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¿Real o no? La loca cantidad de jonrones son la nueva normalidad

Algunas de las cifras son sorprendentes, incluso a pesar de estar en proceso de inmunizarnos ante tantos jonrones. Supongo que la sensación es similar a la reacción a la proliferación de triples en la NBA: Este es el deporte moderno. Debemos lidiar con ello.

La NBA ha asumido su estilo de juego y quizás los aficionados al béisbol deban hacer un mejor trabajo para aceptar que el juego de poder está aquí para quedarse, en vez de ponernos a llorar porque nadie intenta mover corredores.

Los cuadrangulares están volando de los parques y no sólo producto de los bates de Cody Bellinger y Christian Yelich. Todos la están destruyendo. Tommy LaStella comenzó la presente temporada con 10 jonrones de por vida en 828 turnos al bate. Ya cuenta con siete en el actual torneo. Jesse Winker disparó siete cuadrangulares en la pasada zafra en un total de 281 oportunidades al plato. Ya suma ocho. Hunter Dozier sumó 11 jonrones en 362 veces al bate con los Royals en 2018. Tiene siete cuadrangulares en 2019 junto al mayor porcentaje de slugging en la Liga Americana.

De hecho, a dos temporadas luego que el béisbol rompiera un récord en Grandes Ligas de 6,105 jonrones, nos encontramos a ritmo de superar dicha marca en 2019. A continuación, algunas cifras con la ayuda de ESPN Stats & Information (previas a la acción de la jornada del lunes):

• El promedio en la liga es de 1.33 jonrones por partido de cada equipo, comparado con 1.26 en 2017. Eso implica un incremento de 358 cuadrangulares con respecto a lo visto dos temporadas atrás.

• Se ha conectado un cuadrangular por cada 25.5 turnos ofensivos este año. El récord para los meses de marzo y abril es de uno por cada 26.8 apariciones al plato, impuesto en el año 2000.

• Los únicos dos meses con menos de 26 turnos al bate por jonrón fueron junio y agosto de 2017.

• El año pasado, los Yankees impusieron el récord colectivo de jonrones en una temporada con 267. Previo a la jornada del lunes, tres equipos mantenían ritmo para alcanzar los 300: los Twins (317), Mariners (308) y Brewers (301). La única carrera anotada por los Twins en su victoria 1-0 sobre los Astros el lunes fue un jonrón. Los Brewers dispararon dos cuadrangulares en su victoria sobre los Rockies, ambos autoría de Jesús Aguilar, quien no había conectado jonrones en toda la temporada (tras haber soltado 35 en el torneo anterior).

Uno de los mayores culpables, para sorpresa de nadie, es el equipo de los Baltimore Orioles. Sin embargo, las cifras que han logrado sumar son impresionantes, incluso para ellos. Luego de tolerar dos jonrones más durante el pasado lunes en una derrota 5-3 sufrida a manos de los White Sox, han admitido 73 en 30 encuentros, lo cual representa un vertiginoso ritmo de 394 en 162 partidos. Entonces, ¡hicieron algún progreso en el encuentro del lunes! ¿Por qué los Twins mantienen un ritmo para imponer récords en la categoría de cuadrangulares? Dispararon 23 contra los Orioles en seis encuentros.

La mayor cantidad de cuadrangulares permitidos en una temporada por un equipo es de 258, propiedad de los Cincinnati Reds de 2016.

Los Reds de 2017 ocupan el segundo puesto con 248. Los Orioles parecen ser una fija para superar ampliamente esos totales, quizás mucho antes de llegar el mes de septiembre.

Los Reds de 2016 toleraron 80 cuadrangulares más que el promedio de la Liga Nacional y 45 más que el segundo peor equipo. Los Orioles ya suman 24 jonrones más que el segundo peor equipo.

Si sienten que los jonrones están siendo conectados más fuerte y lejos que nunca, es probable que sus ojos no los estén engañando. De acuerdo con el antiguo Home Run Tracker de ESPN, en 2008 se produjo un estimado de 219 cuadrangulares por encima de los 440 pues. Incluyendo el largo estacazo de Jorge Soler producido el lunes para la causa de los Royals, se han producido 58 jonrones con distancias superiores a los 440 pies en 2019 (según el sistema Statcast), a un ritmo para totalizar 336 al final de la campaña.

Hagan swing fuerte y bateen esa pelota hasta llevarla bien lejos.