en la organización angelina.
En la ceremonia estarán su esposa de 56 años, Margarita, y la mayoría de sus ocho hijos, 21 nietos y un biznieto, así como algunos de sus compañeros en las diferentes áreas en las que ha trabajado en el conjunto. Su hijo José Mota, quien jugó en Grandes Ligas, no podrá estar en Dodger Stadium debido a sus compromisos en las transmisiones de los Los Angeles Angels, que juegan en Cincinnati.
Mota jugó con los Dodgers los últimos 13 años de una carrera de dos décadas que comenzó en 1962 con los San Francisco Giants, luego pasó los próximos 35 como coach (un récord para Los Angeles) y en los últimos años se ha desempeñado como comentarista de los partidos de televisión en español y con el grupo de veteranos que sirve de enlace entre el club y la comunidad.
Solamente Nick Altrot, quien fue coach por 42 años (entre 1912 y 1953) con los Senadores de Washington, ha tenido un mayor período de tiempo realizando esas funciones para una misma franquicia de Grandes Ligas.
"Es una bendición. No son todas las personas y todas las empresas que mantienen un empleado por tantos años y yo, gracias a Dios y los Dodgers, he tenido la fortuna y la suerte de permanecer trabajando para esta prestigiosa organización, que me ha tratado con mucho respeto y mucha consideración", dijo Mota.
"Siempre estaré agradecido de Al Campanis, a quien yo llamaba mi papá blanco. Campanis fue quien me trajo en cambio desde el equipo de Montreal. Además, le agradezco mucho a la familia O´Malley, especialmente a Peter O´Malley, porque ha tratado a mi familia con mucha consideración y mucho respeto", agregó.
Como jugador, Mota bateó .304 en más de 4,200 apariciones al plato y fue convocado al Juego de Estrellas de 1973. Sus 150 hits como bateador emergente se mantuvieron como el récord de Grandes Ligas por dos décadas hasta que Lenny Harris lo quebró en 1999. En sus 13 temporadas con los Dodgers bateó para .315 en 1,923 turnos, mayormente como emergente de lujo. En la Liga Dominicana es el líder de bateo de todos los tiempos, con promedio de .333 y ganó varios campeonatos como manager de los Tigres del Licey, que anteriormente era socio exclusivo de los Dodgers.
"Ha sido un placer muy grande encontrarme en el camino de la vida con Manny Mota, una persona tan fina, con un carácter tan dulce, tan amable con todo el mundo, y un peloterazo tremendo", dijo Jaime Jarrín, el histórico narrador ecuatoriano de los Dodgers que es miembro del Salón de la Fama de Cooperstown.
"Cuando vino a los Dodgers desde los Expos no se hablaba de él, sino de Maury Wills, quien ya tenía historia con los Dodgers, pero alguien dijo: ´Cuidadito, que con Wills viene alguien que hará historia´. Y esa persona no se equivocó", agregó Jarrin, quien ha sido la voz en español de los Dodgers por los últimos 61 años.
Desde que Mota vistió el uniforme de los Dodgers por primera y Estados Unidos depositó el primer hombre en la Luna, los seres humanos llenaron el espacio de satélites artificiales, establecieron una base espacial internacional a más de 400 kilómetros de la órbita terrestre y realizaron algunas de las transformaciones más importantes que ha sufrido nuestro planeta en sus 4,600 millones de años de existencia.
Simultáneamente, más de 800 jugadores debutaron con los Dodgers y las Grandes Ligas pasaron de ser un pasatiempo medio romántico que generaba menos de $1,500 millones de dólares a una robusta industria que superó los $10 mil millones en los últimos dos años.
La agencia libre, los paros laborales, los contratos millonarios, los playoffs de ligas, la video-repetición y los monstruosos acuerdos con la televisión cambiaron el béisbol. Los Dodgers ganaron dos títulos de la Serie Mundial, siete de la Liga Nacional y 17 de la División Oeste de la Liga Nacional y tuvieron cuatro dueños.
Casi todo ha cambiado, con pocas excepciones, dejando a Manny Mota como uno de los nexos entre el pasado y el presente, de los Dodgers y toda la industria.
Desde Fernando Valenzuela y Pedro Guerrero en los ochenta; los hermanos Ramón y Pedro Martínez, Ismael Valdés, José Offerman y Raúl Mondesí en los noventa, y más recientemente Manny Ramírez, Vicente Padilla, Yasiel Puig y Julio Urías, todos los latinoamericanos que han jugado con los Dodgers en las últimas cuatro décadas, contaron la bendición de tener a Mota como guía y consejero.
"Él se retiró en la misma temporada en que subí por primera vez, pero gracias a Dios que se quedó como coach, y hasta lo reactivaron después, y pude contar con Manny en esos años difíciles de mis inicios. Las cosas fueron más fáciles con él en los alrededores", dijo Valenzuela, el mejor lanzador mexicano de todos los tiempos y actualmente un comentarista de los juegos de Los Angeles.
"Desde que llegué aquí, Manny y Fernando me allanaron el camino. Lo que ellos hacen aquí es grandioso para nosotros", dijo Urías, quien se encuentra en su cuarta temporada con los Dodgers. "Cumplir 50 años como persona es algo increíble. Cincuenta años con una misma organización supera lo increíble", agregó el zurdo mexicano.
"Manny es un hombre especial, un orgullo latino, una leyenda de nosotros los dominicanos", dijo el torpedero Manny Machado, quien jugó brevemente con los Dodgers en el 2018, antes de firmar con los San Diego Padres como agente libre en el invierno.
Mota, quien ha estado ligado al béisbol profesional por 62 de sus 81 años de edad, ha recibido incontables homenajes a lo largo de su carrera y la Fundación Manny Mota que creó hace casi cuatro décadas, sigue trabajando con los sectores más vulnerables de República Dominicana.
En el 2009, las autoridades del gobierno dominicano en el estado de California y los Dodgers convirtieron Dodger Stadium en "Mi País República Dominicana" durante el último choque de una serie contra los Pittsburgh Pirates para celebrar sus 40 años con el club. En su país ha recibido los más altos honores que puede recibir un ciudadano.
"He logrado mucho. Dios me ha dado más de lo que realmente merezco. Soy un hombre realizado", dijo Mota.