Esta semana comenzó la segunda parte del 2019 y las expectativas en el boxeo de primer nivel no están a la altura de lo que nos imaginábamos a comienzos de año. Por el contrario, todo lo que hubiéramos esperado de bueno para este tramo parece pedir pista para el 2020. Mucho de lo que suceda depende inevitablemente de las decisiones que tome Saúl ‘Canelo’ Alvarez en materia de rivales. Ese protagonismo, es bueno aclarar, se lo divide con el triple campeón pesado Anthony Ruiz y el doble monarca ligero Vasiliy Lomachenko.
Para que las expectativas hayan caído de manera tan estrepitosa ocurrieron varios episodios asociados a los errores de promoción o las groseras equivocaciones en el manejo administrativo del pugilismo de alto perfil. Lo que sucede alrededor de Canelo se lleva casi todas las culpas, pero también hay una enorme parte de culpabilidades en el mal manejo de las expectativas con los pesos pesados.
La segunda parte del año no huele bien, por más que hay divisiones que aún pueden promover buenos cruces y peleas que nos podrían sorprender dando atractivos espectáculos. No obstante, lo bueno, lo malo o lo feo en este trayecto, por razones diferentes, dependerá mayormente de los ya citados: Canelo, Andy Ruiz y Vasiliy Lomachenko
La franquicia de Canelo y su ‘casting’ de rivales
Alrededor del triple campeón mediano hay un increíble culto a la rumorología que ha creado un verdadero fenómeno promocional. Cada día amanecemos con el rumor de un nuevo posible rival para el 14 de septiembre, versiones de una posible lesión que le impediría pelear en esa fecha o la eterna disputa verbal sobre el sí o el no de la Canelo-GGG 3.
La designación del CMB para Canelo como ‘campeón franquicia’, además de causar una ola de rechazos desde todos los ámbitos, ha creado una atmosfera de confusión infinita alrededor del tapatío, empezando con su título: técnicamente ya no es más campeón mediano CMB. Esa libertad otorgada para que elija el rival que se le ocurra con la anuencia del organismo y el beneplácito del equipo detrás del boxeador, parece una vía libre para que se pueda pactar lo que sea.
Y no es poca cosa. En momentos que la división mediana tiene cuatro campeones (Canelo, Jermall Charlo, Demetrius Andrade y Rob Brant), el tapatío parece decidido a rechazar esa tercera pelea contra Gennady Golovkin y oficialmente coquetea con enfrentar en sus próximas dos peleas a oponentes de divisiones diferentes, seguramente en pesos pactados y en espectáculos que buscan más un objetivo comercial que deportivo. Todo esto, unto con los inevitables rumores, han transformado la elección de oponente en un verdadero casting de candidatos.
De acuerdo con información de ESPN, por un lado, hay negociaciones para enfrentar al campeón semipesado (175 libras) Sergey Kovalev y por el otro hubo una oferta formal para pelear en septiembre contra el campeón súper welter (154 libras) Jaime Munguía. Mientras los otros campeones (Charlo y Andrade) le lanzaron desafíos y en las 168 libras, donde el mexicano es dueño ocasional de un cinturón de campeón regular AMB, el súper campeón de esa misma división y organismo, Callum Smith, también ha insistido en su deseo de enfrentarlo para dirimir quien es el verdadero monarca.
El equipo de Canelo no se ha expresado sobre esos desafíos, pero si algo le faltaba a ese laberinto, también el campeón FIB de las 147 libras, Errol Spence Jr. ya levantó la mano y ha dicho que después de unificar contra Shawn Porter está decidido a ir por el mexicano. Teniendo en cuenta que en el pasado Oscar de la Hoya lo citó a Spence como posible oponente, no debe tomarse a la ligera su bravata.
Canelo Alvarez es una atracción por sí mismo y necesariamente, enfrente a quien enfrente, su show tendrá convocatoria. No obstante, tanto la decisión a contramano de declararlo campeón franquicia, como la obsesión por buscar rivales accesibles en pesos pactados, que le permitan sumar cinturones sin mucho esfuerzo o subirlos de divisiones menores por su poder de convocatoria, le podría pasar la cuenta a su legado boxístico transformándolo en una mera caricatura. En el peor de los casos y en lo que realmente importa, les privará a los fanáticos de ver las peleas competitivas que merece ver y que indudablemente un púgil con las condiciones de Canelo les puede dar.
Andy Ruiz Jr. y Vasiliy Lomachenko
El triple campeón pesado ha completado un mes de celebraciones desde que sorprendió al mundo noqueando al británico Anthony Joshua. Su victoria lo convirtió en el boxeador del momento, transformándolo en símbolo de una hora para la otra y simultaneamente creo una expectativa enorme para la revancha contra Joshua.
Esa pelea debería suceder en noviembre o diciembre próximo, seguramente en Nueva York. Si la misma se realiza, la misma es uno de los grandes activos para salvar lo que resta del 2019. Es una pelea de morbo y de mucha especulación incierta sobre lo que veremos en la misma. La atracción es total, pero el detalle que abre un signo de interrogación es la falta de una confirmación plena de que la misma sea efectivamente este año.
Poco se sabe de los términos del contrato, no hay versiones confiables sobre el lugar donde será realizada, ni tampoco se sabe a ciencia cierta si Anthony Joshua se recuperó emocionalmente de esa derrota y cuál es su actual condición. Que decida realizar una pelea de ajuste antes y el combate sea transferido para el 2020 es una posibilidad que no debería ser descartada.
Vasiliy Lomachenko es la otra figura-espectáculo en el mundo actual del boxeo de primer nivel y lo veremos en acción el 31 de agosto en Londres contra el británico Luke Campbell por el título ligero vacante del CMB. Ese combate, si bien es atractivo, no guarda ninguna sorpresa en su posible resultado. Campbell no parece tener el boxeo necesario para evitar que ese día el ucraniano se transforme en triple campeón.
Las opciones para el resto del año, involucrando a Lomachenko, pasan por la posibilidad de que vaya por la cuarta faja de campeón aún en este 2019. Ello podría ocurrir si luego de dejar por el camino a Campbell, se pacta una batalla unificatoria contra el campeón de la FIB, ghanés Richard Commey. Esa posibilidad es muy lejana, ya que todo hace suponer que el próximo rival de Commey, sobre finales de año, sería Teófimo López, en caso el 19 de julio supere al invicto japonés Masayoshi Nakatani.
Si López vence a Commey, hay que prepararse para ver una mega batalla entre Lomachenko vs. Teófimo unificando todos los cinturones que, por cierto, será realizada recién avanzado el 2020.
¿Y el resto qué?
En los pesados, exceptuando la factible Ruiz-Joshua 2, no hay nada interesante en agenda por este año. En los cruceros la final de la súper series puede ser atractiva y en los semipesados las expectativas son más comerciales que deportivas: que Sergey Kovalev resuelva ir directamente contra Canelo Alvarez aceptando la propuesta del tapatío o lo que pueda suceder con el rival elegido para el ruso Dmitry Bivol, campeón AMB en las 175 libras.
En las 168 libras hay una posibilidad cierta de que Callum Smith (súper campeón AMB) se enfrente con el flamante monarca OMB, Billy Joe Saunders, en una batalla atractiva, mientras que en medianos hay que esperar lo que ocurra con la revancha entre Rob Brant y Ryota Murata de este fin de semana. Si el nipón recupera el cetro, será un rival con un atractivo especial desde lo comercial en los medianos, que hoy dependen enteramente de las decisiones de Canelo.
En 154 libras no hay nada importante o tal vez lo haya: la posible subida de Jaime Munguía a enfrentar a Canelo en 160, mientras que en las 147 libras una sola pelea concita la atención, con algunas dudas. Keith Thurman y Manny Pacquiao se enfrentan el 20 de julio por el cetro AMB de los welters. Los dos son figuras del primer nivel, aunque ninguno de los dos está en su mejor momento y con estilos de boxeo que plantean un enigma sobre la posibilidad de complementarse o no a la hora del pleito.
La otra pelea en welter que despierta cierta expectativa es el negociado desafío entre Mikey García y Danny García, mientras que Errol Spence Jr. contra Shawn Porter atrae por los títulos en juego, pero ya sabemos que, donde pelea Porter, su estilo enredado suele matar las emociones.
Otras peleas que inspiran algo de confianza en que vemos buenos pleitos, son el choque de Nonito Donaire y Naoya Inoue en 118 libras o lo que significa la batalla entre el monarca CMB, Rey Vargas y Tomoki Kameda en los supergallos, una división que ha ganado mucho protagonismo este año con el regreso de Guillermo Rigondeaux (que enfrentará al vencedor de Vargas-Kameda) o el buen momento de otros campeones como Brandon Figueroa y Daniel Román.
Lo demás dependerá de las peleas a confirmar en las próximas semanas y la calidad de sus rivales, en otros campeones como Andrew Cancio, Miguel Berchelt, Oscar Valdez, Leo Santa Cruz, Gary Russell o Juan Francisco Estrada.