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Checo Pérez entrega una fina y agresiva pieza de manejo en el GP Hungría de Fórmula 1

Sergio Pérez volvió a ser el 'viejo' Checo. El piloto fino y agresivo, a la vez, que se necesitaba para matizar un fin de semana que empezó mal, pero terminó con un podio que mereció elogios dentro y fuera de Red Bull y la Fórmula 1.

El mexicano facturó un tercer lugar en el Gran Premio de Hungría que bien le valió ser nombrado el Piloto de la Carrera por los fans que siguen la transmisión y votan en F1.com, pero más allá de premios y popularidades, el trabajo de Checo fue trazado con regla y compás, así como tallado en piedra y escrito con sudor y agallas.

El viernes parecía que la pista húngara era un garabato para Checo Pérez, lugar donde de 12 oportunidades sólo había logrado puntuar en 5 y su mejor posición final era un quinto puesto. Recordemos que el tapatío pisó el césped en una curva al momento de frenar, trompeó su monoplaza y se estrelló en la barda. Apenas iban tres minutos de la Práctica Libre 1 y ya parecía que Sergio tenía que haber hecho una parada con un curandero para que le hicieran una 'limpia' antes de llegar al Hungaroring.

Así, desde cero o mucho menos, con un trabajo brillante de su garage para poner el auto de nuevo en pista para la FP2, Checo Pérez reinició, de subida, el trabajo.

Una sesión de calificación donde, por fin, luego de cinco Grandes Premios, llegó a la Q3, pero que tuvo un titubeo estratégico que lo relegó a la novena posición de salida.

DOMINGO DE ARTISTA, PERO CON CINCEL EN MANO

Checo Pérez largó la carrera con llantas duras, mientras que la gran mayoría tenía medias, eso de manera inmediata era una desventaja de tracción en la arrancada parada, pero era un intento de hacer un turno largo a buen ritmo que le permitiera pasar rivales en pista y pits.

Guanyu Zhou organizó una sesión de boliche en la curva 1 y se llevó puestos a los dos Alpine de Pierre Gasly y Esteban Ocon. Afortunadamente para Checo, eso no lo afectó y se colocó octavo detrás de Fernando Alonso.

Con el maestro español siempre hay que tener cuidado porque no es una pieza fácil de digerir en la pista, pero siempre leal en el espacio para el rival, contuvo tres vueltas a Checo, quien finalmente alternó con pericia los dos cortos segmentos de DRS para dejarle a Alonso su alerón trasero como lectura matinal.

Carlos Sainz, quien largó con suaves y fue un torbellino, se acabó las gomas y comenzó a escuchar los pasos de Checo Pérez. Entró a pits antes preferir defender su posición que ya se caía a pedazos ante el ritmo del mexicano.

La estrategia daba frutos cuando luego de Sainz pararon Charles Leclerc, Lewis Hamilton, Oscar Piastri y Lando Norris, pero en el giro 24 era obvio que las gomas duras habían pasado su mejor momento.

El 'cafecito' en los pits duró 2.8 segundos para Checo y el regreso al asfalto magyar fue en la séptima posición desde la que atacó y gestionó rápido a Sainz.

George Russell con neumáticos viejos opuso más resistencia de la que debía, pero Checo se hizo ancho para obligarlo por fuera a dejarle la quinta posición.

Ahí, ya el podio se veía en el horizonte, asomaba la nariz, pero tenía que hacer que esas medias valieran la pena y Checo les extrajo cada décima.

Las llantas duras y viejas de Hamilton eran insuficientes para aguantar el ritmo de Pérez en medias frescas, así que los 6 segundos que los separaban se fueron a la coladera muy pronto.

El siete veces campeón, como siempre, se quejaba del rendimiento de su Mercedes W14, pero se acercaba a Piastri. Checo ya tenía a tiro de DRS a Hamilton y habían deleitado con una pulsada de intento de rebase del mexicano, cuando Red Bull decidió responder a la parada en pits de Piastri con Pérez.

La detención en fosos de Red Bull para cambiar las cuatro llantas fue una locura: 1.9 segundos, nada más. Así la mirilla del cohete de Pérez apuntó al joven australiano de McLaren desde que dejaron el 'pit lane'.

Ahí fue donde Checo Pérez hizo gala de precisión arquitectónica para atacar a Piastri sin pasar los límites de pista, con una agresividad deportiva, pero firme.

Curva 1, Checo se tira en la frenada por fuera, curva dos con el segundo DRS por dentro, a lo que Piastri responde lado a lado, pero llegó el momento en que la fuerza centrífuga y los "codos" del RB19 pusieron al 'aussie' detrás de Pérez.

Quejas, claro que las hubo por parte de Piastri y McLaren, pero era como quejarse con el árbitro por un tiro libre al ángulo. Sí, fue brutal el rebase de Pérez, pero limpio.

Arte a punta de mazo, no como una pintura, no, sino como una escultura donde hay que poner firme el cincel y no tener contemplaciones con el martillo.

Ahí, Checo Pérez puso un pie en el podio, pero para asentar el segundo, cuando parecía que podía cazar a Lando Norris, sus llantas medias, que no eran nuevas cuando se las montaron, comenzaron a pedir auxilio.

Afortunadamente para el piloto de Guadalajara que porta el número 11 en el auto, Hamilton se acercó peligrosamente, pero no le alcanzó para bajarlo del podio.

La conclusión simplista es que Checo Pérez debería terminar, al menos, en segundo puesto detrás de Max Verstappen, que Lando Norris tendría que estar detrás suyo, pero la lectura y sensación es que Sergio recupera parte de la confianza con tanques vacíos en la Q y que, como es costumbre, fabrica carreras con excelsitud.

Otra remontada, sí, pero esta de esas donde hubo fuego en las manos y hielo en la cabeza.