Por seis años, Ohtani nos ha sorprendido en el terreno de juego. Con un contrato millonario con Dodgers, ahora también sorprende fuera del diamante.
DE TODAS SUS increíbles habilidades, la capacidad de Shohei Ohtani para sorprender encabeza la lista. Durante los últimos seis años, Ohtani nos ha dejado boquiabiertos a los simples mortales mientras conquistaba las Grandes Ligas, un deporte que típicamente evoluciona durante décadas al redefinir las capacidades de un solo jugador. En un espectáculo donde los jugadores batean o lanzan, él hace ambas cosas, y decirlo tan claramente subestima su excelencia en cada esfuerzo. Es el jugador de beisbol más talentoso en el siglo y medio de historia del juego.
Y todavía, el sábado, descubrimos que hay espacio para otra sorpresa. Este anuncio fue más allá del asombro habitual: Ohtani acordó con Los Angeles Dodgers un contrato que le garantizaría 700 millones de dólares por 10 años, con una parte significativa que se diferiría hasta después de la conclusión del acuerdo.
Para muchos, la decisión parecía predeterminada: el mejor jugador en camino a la mejor organización. Fue la forma en que sucedió --con una cifra, 700 millones, que superó con creces las expectativas más altas-- lo que le aportó la clase de entusiasmo que acompaña a los jonrones más largos de Ohtani y sus rectas más poderosas. Desde Los Ángeles hasta Tokio, el atleta vivo más elegante, el que ha logrado lo mejor y más alto posible hasta ahora, consiguió un contrato que iguala su magnitud.
El acuerdo es el más grande jamás realizado en deportes de equipo a nivel profesional, casi el doble que el siguiente mejor acuerdo para un agente libre. No sólo dejó atónito al beisbol o al mundo del deporte, sino al universo entero. En una época en la que todo parece posible, la capacidad de Ohtani para sorprender es incomparable.
LA AGENCIA LIBRE MÁS CONSECUENTE en el deporte desde la Decisión de LeBron James terminó con unas 30 horas finales de caos en las que informes erróneos tuvieron a Ohtani al borde de un anuncio, en un avión a Canadá e incluso aceptando firmar con los Toronto Blue Jays. Consumidos por la posibilidad de que Ohtani se uniera a su equipo, los fanáticos acudieron en masa a sitios web de seguimiento de vuelos para monitorear el paradero de un jet privado que iba del sur de California a Toronto. Cuando la puerta se abrió, apareció Robert Herjavec, el empresario y estrella del programa 'Shark Tank', para decepción de una base de fanáticos de los Azulejos que ya se frotaba las manos ante la idea de que Ohtani elegiría Toronto.
No lo hizo.
El anuncio de Ohtani se produjo a través de Instagram a las 15:03 horas, tiempo del Este, debajo de un logotipo de los Dodgers, ligeramente borroso, con una leyenda en la que primero se disculpó por la tardanza en hacer una elección. La decisión que todo el beisbol había estado esperando estaba aquí, ya que Ohtani compartió que se mudaría por la Interestatal 5 desde los Los Ángeles Angels hasta los Dodgers.
Éste fue el equipo que siempre estuvo mejor posicionado para aprovechar el incomparable valor de marketing de Ohtani, tomar a un superestrella que hizo de Anaheim un destino de beisbol y crear una relación comercial mutuamente beneficiosa que enriquezca aún más a ambas partes. Si bien es imposible decir cuánto dinero ganará la franquicia con Ohtani, de 29 años, vistiendo el azul de los Dodgers, es el tipo de cifra que dejó a los dueños prometiendo que no sería superada la oferta por él en la agencia libre. Esa afirmación se mantuvo y es fácil entender por qué: Ohtani es la única estrella bidireccional en el beisbol, alguien cuyos talentos únicos han trascendido un deporte con una resonancia cultural menguante. Está al nivel de LeBron, Messi y Mahomes.
Shohei se convirtió en Shohei, por supuesto, debido a sus logros. Por unanimidad, ganó su segundo premio al Jugador Más Valioso de la Liga Americana esta temporada, a pesar de perderse el último mes, debido a una lesión en el codo por la que requirió una cirugía reconstructiva que le impedirá lanzar en 2024. En menos de 500 turnos al bat, como Designado, conectó 44 jonrones y registró un OPS de 1.066. En 23 aperturas, ponchó a 167 hombres en 132 entradas y registró una efectividad de 3.14. El año anterior, su efectividad fue de 2.33 y su OPS de .875. El año anterior tuvo un OPS de .965, efectividad de 3.18 y la designación como MVP aún más unánime.
Sugerir que ese tipo de producción continuará hacia el final del contrato, cuando Ohtani tendrá 39 años, sería una tontería. Pero sugerir que un jugador puede batear, lanzar y hacer ambas cosas a niveles extraordinarios fue igualmente temerario, y aquí estamos. La historia de lanzadores que regresan al montículo con éxito después de un segundo procedimiento importante de codo en cinco años es corta. Pero éste es Ohtani.
SIN IMPORTAR LO audaz que pueda ser la cifra de $700 millones, los ejecutivos del beisbol estuvieron de acuerdo, el sábado, casi unánimemente: los Dodgers dieron un golpe de autoridad. No sólo robar a Ohtani de Toronto y dejar a los Azulejos y sus fanáticos abandonados. No sólo mantenerse dentro de las reglas para eludir el impuesto al equilibrio competitivo. El equipo más inteligente del beisbol, el que tiene 10 campeonatos divisionales en 11 temporadas (y 106 victorias en una temporada sin ellos), la organización que sobresale en análisis, scouteo, draft y desarrollo de jugadores, a nivel nacional e internacional, también cuenta con suficiente dinero para ofrecer ese tipo de suma, tanto por una sola temporada de juego (sin tener en cuenta los aplazamientos) como algunos equipos pagan sus rosters completos, y reten a Ohtani a rechazarla.
Además, el espectacular valor del contrato tiene algo de engañoso. Los Dodgers van a pagarle a Ohtani 700 millones de dólares, pero el valor actual del contrato será notablemente menor. Los detalles importan. Cuánto del dinero se aplaza ("una mayoría", dijo una fuente) y la duración de los aplazamientos salariales dará una mejor idea de qué tan bueno podría ser este acuerdo para los Dodgers, pequeños detalles que ofrecerán una mejor comprensión con el acuerdo oficial, en algún momento, a mitad de semana. Major League Baseball descuenta los aplazamientos al calcular la cantidad que se le cobra a los equipos en el sistema de contabilidad de impuestos de equilibrio competitivo, y en lugar de los $70 millones al año que costaría un contrato directo, se espera que el acuerdo de Ohtani termine en algún punto en el rango de los 40 a 50 millones de dólares al año.
Esto abre un mundo de posibilidades a la hora de seguir construyendo un equipo a su alrededor. Los Dodgers ya tienen a Mookie Betts y Freddie Freeman, un par de futuros miembros del Salón de la Fama, en la cima de su lineup. Tienen a Will Smith, Max Muncy y James Outman detrás de ellos. Su rotación es un desastre por solucionar en este momento, pero el acuerdo con Ohtani le da a los Dodgers la libertad de gastar para resolverlo ejecutando una nómina que supera con creces el primer umbral del impuesto al lujo de $237 millones, pero que no necesariamente excede el límite de $293.3 millones al que Los Ángeles llegó en 2022.
Entonces, sí, los Dodgers ciertamente estarán en la puja por el lanzador derecho japonés Yoshinobu Yamamoto, cuyos pretendientes incluyen a los New York Mets, los New York Yankees, los Boston Red Sox, los Chicago Cubs, los San Francisco Giants e incluso los Azulejos, que odiarán haber sido despreciados dos veces. Agregarlo a él y a Ohtani no está fuera de discusión. Para el Juego 1 de la temporada 2024, en el que los Dodgers se enfrentarán a los San Diego Padres en Seúl y Corea del Sur, Yamamoto podría ser el abridor, con Ohtani bateando detrás de Betts y Freeman. La televisión sería imprescindible, ya sea en Estados Unidos y en el extranjero.
Con Ohtani ahí, el atractivo mundial de los Dodgers no hace más que crecer. Cuando Hideo Nomo llegó a Los Ángeles hace casi 30 años, era un fenómeno cuya actuación inaugural cautivó al público y allanó el camino para que Ichiro Suzuki, Hideki Matsui, Yu Darvish y Ohtani prosperaran en la MLB. Si los Dodgers no eran sinónimo del beisbol japonés antes, ciertamente, lo serán ahora. Y con una nueva generación de jugadores preparados para dar el salto (Yamamoto, el brillante lanzador derecho de 22 años Roki Sasaki, el tercera base Munetaka Murakami y tantos otros), Los Ángeles podría consolidarse como el equipo avanzado estadounidense para todos, para los mejores jugadores.
Ohtani estará en el centro de todo esto. Después de un examen físico que se espera apruebe, incluso con el codo recientemente operado, será un Dodger. El resto del deporte, en consecuencia, está sobre aviso. Esto es Dodgers 2.0, más grande y mejor que nunca, con el mejor jugador vivo en el centro del diamante. Y a medida que se acerca el entrenamiento de primavera y los Dodgers completan su roster y el panorama completo de futuro de este superequipo se aclara, recordaremos las tortuosas (especialmente para Toronto) 30 horas que llevaron a Shohei Ohtani a Los Ángeles, y las recordaremos por su sorpresa, claro, pero también por el asombro.