Si los conflictos de los últimos meses llevasen a Boston a tomar la decisión de mover al dominicano, qué podrían recibir a cambio y qué tendrían que hacer para generar interés en otros equipos.
En medio de la confrontación pública que Rafael Devers y Boston Red Sox han tenido por la idea de que el dominicano pudiese ser cambiado de posición nueva vez en la campaña, muchas preguntas han salido a flote. ¿Devers terminará jugando en la primera base? ¿Cómo se desempeñará si lo hace? ¿El equipo buscará una opción de fuera en el mercado de cambios?, entre otras, pero ninguna se ha repetido más que si Devers y los Red Sox están cerca de romper su relación.
Previo al inicio de la temporada 2023, Rafael Devers firmó una extensión contractual con los Red Sox por diez temporadas y 313.5 millones de dólares, misma que lo ata, al menos en principio, a Boston hasta la temporada 2033, cuando el dominicano tendrá 36 años, por la que la idea de que el equipo cambie a su jugador franquicia, en medio de un contrato extenso, es una que luce complicada de realizar.
Sin embargo, ¿sería posible cambiar a Devers? ¿Qué podrían obtener los Red Sox a cambio de un bateador designado de más de 300 millones de dólares?
Lo primero es analizar el aspecto contractual. Devers, con 28 años, está en la segunda temporada del acuerdo y sin incluir su bono por firma de 20 millones de dólares, su acuerdo le paga 29.6 millones por campaña. Ese salario es un monto importante en los libros contables de cualquier equipo, a pesar de que en la actualidad haya varios peloteros que rebasen cómodamente la cifra, por lo que cualquier equipo que desee aprovechar una eventual disponibilidad de Devers en el mercado de cambios, tendría que tomar eso en cuenta.
Sin embargo, esto es un arma de doble filo para los Red Sox por el hecho de que con las deficiencias defensivas que obligaron a mover a Devers a ser bateador designado desde la tercera base, la única forma de obtener un retorno medianamente decente por el jugador es si el equipo paga una parte importante de lo que resta del acuerdo, tal como vimos cuando el conjunto cambio al lanzador David Price hacia Los Angeles Dodgers en el cambio de Mookie Betts, donde debieron enviar 48 millones de dólares junto al lanzador.
Dicho esto, queda realizar una comparación sobre el jugador con sus pares. A nivel ofensivo, Rafael Devers ha sido uno de los bateadores más consistentes del pasado reciente en MLB. Desde 2021 a la fecha, entre todos los bateadores calificados (con 1,000 apariciones al plato al menos), Devers es el número 8 de Grandes Ligas en bases totales con 1,246. Es el número 11 en cuanto a carreras creadas con 444, ocupa la decimoséptima posición en OPS+ con 136 y su WAR es 16.8, el número 30 de la liga.
Además, a pesar de no tener uno de los swings más rápidos de MLB, sus métricas ofensivas lo ubican como un bateador de élite en cuanto a promedio de velocidad de salida de sus batazos con 95.7 millas por hora (ubicado en el percentil 99 de Statcast) y su porcentaje de contactos con fuerza (con 95 millas por hora o más) es de 61.9, ubicándolo en el percentil 100.
Defensivamente hablando, tal y como dijimos anteriormente, es uno de los peores jugadores de la liga, siendo segundo en errores cometidos entre antesalistas desde 2018 a la fecha y la pasada temporada, terminó con -9 en carreras defensivas salvadas (DRS), lo que quiere decir que su defensa le costó nueve carreras a Boston, por lo que está justificado su movimiento a bateador designado.
Dicho todo esto, y quedándonos solamente con la parte ofensiva, los jugadores que mejor se comparan con Devers desde 2021 a la fecha son Pete Alonso (WAR 16.4, OPS+ 135 y 428 carreras creadas) y Kyle Schwarber (WAR 11.6, OPS+ 135, 436 carreras creadas), quienes son muy buenos bateadores, pero no se consideran entre la élite.
No hay forma de defender, al menos en este momento, un cambio por Rafael Devers por el simple hecho de que, a nivel ofensivo, los Red Sox no son mejores sin él y sus opciones para cubrir la posición no son muchas. Adicionalmente, la cantidad de dinero que tendría que enviar Boston a otro equipo para obtener un retorno de jugadores de nivel es muy elevada, por lo que financieramente tampoco haría sentido un cambio en este momento.
A pesar de ello, no debería sorprender que si la situación no tiene solución, los Red Sox tomen la decisión de cambiarlo, como ya ha ocurrido con otras grandes estrellas del equipo en el pasado.