HOUSTON -- Al menos por un partido, Alex Wood pareció Clayton Kershaw arriba de la loma y casi por si mismo se encargó durante la mitad del juego de que Dodgers de Los Ángeles fueran competitivos.
Wood lanzó pelota sin hit durante cinco entradas y dos tercios hasta que recibió cuadrangular de George Springer que parecía el principio del fin de los Dodgers en la Serie Mundial.
Pero el relevo respondió, como ha hecho durante toda la postemporada, y algunos bates que estaban moribundos revivieron y los Dodgers aseguraron regresar a Los Ángeles, al menos para un sexto partido del Clásico de Otoño, sin importar el resultado del Juego 5 este domingo, aún en Houston.
Los Dodgers ganaron 6-2 a los Astros de Houston, el juego que comenzó con un duelazo de pitcheo, luego de que Cody Bellinger por fin produjo con su madero y encabezó la embestida a partir del séptimo inning con un doblete, que después se convirtió en carrera, gracias a que fue empujado por Logan Forsythe.
A partir de ahí, Los Ángeles parecieron el equipo que dominó la Liga Nacional de punta a punta.
El propio Bellinger, que rompió su sequía de imparables que se alargaba a toda la Serie Mundial y que la noche anterior vio cuatro ponches, conectó otro doblete productor, que también se convirtió en carrera, cuando ya todos en el Minute Maid Park sabían que la derrota local era casi inevitable.
''Nosotros sabíamos que si seguíamos pitcheando así, en algún momento nuestros bates iban a despertar'', consideró el relevista de los Dodgers, Kenley Jansen. ''Y después sabemos que el bullpen puede hacer el trabajo y así tuvimos una oportunidad de ganar''.
''Eso era lo que nosotros necesitábamos, una actuación casi perfecta de Alex (Wood)'', agregó. ''Hizo el trabajo suficiente''.
Ya con la ventaja 3-1 en la novena entrada, el bateador designado Joc Peterson sentenció la suerte de sus Dodgers por completo con cuadrangular de tres carreras para dejar la pizarra final.
''Esa fue una tranquilidad enorme'', consideró Jansen. ''Cuando pasó eso, uno ya sentía tranquilidad para tirar y ayudar al equipo a ganar''.
Jansen permitió el segundo cuadrangular de la noche a los Astros, de Alex Bregman, pero terminó el partido como el último de cuatro lanzadores, que se combinaron para tirar pelota de dos hits contra el mismo equipo que había sumado 26 imparables en los anteriores dos partidos.
El relevista Tony Watson fue el ganador en apenas una entrada completa de trabajo.
''Obviamente, dudamos en sacarlo porque lanzó un increíble partido'', dijo el manager de los Dodgers, Dave Roberts. ''El comando de 'Woody' y su competitiva estuvo fuera de parámetros. El enfoque en este escenario fue grandioso. Pero sabíamos que era el momento. En especial por el gran trabajo que ha hecho nuestro bullpen''.
Los Dodgers jugarán el último partido del año en Houston, con la esperanza de que su abridor principal pueda guiarlos a la victoria, antes de regresar a casa para tratar de cerrar con título su temporada, ya con la ventaja de localía recuperada, porque recibirán incluso un probable Juego 7.
''Era lo mejor que nos podía pasar esta noche, porque mañana viene Clayton Kershaw a pitchear'', dijo Jansen. ''Estábamos positivos que podíamos ganar después de perder los dos anteriores. Ahora hay que ganar mañana y regresar a casa para coronarnos''.