Ronan Nahuel Sánchez nació en Rojas, provincia de Buenos Aires, un 31 de julio de 1993. Y el pasado viernes 25 de junio, en Tijuana, México, empató con un gusto amargo porque en el ring había ganado.
Una manera de salvar el invicto de su rival, Jorge Matta, que ahora suma 12 combates ganados y un empate, con 7 nocauts a favor. Fue la pelea de semifondo de la velada que transmitió ESPN Knock Out, con los relatos de Renato Bermúdez, los comentarios de Salvador Rodríguez y Carlos Irusta y la “Tarjeta de Hierro” de Fernando Barbosa, juez internacional del Consejo Mundial de Boxeo.
En el encuentro estelar, Christian “Chispa” Medina se anotó una tremenda victoria por nocaut técnico en el cuarto asalto ante Noé Robles, tras conectar un soberbio gancho a la zona hepática. Medina suma ahora 16 ganadas (11 antes del límite) y 3 derrotas. A los 20 años, es para tenerlo muy en cuenta. Su rival, que ahora tiene 26 ganadas con 21 nocauts, sufrió su segunda derrota y a los 23, tiene mucho todavía para dar.
Pero la nota es Ronan Sánchez, que suma 5 peleas con 3 ganadas por nocaut, 1 derrota y 1 empate. Padre de Ringo (8) y Ronald (9), tiene una interesante experiencia en AIBA, y ha recorrido buena parte del mundo junto con los Cóndores, además de un Panamericano en Canadá.
Radicado ahora en México, se midió con quien subió como favorito, Jorge Matta, y en una gran pelea acumuló lo suficiente como para llevarse la victoria. Para Fernando Barbosa tenía cuatro puntos, pero para un jurado ganó Matta 77-75, mientras que los otros dos se quedaron con un empate en 76 para cada uno. Será para tenerlo en cuenta a este peso super ligero que en el ámbito argentino tuvo entrenamientos con otras figuras de su camada, incluyendo a Beto Palmetta y Fabián “TNT” Maidana.
“Y también compartí mucho tiempo con otros valores como Brian Castaño o Alberto Melián”, explica. Y agrega: “Como amateur hice unas setenta peleas, y en los Cóndores, el equipo argentino, tuve 12 o 13 peleas. Tengo mucha experiencia en viajes y competencias, porque estuve dos veces en Rusia, dos en Polonia, y además Cuba, Puerto Rico, México, Alemania, Francia… En fin, muchos países y rivales”, nos dijo desde Ciudad México, cuando lo entrevistamos junto a Tomás Aguirre para “Ring Side en el Aire” por Eco Medios AM 1220.
Contó que, cuando comenzó la pandemia, decidió irse del país. “Estuve como ocho meses sin pelear y empecé a bajar la guardia; hasta pensé en largar todo, porque no encontraba ninguna salida”, confiesa. Estaba entrenando en Junín, provincia de Buenos Aires, con Cuty Barrera –histórico entrenador de Lucas Matthysse- para la empresa Arano Box. “Logré un contacto con el promotor Manuel Garrido, de Miura Boxing, llegué a México el 20 de octubre del año pasado y debuté el 12 de diciembre, ganando por nocaut a Luis Salas en el segundo round. Cuando empezó la pandemia, llegué a pensar en largar todo y abandonar el boxeo pero, por suerte, no lo hice”.
Entrena tres turnos diarios, ha hecho mucho sparring con Isaac “El Pitbull” Cruz y por ahora piensa seguir peleando en México. “Acá se entrena muy fuerte, hay una gran exigencia y se explica porque el boxeo mexicano es así, con peleadores muy completos y duros”, afirma.
“Voy a volver a Argentina, porque extraño mucho a mis hijos, pero luego espero regresar a México, donde me han tratado muy bien, además de que es un lugar donde se respira boxeo. Es como ir a jugar al fútbol a Argentina o España, acá se aprende siempre un poco más”, afirma.
Dio sus primeros pasos boxísticos en su ciudad natal, Rojas, de la mano de su padre Norberto y ahora, abriéndose camino en un mercado nuevo para él, siente que tiene grandes posibilidades. “Por supuesto que sueño con llegar a un campeonato mundial, pero por ahora hay que seguir subiendo y trabajando”, dijo. “Estoy muy conforme con la gente que me maneja y sé que tengo todavía mucho para dar. Acá se puede vivir del boxeo; yo no hago otra cosa que entrenar y espero que tanto trabajo de sus frutos, por lo menos voy a poner todo de mi para que así sea”, dice.
o demás es cuestión de tiempo, paciencia y trabajo. Y él, evidentemente, lo sabe muy bien.