La temporada más larga de la historia de la Fórmula 1 apenas recorrió el 4,35% de su calendario y desde Mercedes-Benz, el equipo que dominó ampliamente las primeras ocho temporadas de la era híbrida, ya elevaron las banderas de rendición. El GP de Bahrein fue un cachetazo categórico de Red Bull, con el 1-2 de Max Verstappen y Checo Pérez, que dejó flotando en el ambiente un aire de superioridad tal que parece difícil que la escuadra de Milton Keynes no repita el doblete de coronas como ocurriera en el ejercicio 2022.
La temporada anterior llegó con un cambio reglamentario mayúsculo en la Fórmula 1: nuevos chasis con efecto suelo. El genio de Adrian Newey sacó desde el trazo de su lápiz un brillante RB18 que ganó 17 de las 22 competencias anotadas en la agenda. Y su predecesor, el RB19, comenzó con un aplastante andar en Skhir. ¿Y Mercedes? Penó durante la mayor parte del año pasado con el porpoising (el galope incontrolable), mejoró durante el año y hasta llegó a cosechar un triunfo en Brasil, de la mano de George Russell. La meta para las Flechas de Plata era acortar aún más la brecha en 2023, manteniendo el diseño del auto sin pontones (o una versión delgada). Pero… La distancia fue mayor y en el equipo alemán parece que ya piensan en 2024, aunque suene increíble.
El runrún apunta a un posible cambio de auto para la cuarta o quinta fecha, dejando a un lado el desarrollo de pontones flacos para pasar a los más robustos, al estilo Red Bull, Ferrari, Aston Martin y todo el parque. Pero Toto Wolff, el director del equipo, arrojó al cesto de basura la ilusión de que eso conlleve la lucha por la corona de este año: “Podemos tirar nuestro coche a la papelera. Un equipo está muy por delante del resto y están jugando con sus rivales, ni tan siquiera tienen degradación. Podemos cambiar el concepto, pero no se va a arreglar si pones pontones al coche, todo depende del flujo de aire. Nuestro coche es ágil, pero no rápido”, sentenció el austríaco. "El año pasado, nuestro coche fue mejorando y al final de temporada, ganamos una carrera. Por ese motivo seguimos con este concepto. Ahora, iniciamos un nuevo torneo y vemos que de repente, no funciona nada”.
¿Wolff tenía algo más para tirar abajo las ilusiones del equipo? “Después de Bahrein, creo que Red Bull va a ganar todas las carreras esta temporada. Vamos a intentar luchar por el Mundial, pero este año no va a ser el caso”. Sí, bandera blanca.
En el medio, Lewis Hamilton, quinto en Sakhir, fue contundente sobre el trabajo del equipo y la falta de interés en conocer sus sensaciones. “Manejé tantos autos en mi vida que sé lo que necesita un coche y sé lo que no necesita un coche. Creo que realmente se trata de responsabilidad. Se trata de reconocer, '¿sabes qué? No te escuchamos, no es donde debes estar, tenemos que trabajar'". Parece que Mercedes tendrá un año muy largo.