El recuerdo y el legado de Roberto Clemente sale a relucir varias veces durante la temporada de Grandes Ligas desde su fallecimiento en un accidente aéreo durante una misión humanitaria el 31 de diciembre de 1972. Este año, además del tradicional día dedicado a su memoria, el 6 de septiembre, también tuvo una mención adicional cuando Google colocó una imagen de la leyenda de los Piratas como su doodle diario a mediados de octubre.
Pero su hermano Justino 'Matino' Clemente lo recuerda todos los días, particularmente en octubre, y no sólo porque el ganador del premio que lleva su nombre se anuncia durante la Serie Mundial o porque en 2018, por primera vez tuvo la oportunidad de viajar a Cooperstown para ver la placa de su hermano en el Salón de la Fama, gracias a una invitación del también inmortal Roberto Alomar.
Lo ve claramente, por ejemplo, cuando Mookie Betts realiza un tiro perfecto a segunda para fusilar a un corredor, o cuando Cody Bellinger realiza una jugada de cordón de zapato o cuando Andre Benintendi cierra un partido con una atrapada espectacular. Pero también en actitudes no correctas, esfuerzos fútiles que su hermano no hubiese fallado y turnos cruciales en los que hubiese respondido.
"Lo veo todos los días, cuando hay buenas jugadas o cuando un jugador no le llega a una bola que yo se que 'Momen' le hubiese llegado", comentó recientemente 'Matino' Clemente, hermano mayor de Clemente. "No hay un día que pase en que no recuerde algo de Roberto y más cuando veo a un puertorriqueño haciendo labor humanitaria".
El premio Roberto Clemente se otorga año tras año al pelotero destacado que mejor ejemplifique el carácter humanitario del otrora astro de los Piratas de Pittsburtgh con su actuación fuera del terreno.
El ganador de este año es su compatriota Yadier Molina, quien sin hacer mucho ruido se dio a la tarea diaria a través de su Fundación 4 de llevar agua, comida y suministros a los muchos afectados por el Huracán María, que azotó a Puerto Rico en septiembre del año pasado.
Para Matino, sin embargo, son muchos los peloteros y atletas boricuas que merecen ese honor en 2018, además del 'Capitán' Molina.
Desde que el premio se estableció en 1971 (antes se conocía como Premio Comisionado), cuatro puertorriqueños lo han ganado: Edgar Martínez en 2004, Carlos Delgado en 2006, Carlos Beltrán en 2013 y Molina. Durante la emergencia provocada por María en septiembre de 2017, peloteros como Delgado, Beltrán, Molina, René Rivera, José de León, Eddie Rosario, Jorge Posada, Alex Cora, Carlos Baerga. Edwin Díaz y Martín Maldonado se unieron a otros atletas de la Isla como J.J. Barea y Mónica Puig para llevar ayuda a sus compatriotas necesitados.
Molina, receptor de los St. Louis Cardinals es un incansable trabajador humanitario que tan recientemente como la semana pasada llevó alegría a los niños de su barrio en Vega Alta, Puerto Rico.
"Eso es parte del legado de Roberto", expresó don Justino. "Me siento bien orgulloso de eso. Los peloteros y otros atletas cierran filas y se unen para ayudar a la gente porque sienten que tienen esa resposabilidad con el legado de Roberto Clemente. Por eso hay tantos que han ganado el premio que lleva su nombre".
La ayuda a las víctimas del terremoto de diciembre de 1972 en Nicaragua, a pocos meses de visitar este país con el equipo de Puerto Rico, fue la última de muchas misiones en las que se involucró el legendario jardinero derecho de los Piratas. Matino recordó que en su vida cotidiana, 'Momen' se dedicaba al prójimo como algo natural.
"Un día, manejaba por el centro de la Isla y vio que un carro se fue por una barranca", recuerda Matino, con lujo de detalles. "Se paró, se bajó del carro, y vestido como estaba se metió en el barranco a ayudar a rescatar a las víctimas. Ese era Momen".
Resaltó además el carácter solidario de su hermano con otros jugadores jóvenes latinoamericanos, con quienes se sentía con la responsabilidad de ayudar.
"Cuando le hicieron un homenaje en 1968 o 1969 jugaban contra Houston", narró, "y estaba César Cedeño, quien se sentía nervioso porque lo iban a entrevistar porque había sido escogido pelotero de la semana y él no hablaba inglés. En ese momento era el pelotero con quien más comparaban a Momen. Al verlo así, le dijo que no se preocupara, que exigiera un intérprete y que se asegurara que tradujera exactamente lo que él había dicho. Así lo hizo. Ahora, ya ven que todos los equipos tienen un traductor".
Matino Clemente y sus hijas Janet y Judith preservan la memoria del desaparecido astro en un museo casero en el que atesoran todo tipo de memorabilia hasta partes de un diario que llevaba Clemente, escrito a puño y letra. Por eso, mientras el mundo lo recuerda en días especiales como el 31 de diciembre, ellos lo tienen presente en cada día de sus vidas.