Una década después de que el árbitro Jim Joyce le estropeara un juego perfecto, el lanzador venezolano Armando Galarraga dijo que se siente afortunado de haber tenido mala suerte esa noche del miércoles 2 de junio del 2010.
"Tuve suerte de tener mala suerte ¿Por qué? porque me hice más famoso por eso. Aprendí mucho de la experiencia", dijo Galarraga durante una conversación con el equipo de "Béisbol Esta Noche" de ESPN para recordar el juego casi perfecto más famoso de la historia de Grandes Ligas.
Galarraga, quien tuvo marca de 26-34 y efectividad de 4.78 en 542 innings en partes de seis temporadas con cuatro equipos, apenas apareció en 100 juegos en su corta carrera, pero el episodio de hace 10 años le garantizó una mención perpetua en Grandes Ligas (MLB).
"No soy un muchacho que duró 10 años en Grandes Ligas, que ganó el premio Cy young, que fue el el número uno o número dos en una rotación, realmente no lo fui, tengo los pies sobre la tierra", dijo Galarraga a ESPN.
"Por eso me enfoco en el momento estelar de mi carrera, lo que me deja mejor sabor: Yo aporté un poco para que el béisbol evolucionara y que lo que me pasó a mí, no le pasará a otros. Lo que me pasó a mí, ayudó a hacer repeticiones en el béisbol", dijo.
En la historia de 144 años de la pelota de Grandes Ligas, solamente en 23 ocasiones un lanzador ha retirado a la oposición sin dejar llegar a base a ningún oponente. Ningún lanzador ha lanzado más de un juego perfecto y el de Don Larsen en el quinto choque de la Serie Mundial de 1956 se mantiene como el único de postemporada.
El juego perfecto más reciente fue lanzado el 15 de agosto del 2012 por el derecho venezolano Félix Hernández, de los Seattle Mariners, (contra los Tampa Bay Rays) en el Safeco Field. Ese año también lograron la hazaña Philip Humber, de los Chicago White Sox, (contra Seattle) el 21 de abril, y Matt Cain, de los San Francisco Giants, (contra los Houston Astros) el 13 de junio. Es la única vez que ocurrieron tres juegos perfectos en un mismo año.
Galarraga, quien para entonces tenía 28 años de edad y batallaba por mantenerse en la rotación abridora de los Detroit Tigers-- y en las ligas mayores-- retiró a los primeros 26 bateadores de los Cleveland Indians, obligando al mundo del béisbol a enfocar su atención a lo que estaba pasando en el Comerica Park. Las transmisiones locales y nacionales, incluyendo ESPN, detuvieron sus relatos de los otros encuentros y enlazaron con la señal desde la ciudad motor.
El derecho de Cumaná, en el nordeste de Venezuela, pasó su mayor susto de la noche cuando el primer bateador de Cleveland en el noveno, Mark Grudzielanek, conectó profundo entre los jardines izquierdo y central en el espacioso parque de los Tigres, pero el jardinero central Austin Jackson realizó una tremenda atrapada de espalda al plato, provocando una gran celebración de la modesta asistencia (17,738) de esa noche.
Con dos outs y cuenta de 1-1, el torpedero Jason Donald, el noveno en la alineación del manager dominicano Manny Acta, bateó un rodado alejado del primera base Miguel Cabrera, quien fildeó limpiamente y pasó a Galarraga, quien pisó la almohadilla justo a tiempo para reclamar una de las hazañas más difíciles del juego.
La repetición de televisión mostró que Cabrera y Galarraga se combinaron armoniosamente para completar lo que sería el juego perfecto número 22 de la historia y el vigésimo desde 1900.
El único error de la noche fue que Joyce, uno de los árbitros más reconocidos de las ligas mayores y quien trabajaba en la primera base esa noche, declaró quieto a Donald, acabando el perfecto y el No-Hitter a Galarraga y acelerando el proceso que llevó el béisbol a tener la repetición de televisión en jugadas cerradas en las bases.
"Cuando yo pisé la almohadilla, mi primera reacción fue levantar los brazos, después vino la duda", dijo Galarraga.
"Él cantó quieto y yo me quedé paralizado, no sabía como actuar. No respondí así porque soy un santo o porque respondo muy bien a las cosas [negativas], simplemente me quedé paralizado, me puse a reirme porque estaba muy nervioso, el corazón me latía fuerte. Estaba tirando un juego perfecto, cerca de hacer historia", agregó.
"Cuando comienzo a caminar de regreso al montículo comienzan las dudas en mi cabeza: A lo mejor no pisé la primera base, quizás no corrí fuerte, a lo mejor pifié la pelota dentro del guante ¿Por qué fue quieto?", comentó Galarraga.
La MLB usaba la revisión instantánea desde 2008, pero solo para decidir jonrones controversiales. Cuatro años después del juego imperfecto de Galarraga, la oficina del comisionado aprobó un sistema ampliado que permite a los managers el solicitar revisión en dos jugadas y luego de la sexta entrada, los árbitros pueden examinar jugadas confusas a su entera discreción.
La historia cuenta que luego del partido, y tras ver la jugada en un televisor en el cuarto de los árbitros, Joyce supo que había fallado y, peor, que sería recordado toda su vida por esa jugada, algo un poco injusto para un árbitro que trabajó en partidos de Grandes Ligas entre 1987 y 2016.
"Le acabo de dañar un juego perfecto al muchacho. Pensé que el corredor venció el tiro. Estaba convencido de que venció el tiro hasta que vi la repetición. Fue la jugada más importante de mi carrera", dijo Joyce.
"Hablé con él esa misma noche", dijo Galarraga. "Tuvimos una conversación. Lloró. Por primera vez me puse en sus zapatos. Mi parte de la historia fue la parte blanca, pero Joyce tuvo que cargar con la parte negra, por la presión de todo lo que le vino", agregó.
"Nadie es perfecto. No puedes juzgar la carrera de una persona por una equivocación de par de segundos", dijo el venezolano.
Galarraga y Joyce participaron juntos en una conferencia de prensa y al día siguiente el lanzador entregó la alineación de los Tigres al veterano juez de terreno. Con los años se volvieron uña y mugre, escribieron el libro "Nobody's Perfect: Two Men, One Call, and a Game for Baseball History" ("Nadie es Perfecto: Dos Hombres, Una Llamada, y un Juego para la Historia del Béisbol") y participaron en decenas de eventos.
"No es que somos los mejores amigos, realmente que no, pero nos casamos pácticamente", dijo Galarraga. "Escribimos un libro, fuimos juntos a los premios ESPYS y hace unos meses hicimos un documental para la FOX", dijo el pitcher.
Galarraga dijo a ESPN que es falso que estuviera haciendo una campaña para apelar la decisión de Joyce de hace 10 años.
"Hubo un poco de polémica porque dijeron que yo quería apelar la decisión de Joyce y eso es falso. Realmente eso no es cierto. La dinámica de esos tiempos no lo permite. No había repeticiones en las bases", dijo.
Galarraga, ahora de 38 años, tiene una academia de béisbol en Austin, Texas, y está celebrando el décimo aniversario de su juego imperfecto vendiendo camisetas alusivas al hecho para recaudar fondos que irán a instituciones que trabajan con niños hambrientos en Venezuela.
"Venezuela se encuentra en crisis, hay un problema grave, y quiero contribuir en algo. Estoy vendiendo las camisetas para ayudar a niños en mi país", dijo el ex lanzador de Texas Rangers, Detroit, Houston y Arizona Diamondbacks.