Las mujeres son perfectamente capaces de desempeñarse en cualquier actividad, profesión, ámbito o deporte con la misma brillantez que cualquier hombre. Y esta discusión y la polémica que aún genera entre ciertos sectores resulta cada vez más anacrónica.
El 'sexo débil' ya no piensa en límites ni prohibiciones relacionadas con temas de género. Las mujeres se asumen plenas en capacidades y no dudan en incursionar en ambientes que en otras épocas, ya en desuso, estaban reservados sólo para los hombres.
No existen límites ni complejos en la mente de las mujeres.
Julissa Iriarte, árbitro (umpire) de la Liga Mexicana de Beisbol, no lo dudó un segundo cuando consideró la idea de entrar a un diamante a impartir justicia. Julissa Manuela Iriarte Félix, nació en El Fuerte, Sinaloa, en 1997, en el seno de una familia beisbolera. En ningún momento contempló la idea de que podrían cerrarle las puertas por ser mujer, y en la convicción para dar el paso de convertirse en árbitro de beisbol, contó siempre con el apoyo de sus padres, los primeros que la impulsaron a no detenerse.
"No creo que (ser mujer) fuera un obstáculo, pero saber que yo era madre soltera de una niña de tres años, en ese entonces, era lo que sí me podía impedir aceptar la invitación, era con quién dejar a mi hija. Gracias a mis padres, que siempre han estado, ellos decidieron apoyarme con el cuidado de la niña mientras yo asistía a mis cursos para ser ampáyer", recuerda Julissa.
"Cuando le comenté a mi familia que un amigo me había invitado a ir a la Academia de Beisbol (de la Liga Mexicana) en Monterrey, me dijeron que si yo quería, me animara, que fuera, que no perdía nada con intentar y más sabiendo que desde pequeña he jugado con mi hermana y he apoyado a mis hermanos en sus juegos; viendo a mi papá trabajar en ligas locales de donde somos. Y sí, mis papás siempre nos han apoyado a mis hermanos y a mi en todo, les debemos mucho por su apoyo incondicional", recalca.
Julissa se incorporó a la pretemporada de umpires de la LMB en 2020, trabajó a la par de sus compañeros hombres y sintió el respaldo del camino recorrido previamente por Luz Alicia Gordoa, oficialmente, la primera mujer árbitro de la Liga Mexicana de Beisbol y con quien, incluso, ya ha compartido reflectores impartiendo justicia en el mismo juego.
"Me pareció fácil entrar a la LMB. Desde el primer momento, el jefe de ampayers de la liga, Luis Alberto Ramírez, habló conmigo, me dio apoyo y me dijo que podía acercame a él en cualquier duda que tuviera. Además, ya había una mujer trabajando y eso abrió la oportunidad a más, tuvieron confianza en verme y en poder trabajar conmigo", recuerda.
Una vez dentro de la LMB, Iriarte se sintió lo suficientemente cómoda para convertirse en 'una más' del staff de umpires. Y echó por tierra otro cliché. Que las diferencias de género, en lo físico, son necesariamente un factor condicionante que coloca en desventaja a las mujeres.
"No le encontré lo difícil a los entrenamientos", asegura Julissa. "Desde chica me la pasaba entrenando beisbol y softbol. Cuando llegué por primera vez y nos pusimos a entrenar, creo que estaba a la par (físicamente) de algunos compañeros, creo que la diferencia de género no se notó en ese aspecto".
Y sus compañeros umpires también se encargaron de hacerle notar que no existen diferencias en el trabajo dentro del diamante.
"La verdad, ellos siempre me están apoyando. Siempre me dan consejos, nunca será lo mismo un entrenamiento que un juego, pero estoy preparada para sobrellevarlo.
"Ya tuve la oportunidad de trabajar con la mayoría de ellos en pretemporada y al ser yo novata, siempre me dicen cómo moverme, me aconsejan que visualice cuál puede ser el escenario antes de que suceda una jugada, que siempre esté un paso adelante y les agradezco sus consejos porque siempre son motivantes" reconoce la umpire.
Iriarte debutó en 2021 en la temporada de Liga Invernal Mexicana, un torneo que busca el desarrollo de talento en jugadores y que también sirve como fogueo para los y las árbitros. En agosto de 2022, Julissa dictó justicia en el Mundial Sub-15 de la especialidad, organizado por la Confederación Mundial de Beisbol (WBSC), certamen internacional que se disputó en Hermosillo, Sonora, y su experiencia también abarca la Liga Norte de México, en la que actuó en ese mismo año.
Sin importar el tamaño del estadio o la jerarquía de la liga, a Julissa no le tiembla la mano para impartir justicia y como cualquier otro umpire, cuenta con el respeto de todos los protagonistas del juego.
"Afortunadamente, nunca me he sentido discriminada o intimidada por los jugadores, al contrario. Siento respeto tanto de los jugadores, como de los managers y de mis compañeros.
Julissa también ha tenido roce con el beisbol de clase Triple A, trabajando en la pretemporada de equipos grandes de la LMB. Su deseo es debutar profesionalmente en un calendario de la Liga Mexicana de Beisbol y es consciente de que sólo necesita su convicción y trabajo intenso para lograrlo. Mientras llega ese momento, la sinaloense está emplazada para actuar en la lX Copa Mundial de Beisbol Femenil a celebrarse del 13 al 18 de septiembre de este año en Miyoshi City, Japón.
No existen límites ni complejos en la mente de las mujeres.
"Esperemos, con el favor de Dios, que sea pronto. Por ahora, seguimos trabajando duro, seguiremos aprendiendo y escuchando a los profesionales".
Luis Alberto Ramírez: "Todos los compañeros las ven bien"
El andar de las mujeres árbitros de la Liga Mexicana de Beisbol ha sido bien arropado por Luis Alberto Ramírez, director de umpires de la LMB. Con un amplio kilometraje recorrido en diamantes del beisbol mexicano y competencias del calibre de Juegos Olímpicos o el Clásico Mundial de Beisbol, el experimentado Ramírez fue el encargado de darle la bienvenida en el circuito, hace unos años, a Luz Alicia Gordoa, y ahora arropa el desarrollo de Julissa Iriarte.
En el mejor de los sentidos, Julissa es 'una más' en el staff de árbitros que encabeza Ramírez.
"Es bien aceptada. Desde que llegó Luz Alicia Gordoa hasta este momento que está Julissa Manuela Iriarte, todos los compañeros las ven bien y las protegen como lo hacen con cualquier otro novato.
"No hay diferencia en capacidad, en que sean capacitadas en cuanto a reglas, mecánicas, manejo de situaciones. La única diferencia que veo es la fuerza física por el riesgo de los pelotazos a más de 90 millas cuando trabajan en home", explica el umpire.
Aunque Ramírez sí contempla la diferencia física que para su alumna no representa problema en el diamante, el umpire no lo considera una desventaja a la hora cero.
"Son más comprometidas y tienen más pasión por la profesión, la diferencia de fuerza física que tienen con respecto a un hombre, la compensan con su fortaleza mental".