ATLANTA -- Grandes Ligas, tenemos un problema. Y hay que resolverlo.
Desde que fue creada a comienzos del siglo XX, la Serie Mundial ha sido el evento más importante de las ligas mayores del béisbol estadounidense (MLB). Y más allá de rivalidades territoriales y otras consideraciones en momentos específicos, la principal promoción de los juegos individuales del Clásico de Otoño se ha enfocado en los lanzadores abridores.
Christy Mathewson contra Eddie Plank en 1905, Babe Ruth frente a Hippo Vaughn en 1918, Johnny Sain contra Bob Feller en 1948, Allie Reynolds frente a Don Newcombe en 1949, Jerry Reuss versus Ron Guidry en 1981, Roger Clemens ante Dwight Gooden en 1986, Jack Morris y John Smoltz en 1991 o Max Scherzer contra Gerrit Cole y Stephen Strasburg contra Justin Verlander en 2019.
Hay cientos de ejemplos. Los pitchers abridores representan el mayor activo para promocionar un partido de béisbol, sobre todo en la Serie Mundial. Y eso siempre se respetó.
O al menos así ocurrió entre 1903 y 2020, con las excepciones de 1904 (cancelada por una disputa entre Liga Nacional y Liga Americana) y 1994 (suspendida por la huelga de peloteros que canceló el final de la serie regular y toda la postemporada).
Mucho antes de que el actual clásico de otoño entre los Houston Astros y los Atlanta Braves se mudara del Minute Maid Park al Truist Park, el jueves, el manager de los campeones de la Liga Nacional había anunciado que muy probablemente tendría un "día de bullpen" en lugar de un lanzador abridor tradicional para el juego 4, el sábado.
Pero cerca de cinco horas antes del inicio del juego, Brian Snitker no había anunciado a ningún pitcher en particular para comenzar el encuentro más importante del año en el evento más relevante que tiene la liga.
Después que la cuenta de redes sociales de los Braves finalmente anunció que el abridor sería el zurdo Dylan Lee, un pitcher de 27 años que ha hecho 13 outs en su carrera de MLB --seis en la temporada regular y siete en postemporada-- Snitker confesó que el lanzador lo supo apenas un poco antes que el resto de la humanidad.
"Se lo dije en el camerino porque generalmente es uno de los primeros en llegar al estadio", dijo Snitker.
"Llegué temprano y les dije a los chicos que atienden el camerino que le dijeran que viniera a verme desde que entrara. Cuando entró, tenía esa expresión, como "Uh-oh, ¿qué está pasando? ¿A dónde voy?", agregó el piloto.
Eso es sencillamente inaudito. Malo en el aspecto deportivo. Peor desde el punto de vista mercadológico.
Y no es que los equipos de béisbol no hayan enfrentado situaciones de emergencia anteriormente que los obligue a tomar decisiones y sustituir un pitcher lastimado. Eso ocurre frecuentemente, en cualquier escenario, antes y durante la temporada regular y también en los playoffs, incluyendo la Serie Mundial.
Dusty Baker, el dirigente de los Astros, no informó que el veterano derecho Zack Greinke sería el abridor del sábado hasta después del choque del viernes. Pero al menos los medios tuvieron el tiempo suficiente para reportarlo y los Braves para comenzar a prepararse.
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El problema aquí es que no se trata de una emergencia. Sencillamente, los equipos están tomando a la ligera la importancia de definir algo tan importante como el orden de una rotación abridora y, peor, la oficina del comisionado está siendo muy pasiva con el tema.
Consultada por ESPN Digital, la MLB dijo que la única regla sobre el lanzador abridor es que hay que informar al rival al menos tres horas antes del partido. Si un equipo informa a las 5 pm quien abrirá a las 8 pm está cumpliendo las reglas. No importa si es el séptimo y decisivo encuentro de la Serie Mundial o un juego de la segunda semana de mayo.
Eso tampoco tiene mucho sentido, pero incluso si lo tuviera, es una locura tratar la Serie Mundial como una serie normal de la temporada.
Y no es que los Braves se hayan inventado el comportamiento. En la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, entre Braves y Los Ángeles Dodgers, que concluyó hace una semana en el Truist Park, en un par de ocasiones, incluyendo en el último cotejo, el manager Dave Roberts esperó hasta el último momento para anunciar el lanzador abridor de los Dodgers.
Sabemos que los tiempos cambian algunas cosas, pero dejar de anunciar con tiempo el lanzador abridor de un partido de la Serie Mundial es una de esas tradiciones que MLB debería obligar a los clubes a mantener, por el bien del juego y para provecho del producto que trata de vender.
No importa si el duelo es entre Lee y Greinke, Framber Valdez y Max Fried o Kendall Graveman y Will Smith. Salvo una lesión de último minuto, el público y los que cubren la Serie Mundial deberían saber con adecuado tiempo de antelación quien comenzará lanzando en el mayor evento que tiene el pasatiempo nacional.