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La Novena: Cuando los virtuosos se convierten en inmortales

COOPERSTOWN -- 1. SI NEW YORK es la capital del mundo, París la ciudad del amor y Jerusalén la cuna del cristianismo, Cooperstown es el paraíso del béisbol. Y al nirvana solo llegan los virtuosos. Este año tocó el turno a Harold Baines, Roy Halladay, Mike Mussina, Lee Smith, Mariano Rivera y Edgar Martínez, ellos conformaron la Clase de 2019 del Salón de la Fama, que será recordada por ser la primera con un exaltado unánime (Mariano) y con dos latinos -Mo y Edgar, que hicieron méritos en Grandes Ligas- en la misma ceremonia. Puede que no encuentres tanta modernidad en el pueblo donde Abner Doubleday y sus amigos jugaron beisbol por primera vez en 1839, pero sí hallarás mucho ruido y las cosas más increíbles cuando los virtuosos se convierten en inmortales. Es una fiesta de proporciones inimaginables.

2. NÚMEROS: Cincuenta y tres miembros del Salón de la Fama asistieron a la ceremonia. Contando a los cinco exaltados, la cifra ascendió a 58. Esta es la primera vez que coinciden tantos inmortales en Cooperstown y en cualquier lugar de la historia. De acuerdo a estimados brindados por los organizadores, la fanaticada de alrededor de 55 mil fanáticos que asistió es la segunda mayor afluencia en la historia del evento, únicamente superada por los más de 82 mil seguidores que acudieron a la entronización de Tony Gwynn y Cal Ripken en 2007.

3. EL NEGOCIO: Cooperstown respira y vive del béisbol. El fin de semana de la exaltación la entrada de dinero al pueblo fue monumental. Si este año asistieron 55 mil personas ¿cuánto habrá recaudado la ciudad y sus pobladores (de poco menos de 2 mil habitantes) por concepto de hospedaje, comida, memorabilia y souvenirs? Todo está milimétricamente creado para generar mucho, mucho dinero. Un narrador de un país que prefiero no recordar exclamaría "¡qué derroche!".

4. EL TRUCO: Según varias fuentes cercanas a la situación, los miembros del Salón de la Fama invitados a la ceremonia de exaltación solo pueden autografiar con su nombre, el acrónimo HOF y el año de exaltación en los espacios establecidos por los organizadores y después de previo pago. Esa situación es "controlada" con recelo por los organizadores. Dicen que ni la KGB, el FBI o la STASI serían tan eficientes. Pero es casi imposible que los ilustres huéspedes no se tropiecen en un pueblito tan pequeño con los fanáticos y estos les soliciten su rúbrica. Ante esa situación los ex peloteros firman con su nombre a secas, eso le resta valor coleccionable al objeto y todos contentos.

5. LA FRASE: "Cualquiera que piense que el béisbol no es realmente una familia nunca ha estado involucrado en el béisbol", dijo entre lágrimas Brandy Halladay, viuda del lanzador Roy Halladay, antes de comenzar a leer el discurso de aceptación en nombre de su esposo.

6. EL DETALLE: Los cerradores Lee Smith (478 juegos salvados) y Mariano Rivera (652), en ese orden, fueron los últimos en pronunciar sus respectivos discursos de aceptación. ¿Establecieron los organizadores el orden a propósito o fue mera casualidad?

7. LA REFLEXIÓN: El venezolano Ozzie Guillén, uno de los dos latinos que ganaron la Serie Mundial como mánager, cree que los parámetros para ingresar al Salón de Fama irremediablemente tendrán que cambiar en unos años so pena de quedarse vacío. "Se va a formar una 'choricera' para exaltar jugadores", aseguró el también expelotero que estuvo de invitado en Cooperstown. "¿Ahora qué pitcher gana 200 juegos? ¿Quién pega 600 jonrones? Son pocos. La MLB yo no sé que va a hacer. Tendrán que bajar los estándares".

8. LA SENTENCIA: Es un hecho que el béisbol pierde terreno en la preferencia del público con relación a la NFL y la NBA. No obstante, ninguno de las dos instituciones que acogen a los inmortales del fútbol americano (Pro Football Hall of Fame en Canton, Ohio) y el básquetbol (Naismith Memorial Basketball Hall of Fame en Springfield, Massachusetts) alcanzan hasta ahora la organización, prestigio y la convocatoria del Salón de la Fama de Cooperstown.

9. LA PARADOJA: La ceremonia de exaltación se celebra en una explanada donde se juega fútbol y no béisbol. ¿Será cuestión de espacio o simplemente el terreno de béisbol no se profana?