A continuación, les presentamos el ranking definitivo de los momentos más grandes de la carrera de Ken Griffey Jr. Sin embargo, al redactar la presente nota me di cuenta de que intentar clasificarlos en orden jerárquico es una labor casi imposible. ¿Acaso hemos visto otro pelotero acumular tantos momentos icónicos durante su trayectoria en el béisbol? Repasaremos 10 de ellos en orden cronológico y a partir de ello, ustedes podrán decidir cuál es el momento más importante en la carrera de "The Kid".
1. La atrapada que le robó un jonrón a Jesse Barfield (26 de abril de 1990)
Por qué es su momento más grande: No solo se trata de lo lejos que corre Griffey. No solo se trata del salto perfectamente sincronizado contra la pared, que abrió un hoyo en el acolchado. No solo se trata de la forma cómo Griffey sostiene su guante en señal de júbilo, o la evidente alegría en su rostro. No solo se trata de la reacción de un Barfield atónito, o los choques de manos con sus compañeros. Se trata de la suma de todo lo anterior. Esa jugada representa al joven Griffey, con todo su futuro por delante. Una partícula en el tiempo hecha posible gracias a la suma de varias circunstancias precisas. Esta jugada sólo podía ocurrir en el antiguo Yankee Stadium, con el callejón de poder entre left y center field más profundo que existía en las Mayores; solo podía suceder con dos outs en la pizarra, lo que le permitió a Griffey correr y celebrar; sólo podía ocurrir cuando se es joven y aún se muestra sorpresa por las habilidades propias. Tienes 20 años por siempre. Esta jugada lo es todo.
2. Imparables consecutivos con Papá (14 de septiembre de 1990)
Por qué es su momento más grande: Dejemos a Griffey a un lado. Este podría ser el momento definitorio entre todos los momentos definitorios que se han producido en la historia del béisbol. Después de todo, ¿qué define mejor al béisbol (o qué expresa mejor lo que es Estados Unidos) como un padre y su hijo jugando a atrapar la pelota? Las antiguas historias que retrataban al padre, acabando de llegar de la mina, cubierto en carbón y enseñando a su hijo a batear, o al granjero pintando una zona de strike a un lado del establo, o escuchando a los Dodgers en la radio mientras estaba sentado en la entrada de un edificio de apartamentos en Brooklyn. Pero ¿ver a padre e hijo jugando juntos en Grandes Ligas? Es material digno de W.P. Kinsella, el novelista autor de "Joe Descalzo". No fue un ardid publicitario, considerando que Griffey padre bateaba para .300 durante esa temporada. En ese primer inning, enfrentándose a Kirk McCaskill, Griffey Senior conectó un indiscutible y después Junior hizo swing contra un pitcheo en cuenta 3-0 para ligar jonrón. No volveremos a ver algo similar.
3. La atrapada "Hombre Araña" (25 de mayo de 1991)
Por qué es su momento más grande: Con todo debido respeto a la atrapada contra Barfield, esta fue aún mejor, incluso más espectacular, debido a su mayor grado de dificultad. Se trata de la mejor atrapada que he visto en persona y casi 30 años después, aún puedo recordar cuando estuve sentado en las gradas superiores del antiguo Kingdome, frente a la línea de primera base, mientras veía a Griffey correr en busca de la pelota, olvidándose o ignorando el hecho de que la pared de los jardines se atravesaba en su camino. Tal como dijo el narrador Dave Niehaus, miembro del Salón de la Fama, al relatar la jugada: "No hay manera de que un ser humano pueda atrapar esa pelota". Griffey pudo hacerlo.
4. Su cañonazo en el HR Derby en Camden Yards (12 de julio de 1993)
Por qué es su momento más grande: El estadio Oriole Park at Camden Yards fue inaugurado en 1992, con la antigua bodega B&O Warehouse ubicada fuera de la explanada del jardín derecho, convirtiéndose en tentador objetivo para los bateadores zurdos. Con 1.116 pies de largo, se ha dicho que la bodega es el edificio de mayor longitud en la Costa Este de los Estados Unidos. Los ejecutivos del equipo ordenaron la instalación de cristales resistentes a los golpes sobre las ventanas de los cuatro primeros pisos de la B&O Warehouse... por si acaso.
Sin embargo, ningún pelotero había llegado a alcanzar dicho edificio con sus conexiones, hasta que Griffey soltó su profundo batazo en el Derby de Jonrones. Es cierto que se trataba del Derby de Jonrones y no un partido legal, pero el estacazo ayudó a consolidar la reputación de Griffey como slugger en ciernes y súper estrella conocida a nivel nacional, más allá de ser el favorito de la afición en Seattle.
Los Orioles homenajearon el jonrón con una placa instalada sobre el muro de la bodega (y he aquí un hecho que convierte a la hazaña de Griffey en algo aún más impresionante: después de todos estos años, ningún otro pelotero ha logrado que sus batazos lleguen a chocar con la bodega en un partido).
5. Batear de jonrón en su octavo partido consecutivo (28 de julio de 1993)
Por qué es su momento más grande: Este es quizás el jonrón característico de la carrera de Ken Griffey Jr. Para comenzar, se trata del único récord significativo en posesión de Griffey, igualando a Dale Long y Don Mattingly como dueños de la hazaña de conectar al menos un cuadrangular en ocho partidos al hilo.
También se trata de un jonrón clásico de Griffey: un elevado majestuoso que cayó sobre las gradas superiores del Kingdome, que flotó por los aires como si volara en cámara lenta. Parecía que Dios quería darnos a todos unos segundos extra para apreciar el momento. Solo hay que ver la forma en la cual Griffey latigueó con su bate por todo el medio de la zona de strike, con una velocidad tan vertiginosa con el madero para hacer volar una recta alta y afuera. Pura poesía del béisbol.
6. El primer jonrón de su carrera para dejar en el terreno al rival (24 de agosto de 1995)
Por qué es su momento más grande: Para poder apreciar la importancia de este jonrón, debemos recordar el estado en el cual se encontraba el béisbol dentro de la ciudad de Seattle en 1995. Los Mariners nunca habían clasificado a los playoffs y el club intentaba conseguir el financiamiento para la construcción de un nuevo estadio. Sin un nuevo parque de pelota, las probabilidades de que el equipo se mudara eran sumamente altas. El 24 de agosto, los Mariners se encontraban a 11 ½ juegos por debajo de los Angels en la División Oeste de la Liga Americana, aunque estaban a cuatro juegos de meterse en la lucha por el comodín.
El club aspiraba que un pase a los playoffs les ayudara a ganar el impulso necesario para asegurar la construcción del nuevo estadio. Era el momento para que Griffey jugase al héroe. Acababa de lesionarse la muñeca izquierda mientras hacía una espectacular atrapada en salto a finales de mayo y apenas había regresado a la alineación regular el 15 de agosto. Este cuadrangular para dejar en el terreno al rival, contra un envío de John Wetteland, coronó un rally para remontar un déficit 7-4, catapultando así una asombrosa carrera de los Mariners que les hizo clasificar a la postemporada, persiguiendo a los Angels hasta coronarse en su división en un partido de desempate. Todo empezó con el jonrón de Griffey. ¿Qué habría sido de los Mariners de no haber bateado ese cuadrangular? Nadie sabe si ese impulso se habría originado en algún momento de la lucha por el banderín. Sin ese jonrón, es probable que no existieran los Seattle Mariners.
7. Griffey roba un jonrón a Don Mattingly con una atrapada de feria (mediados de la década de 1990)
Por qué es su momento más grande: ¿Cuán popular era Griffey en los años 90? Pongámoslo de esta manera: cuando Mike Trout lanzó su línea propia de calzado con la firma Nike en 2014, fue el primer jugador de béisbol desde Junior homenajeado de esta forma por la gigante de las zapatillas deportivas. Además, fueron una jugada y un lance maravillosos.
8. Un gran inicio para su mejor temporada (1 de abril de 1997)
Por qué es su momento más grande: Griffey siempre tuvo un instinto que le hacía crecerse en los grandes momentos y el Día Inaugural siempre representa una ocasión más que especial. En 11 Días Inaugurales vistiendo el uniforme de los Mariners, Griffey conectó al menos un jonrón en seis partidos, incluyendo este par de vuelacercas contra David Cone en 1997, para iniciar toda máquina la temporada en la cual se alzó con el premio al Jugador Más Valioso por votación unánime. Griffey fue líder de la Liga Americana en los departamentos de jonrones (56), carreras impulsadas (147), anotadas (125), porcentaje de slugging (.646) y bases totales (393), alzándose además con el octavo de sus 10 Guantes de Oro.
9. Tres jonrones, incluyendo un batazo monumental (25 de abril de 1997)
Por qué es su momento más grande: Griffey sumó dos partidos con tres cuadrangulares de por vida, incluyendo este cotejo contra los Toronto Blue Jays, destacándose por los dos vuelacercas que conectó contra Roger Clemens, cuando "The Rocket" se encontraba en la cúspide de su poder como pitcher. El primero de esos jonrones, que voló por encima del Hard Rock Café del entonces Skydome, debía ser uno de los más largos en la carrera de Junior. Por cierto, Griffey bateó para .311/.392/.589 contra Clemens en 102 apariciones al plato de por vida contra el diestro oriundo de Dayton, Ohio. Miren ese swing. ¿Han podido ver algo tan perfecto?
10. El jonrón número 600 de su carrera (9 de junio de 2008)
Por qué es su momento más grande: Este fue el signo de exclamación del legado de Griffey, la evidencia final de las razones por las cuales fue uno de los mejores peloteros de todos los tiempos.
Estamos conscientes de que sus años con los Cincinnati Reds fueron decepcionantes, marcados por las lesiones y temporadas con saldo negativo. Aún se siente extraño ver jugadas de Griffey vistiendo el uniforme de los Reds (especialmente con el número 3 en su espalda en vez del 24); no obstante, Griffey se convertía en el sexto pelotero en la historia de las Mayores en ligar 600 cuadrangulares de por vida. Otros tres jugadores lo han logrado desde entonces, pero este sigue siendo un club de sluggers de élite. Griffey finalizó su carrera con la suma de 630 jonrones. Considérense afortunados si tuvieron la oportunidad de presenciar algunos de esos batazos.