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'Cirugía Tommy John', un homenaje perpetuo a un hombre tenaz y que cambió el rumbo del béisbol

La tenacidad de un lanzador por no permitir que, justo en pleno ascenso, su carrera llegara a un fin prematuro es homenajeada cada vez que se menciona su nombre.

Desde hace 46 años, escuchar el nombre de Tommy John en el béisbol es sinónimo de esperanza, la misma con la que el entonces pitcher de Los Angeles Dodgers llegó al consultorio donde se le dio la opción de hacer algo nunca visto en la pelota caliente.

Ese momento en el que Tommy John entró al consultorio del doctor Frank Jobe en la ciudad de Los Angeles se convirtió en un parteaguas para el béisbol profesional y amateur, pues antes de que el lanzador angelino buscara incansablemente una solución para la lesión que sufría en el codo en 1974, los pitchers que padecieron antes dolencias similares, simplemente decían adiós o, en el mejor de los casos, lograban extender sus carreras de forma intrascendente.

Crónica de una decisión crucial

Thomas Edward John comenzó su carrera en Grandes Ligas con los Cleveland Indians y debutó el 6 de septiembre de 1963 a los 20 años de edad. Dos años después fue a los Chicago White Sox, con quienes comenzó a afianzarse como abridor con 219 aperturas, es decir, un promedio de 31 salidas por temporada y más de 30 en cinco de sus siete campañas con el equipo.

Incluso, Tommy John terminó como líder en blanqueadas en 1966 y 1967 con cinco y seis, respectivamente y su efectividad con Chicago fue de 2.95 en siete años.

Esas cifras llamaron la atención de los Dodgers, que adquirieron al lanzador zurdo en un cambio con los White Sox en 1972.

En sus tres primeros años con la novena angelina, Tommy John ganó 40 aperturas, 16 de ellas en la temporada 1973, misma en la que tuvo el mejor porcentaje de victorias (.696) en la Gran Carpa, al igual que en 1974 (.813), año en el que sumaba 13 victorias en 22 salidas antes de tener que poner fin prematuro a su campaña el 17 de julio, luego de sufrir dos derrotas en dos aperturas consecutivas.

John tuvo que parar por una lesión que resultó ser una rotura del ligamento colateral ulnar del codo izquierdo. Consultó al doctor Jobe, quien trabajaba para los Dodgers en ese entonces y quien, quien no pudo determinar cuál era la dolencia y recomendó descanso y poner la articulación en hielo.

Tommy John no era fan de las cirugías, por lo que usó el tratamiento sugerido por el doctor para evitarla a toda costa y luego de prácticamente dos meses en los que la lesión, incluso, empeoró, y en los que los Dodgers esperaban tener de regreso a uno de sus mejores pitchers, Tommy John intentó regresar a lanzar.

Al no conseguir lanzar sin dolor y con efectividad, Tommy John tomó la decisión que cambió su vida, su carrera y el rumbo del béisbol.

John entró al quirófano el 25 de septiembre con la incertidumbre de saber si podría continuar con su carrera. Las apuestas estaban en su contra.

El periodo de recuperación y rehabilitación fue extenso. Durante 17 meses, Tommy John trabajó convencido de que la cirugía para reparar el codo por medio del trasplante de ligamento le permitiría seguir con su carrera.

El Milagro

Después de no jugar la temporada de 1975 y agotar cada día, hora, minuto y segundo necesario para su recuperación, Tommy John volvió a subir a la loma para abrir por los Dodgers el 16 de abril de 1976 en Atlanta.

Trabajó cinco entradas en las que permitió tres carreras, cinco hits, uno de ellos jonrón, regaló cuatro bases por bolas y ponchó a uno en un duelo que los Dodgers perdieron 3-1, pero el resultado y línea de trabajo eran lo de menos.

Tommy John había completado el milagro desde el primer lanzamiento de su labor aquél día: había vuelto a lanzar tras recuperarse de una lesión que hasta un año antes, había enviado al retiro a varios pitchers y ganó 10 juegos en 31 aperturas.

Antes de la cirugía, la velocidad en los lanzamientos de Tommy John había disminuido, pero, tras la operación, llegaron los mejores años del pitcher.

En 1977, ganó 20 juegos en 31 aperturas y completó 11 con efectividad de 2.78 para ayudar a los Dodgers a llegar a la Serie Mundial, en la que abrió el Juego 3 ante los New York Yankees, además de terminar segundo en la votación por el Cy Young.

Un año después, Tommy John ganó 17 de sus 30 aperturas con 3.30 de porcentaje de carreras limpias. Los Dodgers volvieron al Clásico de Otoño y el zurdo fue el encargado de abrir el Juego 1, otra vez ante los Yankees.

John ganó el Juego 1, pero perdió el 4 ante unos Yankees que repitieron la hazaña.

Los del Bronx no dudaron en contratar a Tommy John como agente libre en 1979 y con ellos, el derecho volvió a quedar segundo en la votación por el Cy Young tras 21 juegos en 37 aperturas con efectividad de 2.96. En 1980, la cuota de triunfos fue de 22 con promedio de carreras limpias de 3.43 y seis blanqueadas (líder de las Mayores). En ambas temporadas fue al Juego de Estrellas.

Fue hasta que Roger Clemens lo logró en 1986 y 87 que otro lanzador de Grandes Ligas consiguió ligar temporadas con 20 o más victorias.

En 1981, el aporte de Tommy John disminuyó considerablemente al ganar nueve de 20 aperturas, pero ayudó a los Yankees a llegar a la Serie Mundial, donde los del Bronx se volverían a ver las caras con los Dodgers. John abrió y ganó el Juego 2 y entró de relevo en los duelos 4 y 5 de un Clásico de Otoño en el que los californianos pudieron tomar revancha de los del Bronx.

En 1982, ganó 10 juegos con los Yankees y cuatro con California (actuales Los Angeles Angels). En sus últimos siete años en Grandes Ligas, Tommy John superó las 10 victorias por temporada en dos ocasiones (11 con California en 1983 y 13 con los Yankees en 1987).

Una cirugía que cura el codo y llena de confianza

En varias ocasiones, el doctor Jobe ha asegurado que el desempeño de Tommy John no mejoró tras la cirugía, al señalar que el trasplante de ligamento sólo ayudó a que el codo retomara el estado que tenía antes de someterse a una intensa carga de trabajo que abarcó años de repetir la mecánica de lanzamiento.

En 1976, Tommy John volvió a disfrutar de un codo en buen estado y con esa seguridad, hizo sus lanzamientos con plena confianza en que la articulación no volvería a molestarle.

Antes de la crucial cirugía, Tommy John ganó 124 de 318 aperturas (.539) con efectividad de 2.97 y 28 blanqueadas. Sus promedios en esa etapa (1963-74) fueron de 13 triunfos de 36 aperturas y tres blanqueadas por temporada.

Tras la cirugía (1976-89), el zurdo ganó 164 de 382 salidas (.567 de porcentaje de victoria) con 3.66 de promedio de carreras limpias y 18 blanqueadas para registrar promedios por campaña de 14 triunfos y dos blanqueadas.

La obstinación de Tommy John cambió el rumbo el béisbol y el destino de varios pitchers actualmente considerados leyendas y que pudieron seguir con sus carreras tras someterse a la cirugía que lleva el nombre del primer pelotero en quien fue practicada.

Gracias a esa tenacidad, Tommy John es inmortal y sinónimo de esperanza en el béisbol.