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Cómo Jeremiah Estrada inventó un nuevo lanzamiento e hizo historia

Jeremiah Estrada estuvo a punto de morir por COVID-19, pasó por una operación Tommy John y ahora es una sensación en la MLB


LA ASCENSIÓN DE JEREMIAH ESTRADA de jugador marginal de las Grandes Ligas a uno de los lanzadores de relevo más dominantes del béisbol comenzó en diciembre pasado en el laboratorio de biomecánica de los San Diego Padres en Point Loma.

Pasaron apenas unas semanas después de que los Chicago Cubs lo sacaran de su róster de 40 y varios meses para que su brazo tomara la forma adecuada para la temporada 2024. Rubén Niebla, el nuevo entrenador de lanzadores de Estrada, quería verlo lanzar con la esperanza de identificar un lanzamiento que pudiera complementar su dinámica, la cual tenía un exceso de bola rápida de cuatro costuras.

Probaron cutters, curvas, cambios de velocidad y sliders, alterando continuamente los agarres de la mayoría de ellos, y luego Estrada reveló el lanzamiento que cambiaría la trayectoria de toda su carrera: el ‘split-changeup’, uno que desarrolló por desesperación y ahora llama tímidamente un "chitter”. Lo sostuvo con una versión alterada, alojando la pelota entre sus dedos medio y anular, y Niebla no pensó que pudiera controlarlo. Luego lo soltó. La pelota viajó con un hundimiento infernal y un recorrido al lado del brazo. La primera reacción vino del receptor:

“Holy s---”.

Luego Estrada hizo otro lanzamiento.

“Oh Dios”, dijo Niebla. “Miró los números, las características del lanzamiento y pensó: 'eso en realidad no está mal. Hazlo de nuevo'”.

Lo que inicialmente se suponía que sería una sesión de bullpen de 15 lanzamientos se extendió a unos 70. Al final, Niebla se convenció de que había identificado en Estrada a un jugador de segundas oportunidades, el cual había buscado en toda su carrera.

“Él dijo: 'Está bien, tu splitter es tu f---ing lanzamiento’", recordó Estrada. "Me sentí bien porque trabajé duro para ese pitcheo. Lo hice".

Estrada sumó apenas 40 entradas profesionales en los cuatro años posteriores a su selección en el draft de la escuela secundaria en Palm Desert, California, en 2017. Una lesión en el antebrazo que no sanaba llevó a una cirugía Tommy John. Siguió una pelea aterradora con COVID-19, en la que perdió más de 40 libras y casi pierde la vida. Las siguientes dos temporadas, pasadas en la organización de los Cachorros, fueron mediocres, notables principalmente por la frustración de Estrada en su búsqueda de algo con sentido.

Ahora ha surgido como una de las historias de éxito más improbables de la temporada, estableciendo un récord de la era de expansión con 13 ponches consecutivos el mes pasado y con una efectividad de 0.86. Ha estabilizado la parte de atrás del bullpen de los Padres. Y se ha centrado en una combinación de tres lanzamientos (la recta que siempre tuvo, el slider que corrigieron los Padres y el split-change que Estrada prácticamente inventó) que desconcierta a los bateadores.

“He trabajado duro para esto”, dijo Estrada. “He pasado por mucho para estar en esta situación, para estar aquí, pero siento que todavía estoy luchando”.


UN DÍA de agosto de 2021, Estrada se despertó en el suelo de su habitación de hotel en Myrtle Beach, Carolina del Sur, con los paramédicos sobre él. No estaba seguro de cómo llegó allí; todo lo que sabía era que no podía respirar.

Un caso inicialmente leve de COVID-19, en el que perdió los sentidos del gusto y el olfato, pero no sintió más que somnolencia, rápidamente se volvió grave. Días antes, Estrada vomitó con tanta frecuencia durante un período de 24 horas que instaló una cama improvisada dentro de su bañera para no alejarse mucho del baño. Cuando lo ingresaron en el hospital ese mismo día, dijo: “mis manos se trabaron como un dinosaurio porque estaba muy deshidratado”.

Ese día le dieron el alta rápidamente, pero al regresar a casa todavía sufría de dificultad para respirar y tanta nubosidad que no podía ver la pantalla de su iPhone. Usó Siri para comunicarse con su padre en California y le dijo que llamara una ambulancia. Cuando los paramédicos llegaron, sus niveles de saturación de oxígeno habían bajado al 70%. Sus perspectivas sólo empeoraron cuando regresó al hospital.

“Llamaron a mi papá y le dijeron: 'No se ve bien'”, recordó Estrada. “'A tu hijo le queda más o menos un día'”.

Estrada, que no fue vacunado, no recuerda cuánto duró su última estancia en el hospital. Todo lo que recuerda es que se despertó una mañana y sentía la nariz fría, lo que los médicos interpretaron como una señal de que podría volver a respirar por sí solo. De repente tuvo estómago para las galletas Graham con azúcar morena y nada más. Empezó a sentarse. Finalmente, se le autorizó a regresar a casa, momento en el que su peso había bajado de 215 a 172.

El sentido del olfato de Estrada había regresado en seis semanas, pero perdió el gusto durante un año completo. Su memoria a corto y largo plazo era tan mala que pasó las semanas siguientes sin poder recordar lo que pasó. La nubosidad cerebral le impedía dormir más de tres horas seguidas. Pasó la mayor parte de dos meses encerrado en su habitación, con miedo incluso de salir de ella. Los médicos inicialmente le diagnosticaron miocarditis y neumonía, entre otras dolencias, dijo Estrada.

No fue hasta el comienzo de los entrenamientos de primavera de 2022 que comenzó a sentirse como él mismo nuevamente.

“El único paso que me perdí del COVID, de algo que podría haber recibido, fue simplemente morir”, dijo Estrada.


CUANDO comenzó la temporada 2022, Estrada era un lanzador de 23 años comenzando desde cero. Había pasado la totalidad de su primera temporada completa en 2018 rehabilitándose de un esguince del ligamento colateral cubital y la mayor parte de 2019 recuperándose de una cirugía Tommy John. La pandemia acabó con la totalidad de la temporada de ligas menores de 2020, y la pelea de Estrada con COVID arruinó el final de 2021. Su primer día de entrenamiento de primavera en 2022 consistió en nada más que un trote de 10 minutos. Fue suficiente.

“No estoy mintiendo, cada gramo de mi cuerpo estaba dolorido por eso”, dijo Estrada. “No podía moverme al día siguiente”.

No obstante, Estrada avanzó a través de tres niveles de ligas menores ese verano, ganándose una convocatoria al final de la temporada a las ligas mayores. Entró en 2023 al margen del roster de Grandes Ligas de los Cachorros, pero aún estaba lejos de estar completamente formado. El equipo lo vio como un lanzador de recta, dijo Estrada, lo que lo disuadió de lanzar el cambio y la curva a los que estaba más acostumbrado. Se volvió demasiado dependiente de su bola rápida, haciéndolo demasiado predecible.

Estrada recuerda una salida del 23 de mayo de 2023 que todavía lo persigue. Entró en una situación con las bases llenas y sin outs en la sexta entrada. La primera base de los New York Mets, Pete Alonso, llegó a la base por fielder´s choice y comenzó a gritarle al siguiente bateador, Daniel Vogelbach: “¡Bolas rápidas! ¡Bolas rápidas! ¡Bolas rápidas!”. Vogelbach procedió a ver solo rectas y conectó un elevado de sacrificio próximo a un cuadrangular.

Poco después, los Cachorros intentaron enseñarle a Estrada un splitter similar al lanzado por el relevista veterano Mark Leiter Jr. Pero Estrada no pudo agarrar el lanzamiento porque nunca se sintió cómodo con la pelota entre sus dedos índice y medio. A menudo realizaba sesiones de bullpen para tratar de resolverlo y luego aparecía en los juegos esa misma tarde. La velocidad de su recta bajó. Cualquier sentimiento que tuviera por su slider se disipó. Intentó lanzar el sweeper pero nunca lo materializó, sin embargo no se dio por vencido.

“No me rindo”, dijo Estrada. “Si no puedo resolver algo, voy a querer resolverlo. No sabía cómo decirles: 'No quiero hacer esto'. No quería que se enojaran porque sé que quieren lo mejor para mí, pero hubo un punto en el que me cansé de eso”.

Estrada registró una efectividad de 11.77 en un lapso de 13 juegos en Triple-A del 16 de junio al 3 de agosto. Había acumulado 33 entradas entre Triple-A y las ligas mayores y había otorgado 36 bases por bolas en ese momento. En lugar de aceptar una degradación a Doble-A, Estrada dijo que convenció a los Cachorros para que lo enviaran a su laboratorio de lanzadores en Mesa, Arizona. Quería lanzar tantos bullpens como fuera posible con la esperanza de descubrir algo, y lo hizo bajo la tutela del coordinador de lanzadores Tony Cougoule.

Durante la mayor parte de un mes, los dos experimentaron con un cutter y estudiaron videos de cómo Stephen Strasburg y Eric Gagne lanzaban sus cambios. Finalmente se decidieron por un agarre similar al de Gagne, en el que la pelota de béisbol se aloja entre el dedo medio y el anular. Después de algunos retoques, Estrada descubrió una manera de tener una idea adecuada del lanzamiento: colocando su dedo anular encima de una costura, doblando sus dedos medio e índice hacia el costado de la pelota y diciéndose a sí mismo que debía soltarla como lo haría con su bola rápida.

“Lancé uno y funcionó”, dijo Estrada. “Fue como si se encendiera una bombilla”.


EL CLIP DE Estrada hablando sobre el “chitter” durante una aparición reciente en MLB Network provocó que niños de todo el mundo llenaran sus redes sociales con videos de ellos intentando replicarlo. A Estrada le llevó meses perfeccionarlo. Poco después de descubrir el lanzamiento, Estrada llevaba consigo una pelota de béisbol a todos lados y la sostenía de esa manera cada vez que tenía libre la mano derecha: en la cama antes de quedarse dormido, en el baño mientras se cepillaba los dientes, en el asiento del conductor de su automóvil cuando estaba la luz roja de un semáforo, en un restaurante mientras esperaba que saliera su pedido.

Solo lanzó el lanzamiento un puñado de veces al regresar a Triple-A cerca del final de la temporada 2023, lo que no fue suficiente para que los Chicago Cubs captaran su impacto. El 1 de noviembre los Cachorros quitaron a Estrada del roster de 40, la noche de su cumpleaños número 25. Cinco días después, los Padres, intrigados por las características de su recta, lo sacaron de waivers. Aproximadamente un mes después de eso, durante una extensa sesión de bullpen con Niebla, Estrada encontró lo que había estado anhelando: una conexión.

“Nos estábamos divirtiendo”, dijo Estrada. “Ahí es cuando sabes que tienes una relación verdadera. Hicimos clic”.

Estrada no permitió carreras en los entrenamientos de primavera con los San Diego Padres y se ganó un lugar en el roster activo para la primera serie de la temporada que se realizó en Corea del Sur. Los Padres lo llamaron nuevamente a fines de abril y lo vieron permitir solo dos carreras en un tramo de 21 entradas, ponchando a 35 bateadores, otorgando siete boletos.

Ponchó a los últimos cinco bateadores de los Cincinnati Reds que enfrentó el 23 de mayo, a los cinco New York Yankees el 26 de mayo y a los tres Miami Marlins el 28 de mayo, la mayor cantidad de ponches consecutivos desde al menos 1961. Todos ellos cayeron abanicando. Los oponentes se han ido de 23-4 con 13 ponches contra su split-change, pero también están luchando contra la bola rápida (38-5 con 16 ponches) y su nuevo slider (11-1 con seis ponches).

Los Padres pasaron gran parte del primer mes completo de la temporada preguntándose cómo cerrar la brecha con su cerrador estelar, Robert Suárez. El surgimiento de Estrada ha aliviado esas preocupaciones.

Su viaje allí le enseñó algo.

“Lo que todo el mundo necesita saber, y todos los atletas, es: 'Cuando estás aquí, puedes ser tú mismo o lo que la gente quiere que seas', dijo Estrada. "Pero sólo tú te conoces a ti mismo. Sólo tú sabes cómo se siente tu cuerpo. Sólo tú sabes lo que sientes por ti mismo. Cuando me hablaron del splitter con los Cachorros, no estaba seguro. Pensé: 'No me gusta, pero lo voy a hacer porque ustedes son los f---ing jefes”.

“Pero ahora que Rubén ha dicho, 'Sí, ese es tu lanzamiento', me dio confianza. Significaba todo”.