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Checo Pérez remontó en la locura australiana, pero preocupa la fiabilidad del Red Bull

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Final de locura en el GP de Australia de Fórmula 1 (4:20)

La tercera largada, tras la roja por Magnussen, fue un caos: Alonso, afuera; Checo Pérez, por la leca y los Alpine se pegaron entre ellos y destruyeron los autos. (4:20)

El piloto mexicano Sergio Pérez, tuvo que remontar 15 posiciones en el Gran Premio de Australia de la F1 y finalmente hasta se quedó con la Vuelta Rápida, pero lo que realmente empieza a preocupar son las fallas técnicas del monoplaza de Red Bull, que ya han afectado tanto a Checo como a su coequipero Max Verstappen.

Checo Pérez tuvo un fin de semana de pesadilla en el Albert Park de Melbourne, pero al final fue del lugar 20 al quinto y recolectó 11 valiosos puntos que lo mantuvieron en el subliderato de la Fórmula 1 con 54 unidades por 69 de Verstappen, quien ganó el Gran Premio.

A pesar del muy notorio poderío y dominio que ejerce el monoplaza RB19 de Red Bull sobre el resto, ya ha sufrido problemas de fiabilidad en dos de los tres GP's que se han corrido en la temporada 2023.

En Arabia Saudita, fue el auto del dos veces campeón y actual monarca de la categoría, Max Verstappen el que tuvo problemas en la flecha de la caja de cambios y largó desde el puesto 15 para terminar en segundo lugar.

En Australia, a pesar de que Christian Horner y Helmut Marko trataron de subestimar las fallas mecánicas en el monoplaza 11 que conduce Checo Pérez, lo sucedido en la Práctica Libre 3 y la Calificación dan la razón al tapatío que argumentó que el auto se comportaba de manera salvaje al aplicar el freno en la curva 3 del circuito australiano.

Fueron en total cinco las veces que Checo Pérez se siguió de frente en un claro subviraje o understeer o ida de frente, un problema en todo el sistema mecánico de frenado que ya había advertido el piloto de Guadalajara desde la sesión anterior.

Señalar que un piloto de la experiencia y calidad de Pérez puede cometer cinco veces consecutivas el mismo error es tan aventurado como improbable, y lo es más cuando entre el sábado y el domingo en 'Down Under' el equipo cambió varias piezas en el monoplaza para solucionar el problema que, en teoría, se había resuelto de viernes a sábado.

La carrera, ritmo y velocidad por vuelta de Checo Pérez dejaron de manifiesto, una vez más, la tercera en la temporada, que el mexicano de 33 años puede rodar al mismo nivel que Verstappen los domingos, pero ahora la sombra son esos desperfectos que han afectado a ambos pilotos.

Hablar de dolo por parte del equipo Red Bull es algo irresponsable y digno de mentes conspiracionistas que seguramente también creen que Elvis Presley vive y de hecho que es vecino de Pedro Infante.

Un dato, la investigación sobre las fallas en el auto de Verstappen en Yeddah dieron como resultado que había un tornillo, sí, solamente un tornillo mal ajustado. En una calenturienta mente, que seguro las habrá, esto podría ser interpretado como un 'sabotaje' a bicampeón, pero no, Red Bull no se da tiros en el pie como pueden suponer muchos desde sus sofás.

Lo ocurrido a Pérez en Australia es mucho más complejo y merece una inspección a fondo, pero desde ahora podemos descartar una acción deliberada contra Checo. Las suposiciones son materia etérea de los ignorantes, los dichos se deben respaldar con hechos rehacientes y comprobables desde lo técnico, con diagnósticos profesionales.

El uso del método deductivo exige la aplicación de reglas y leyes a situaciones individuales, el inductivo, por el contrario, toma casos individuales para generar una premisa. No induzcamos lo que no podemos ver o lo que no nos consta.

Los hechos que podemos valorar es que van tres Grandes Premios y Red Bull los ha ganado todos. Ha subido a sus pilotos al podio en cinco de seis veces posibles, pero también ha tenido fallas atribuibles a la parte mecánica en dos de tres carreras.

Hay que recordar que en 2022 Red Bull también tuvo un inicio incierto que le generó tres abandonos, dos de Max y uno de Checo por situaciones cuya responsabilidad recaían en los miembros del equipo que se encargan del armado y la parte mecánica.

Ahora, hace unos días populaban comentarios en las redes por un video donde los mecánicos de Red Bull congratulaban a Checo Pérez, luego del triunfo en Arabia Saudita, cuando unos segundos antes había bajado las escaleras en solitario Verstappen.

Lo que se indujo en redes y algunos lo dieron como un hecho, es que a Checo Pérez lo adoran los mecánicos del equipo y que a Max Verstappen, no. Así es cómo una imagen sin contexto puede volverse 'verdad' en los lavaderos de las redes sociales.

Hoy, esos mismos mecánicos son tachados como 'saboteadores' por los insulsos fanáticos que más que esperar información fidedigna y análisis serios hacen juicios sumarios de 280 caracteres a 13 mil 500 kilómetros de distancia.

Lo que sí es válido es dar seguimiento a las vagas explicaciones de Red Bull sobre los desperfectos del auto de Checo Pérez que contradecían los hechos y la opinión del hombre que iba en el cockpit.

La explicación que se da en el argot del automovilismo y que los pilotos no tienen otra que aceptar es que los 'fierros no tienen palabra de honor' y fallan en los momentos menos oportunos, incluso en la Fórmula 1. Queda a Red Bull minimizar las probabilidades de fallas, porque la fiabilidad es la madre de los títulos y campeonatos. No puedes ganar carreras que no termines.