En mayo de 1946, Babe Ruth visitó México, tiempo en el visitó Acapulco, acudió a los toros, se enamoró de la comida y dio su último homerun.
El 16 de mayo de 1946 Babe Ruth inició una visita de dos semanas a México, tiempo en el que se dio tiempo para visitar Acapulco, se enamoró de la comida, declinó una oferta de trabajo y pegó su último homerun en un estadio profesional.
Babe Ruth, considerado uno de los mejores beisbolistas de todos los tiempos y símbolo de los New York Yankees que este fin de semana visitan la Ciudad de México para enfrentar a los Diablos Rojos, generó una expectativa pocas veces provocada por un atleta en la capital mexicana.
“Cuando se abre la oportunidad por invitación de mi abuelo, Jorge Rasquel, Babe Ruth recibe encantado la invitación, la acepta. Y viene a una clínica de bateo al que en ese entonces se le conocía como el Parque Delta. Las crónicas de la época, lo describen como un evento que pocas veces se han visto en el beisbol en México, pero esa fue muy particular por tener al que se le considera como el mejor beisbolista de todos los tiempos”, narra Miguel Pasquel, nieto de Jorge, un mítico directivo y promotor del Rey de los deportes en nuestro país.
A partir de que fue recibido por Pasquel en el aeropuerto, El Bambino vivió una intensa primavera en México, en la que se cuentan visitas a Acapulco y Cuernavaca, en las que se dio tiempo para jugar golf, además de degustar la comida local y asistir a los toros.
“La pasó bien durante su estancia en México. Visitó Acapulco, dicen que le gustó mucho. Lo pasearon por todos los sitios turísticos de la Ciudad de México. Durante esa visita, se dice que se le escuchó decir a Ruth que le gustó mucho la comida mexicana”, agrega Pasquel, en entrevista con ESPN Digital.
Pese a todo lo bien que ya la había pasado, faltaba la cereza en el pastel: la clínica de bateo en el Parque Delta, efectuada el 30 de mayo.
La muchedumbre enloqueció cuando presenció que el legendario pelotero, pese a llegar con ropa formal, pidió prestada una gorra, los spikes, un guante y el bat.
“Días antes ya había estado en el Parque Delta, pero solo como espectador. Vino la segunda visita, en la que conectó su último homerun. Aunque ya estaba retirado, ese fue su último cuadrangular y fue en la Ciudad de México. Eso significa mucho, porque tenemos que regresar 78 años atrás para entender la magnitud de lo que entonces significaba contar con la presencia de Babe Ruth”, agrega Pasquel.
Pese a que ya padecía cáncer en la garganta, el mismo que le arrebató la vida dos años más tarde, Ruth respondió a la expectante afición en los momentos previos al partido entre los Azules de Veracruz y los Diablos Rojos del México.
El mítico jonronero, primero realizó algunos lanzamientos y posteriormente tomó el bat. Tras algunos intentos, el pitcher Alberto Romo finalmente le colocó un disparo con el que Ruth se voló la barda, calculado en 390 pies de distancia.
Pese al momento de jubilo y el idilio que Ruth comenzaba con México, el número 3 de los Yankees declinó la oferta de empleo que le realizó Jorge Pasquel para tomar el cargo de Comisionado de la Liga Mexicana de Beisbol.
“Una anécdota muy interesante es que mi abuelo le ofrece a Babe Ruth el puesto como Comisionado de la Liga Mexicana de Beisbol. A Babe le gustó mucho lo que vio en México, la reconoció como una liga en crecimiento, estamos hablando de la época de oro del beisbol en nuestro país; sin embargo no la acepta debido a que ya estaba condicionado por el cáncer”.
Miguel Pasquel espera que el ambiente vivido hace 78 años con Ruth y hace 58, durante la última visita de los Yankees a México, se vuelva a dar este domingo y lunes con los duelos en el estadio Alfredo Harp Helu:
“Estamos hablando de los Yankees, el equipo con más títulos en la historia del beisbol profesional, y dándose la combinación de que vuelven a enfrentar a los Diablos Rojos, el más importante en México, seguramente dará por resultado otra fecha memorable, que ojalá se asemeje en emoción y asistencia de la afición mexicana”.