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Dodger Stadium, una historia de odio y amor

Vista panorámica del estadio Dodger Stadium en el presente. Getty Images

Dodgers de Los Ángeles regresan este martes a casa, para continuar la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, frente a los Cachorros de Chicago, un duelo que se encuentra igualado a una victoria por bando.

Y mientras la gran mayoría de los angelinos aplauden a Clayton Kershaw, a Adrián González y a Kenley Jansen, por poner su esfuerzo y su talento, al servicio de la afamada entidad deportiva que intenta llegar a su primera Serie Mundial en los últimos 28 años, existe otro sector que sigue lamentando el arribo del equipo de béisbol profesional a Los Ángeles, en 1958, procedente de Brooklyn, Nueva York.

Son los Desterrados de Chávez Ravine, como se conoce a los miembros y descendientes de los aproximadamente 1,100 residentes, que tenían sus hogares, en lo que hoy es Dodger Stadium.

"Yo vivía en la Calle Paduca, por el rumbo del jardín izquierdo", revela Carol Jacques, entrevistada por ESPN Digital, durante una reunión de familias que integraban esa comunidad de residentes en esa parte del Elysian Park.

"Mi abuelo vino de Michoacán y mi abuela, era de Jalisco", agrega Carol, al señalar que la gran mayoría de los residentes de los tres barrios conocidos como La Loma, Palo Verde y Bishop, eran de origen mexicano. Familias que se habían establecido en el Sur de California, a principios del siglo pasado, en una ola migratoria propiciada por la Revolución de 1910, en el vecino país del sur.

"Nosotros teníamos como 9 años de edad, pero recordamos que varias personas fueron a manifestarse al palacio municipal, asistían a las sesiones del Consejo. Algunas familias habían perdido a algún hijo en la guerra y a pesar de ello, enfrentaban esta situación. Su hijo había dado la vida por el país y ahora pretendían sacarlos de aquí" Dolores Santillán Rodríguez, su hogar se encontraba en lo que hoy es un lote de estacionamiento de Dodger Stadium.

Y aunque estos desalojos, algunos con el uso de fuerza, se atribuyen directamente a la organización deportiva fundada por la familia O'Malley, la verdadera historia indica que las autoridades de Los Ángeles habían ordenado, a principios de los años cincuenta, mucho tiempo antes de la mudanza de los Dodgers al sur de California, en 1958, la evacuación de los residentes en las comunidades en cuestión: La Loma, Palo Verde y Bishop, para edificar en esos predios, un complejo habitacional.

El proyecto, sin embargo, fue rechazado, al catalogarse como una propuesta 'socialista'.

"Luego de la II Guerra Mundial, la ciudad de Los Angeles quería cambiar su fisonomía y convertirse en una de las metrópolis más importantes, económicamente, arquitectónicamente, del país. LAX estaba en plena construcción. Los autos se convertían en una necesidad de sus residentes y se iniciaba la red de autopistas. Es por ello, que los funcionarios vieron con buenos ojos la idea de que los Dodgers se establecieran aquí, porque encajaban a la perfección en la nueva imagen de la ciudad. Además, en Chávez Ravine ya solo quedaban unas pocas familias y el terreno, junto al centro de Los Ángeles, era ideal para construir el nuevo estadio de béisbol", explíca Eric Ávila, profesor de Estudios Chicanos en UCLA.

"Cuando empezó la construcción del estadio, nosotros ya estábamos reubicados en Lincoln Heights desde hacía algún tiempo. Muchas de las familias fueron desalojadas a principios de los cincuenta y los Dodgers llegaron hasta 1957 o 1958", recuerda Dolores Santillán Rodríguez, hija de un zacatecano y de madre duranguense.

"Nosotros teníamos como 9 años de edad, pero recordamos que varias personas fueron a manifestarse al palacio municipal, asistían a las sesiones del Consejo. Algunas familias habían perdido a algún hijo en la guerra y a pesar de ello, enfrentaban esta situación. Su hijo había dado la vida por el país y ahora pretendían sacarlos de aquí", recuerda Dolores, cuyo hogar se encontraba en lo que hoy es un lote de estacionamiento de Dodger Stadium.

Era una época en que los mexicanos, lo mismo que los residentes de otras razas y orígenes étnicos, eran segregados.

"Los mexicanos y los mexicano-americanos no podíamos vivir en cualquier lugar, en cualquier barrio de la ciudad. Cuando alguien ponía en venta su casa, tenía que firmar un documento, comprometiéndose a no venderle a mexicanos, a negros, judíos o asiáticos", recuerda Jacques, quien detalla que debido a esas prácticas, las comunidades de Chávez Ravine , tenían una muy clara identidad.

"Desde la época de nuestros abuelos, ya había barrios donde únicamente nosotros, los mexicanos podíamos vivir. Por eso, la mayoría de las familias que vivíamos ahí, éramos mexicanos y mexicano-americanos, de segunda y tercera generaciones".

Santillán Rodríguez ofreció más detalles de lo que fuera Chávez Ravine en esos tiempos, a mediados del siglo pasado:

"Era una época después de la segunda guerra mundial. Y California, lo mismo que Los Ángeles, no se encontraban tan bien. Porque durante la guerra, tuvimos que hacer muchos sacrificios. Había escasez de vivienda y muchas familias apenas se estaban recuperando de la guerra".

"Nosotros estábamos, al mismo tiempo, saliendo de la depresión".

"Y cuando dicen que nosotros éramos unos slums (de barrios pobres), eso es una mentira. Los funcionarios de la ciudad tuvieron que decir eso, para quitarnos nuestras viviendas".

"Nosotros éramos familias de media clase. Había gente de diferentes niveles, pero la mayoría era de media clase. Estábamos trabajando y el 60 % de la gente que vivía ahí, éramos los propietarios de nuestras casas. Estábamos por encima del nivel del estado, que era del 42 %, en cuanto al promedio de residentes dueños de casa".

EL TEMA DE LOS DESTERRADOS

Los Desterrados de Chávez Ravine sigue siendo un motivo de debate en Los Ángeles y en la comunidad mexicano-americana.

Se han escrito libros y obras de teatro con ese tema.

La Plaza de Cultura y Arte, del centro de Los Ángeles, organizó una reunión de estas familias, con motivo de la exhibición denominada: Peloteros Paradise: A Los Angeles Beisbol Story.

La exhibición, que está abierta al público, sin costo de admisión, hasta el 31 de octubre, en el 501 North Main St, Los Angeles, Ca 90012, presenta una serie de videos, documentos, fotografías y otros detalles de la vida beisbolística de la ciudad, desde antes del arribo de los Dodgers, para establecerse, primero, en el Coliseo Memorial, para luego mudarse a su nueva casa, en Chávez Ravine, en 1962.

En la misma, y gracias al tino de la curadora Erin Curtis, se pueden apreciar aspectos como la influencia mexicano-americana en la práctica del béisbol de la época, con equipos como los Carmelita Chorizeros, conocidos como los New York Yankees del Este de Los Ángeles.

También se pueden descubrir aspectos como la presencia de la mujer en el juego de pelota, un boleto del primer juego de los Dodgers, en el Coliseo Memorial, hasta llegar a la Fernandomanía.

"Aquí hay gente que adora a los Dodgers. Algunos otros, todavía odian a los Dodgers. Pero de todo esto, los Dodgers no son los principales culpables, por los desalojos, o porque la ciudad tratara de construir esas viviendas", reconoció Carol Jacques, quien forma parte del grupo de Desterrados de Chávez Ravine, que ocasionalmente se reúnen, para revivir aquellas épocas y algunas de esas convivencias, tienen lugar en el Elysian Park, frente a Dodger Stadium.

"Ya no puedo decirle más, porque voy a empezar a llorar. Fue algo muy triste para nosotros", finaliza diciendo Carol, recordando aquel barrio donde vivió su infancia y su juventud.

"Para nosotros, no era Chávez Ravine. No conocíamos a nuestra comunidad con ese nombre. Para nosotros, era Palo Verde, que es donde vivía la mayoría de la gente. En La Loma no había tantos residentes como en Palo Verde. Y Bishop se encontraba en el camino para entrar a Palo Verde, que era el vecindario más grande, el que tenía más residentes".

Y aunque, Carol reconoce que los verdaderos instigadores de aquellos desalojos fueron las autoridades, los funcionarios de la época en Los Ángeles, considera que algo de culpa le corresponde al equipo campeón de la División Oeste del Viejo Circuito, en las últimas cuatro temporadas.

"Los Dodgers, ciertamente, juegan béisbol donde nosotros vivíamos", concluyó diciendo Carol Jacques.