CHICAGO - Aunque a su campaña 2017 le podrían restar menos de 24 horas, en el camerino de los Cachorros de Chicago no se percibía ninguna tristeza o pánico, aunque sí algo de resignación ante lo que parece inevitable.
A estos Cachorros parece faltarles el ímpetu que existió en el histórico equipo de los Boston Red Sox, también liderados por el ahora presidente en Chicago, Theo Epstein, que lograron remontar un déficit de 0-3 en la Serie de Campeonato de la LA en 2004 ante los Yankees de Nueva York.
Sí hubo momentos en los cuales este equipo demostró que tener un déficit de 3-0 no sería algo insuperable. Y es que los Cachorros han operado de forma distinta en la era de Joe Maddon; su mejor desempeño ha venido al estar entre la espada y la pared.
Desde la llegada del dirigente al norte de Chicago, los Cachorros tienen una marca de 7-1 en partidos de eliminación, incluidas las tres victorias consecutivas sobre los Indios de Cleveland para conquistar su primer anillo en 108 años la pasada Serie Mundial.
Los Cachorros incluso se recuperaron de un déficit de 2-1 en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional el año pasado antes de alzarse con la victoria en Cleveland en el Clásico de Otoño después de haber tenido una desventaja de 1-3.
Pero este equipo es muy distinto al que logró poner punto final a la histórica "maldición de la cabra".
"Obviamente teníamos un récord súper más alto que el de este año y el equipo tenía más motivación", admitió el jugador de cuadro puertorriqueño Javier Báez. "No es que no la tengan ahora, pero ahora mismo no estamos bateando bien, no estamos pitchando bien. El juego no está yendo a nuestro ritmo".
El desempeño de Báez, una de las estrellas de la Serie de Campeonato 2016, parece ser sintomático del resto del equipo.
Los Cachorros han bateado para apenas .153 en esta serie, una anímica ofensiva que ha producido sólo cuatro carreras.
Báez se ha ido de 6-0 en los primeros tres juegos de la serie, y de 20-0 con 8 ponches esta postemporada, la segunda racha más larga sin hits para comenzar los playoffs en la historia de la franquicia.
"No sé sinceramente (qué está pasando)", admitió Báez en entrevista con ESPN Digital. "Yo he tratado de hacer muchos ajustes pitcheo tras pitcheo, y obviamente eso no se puede. Es poco a poco. Es un proceso. Pero intentándolo tantas veces con tantas ganas, pues es peor. Todavía estoy batallando con eso del bateo pero no me he dado por vencido".
No obstante, a Báez y a los Cachorros se les está acabando el tiempo, con los Dodgers estando a una sola victoria de su primera aparición en la Serie Mundial desde 1988. La única vez en la historia que los Dodgers han barrido una serie de cuatro juegos en postemporada fue en 1963, cuando se midieron a los Yankees en la Serie Mundial.
Por su parte, los Cachorros podrían sufrir su segunda barrida en tres años en la Serie de Campeonato después de que los Mets de Nueva York ganaran cuatro juegos consecutivos contra Chicago en 2015.
No obstante, el receptor Alex Ávila, quien podría ver acción en el partido de eliminación de este miércoles si Willson Contreras no está recuperado tras haber recibido un fuerte pelotazo en el antebrazo, afirmó que aunque los Dodgers han jugado mejor en esta serie, nadie debería dar nada por sentado.
"Así es el béisbol en playoffs. A veces un equipo puede ejecutar, jugar de forma sólida y sin ningún error, como lo han hecho ellos y nosotros no", sentenció el cubanoamericano. "Pero todo puede cambiar para bien tan rápido como cambió para mal. He visto eso ocurrir demasiadas veces para pensar que ya esto ha terminado".
Tras la derrota en su casa en el Juego 3, se escucharon las frases usuales: "Estamos derribados, pero no derrotados", señaló el antesalista Kris Bryant. El campocorto Addison Russell dijo: "No tenemos nada que perder, tenemos que salir y jugar con todo el corazón".
Y precisamente 13 años después, los Cachorros se colocaron en la misma posición en la que estuvieron los Medias Rojas al caer ante los Dodgers de Los Ángeles la noche del martes en Wrigley Field.
"Desde que llegué aquí, este equipo siempre ha jugado duro al día siguiente, sin importar si es una victoria o una derrota", agregó Ávila. "Conseguir cuatro victorias no es imposible, pero tenemos que jugar (el partido del miércoles) primero. Esa es nuestra única meta".