El monegasco se apoyó en la estrategia de Ferrari para conseguir un triunfo sensacional en el GP de Italia, 16ª fecha del Mundial. Lando Norris fue tercero y Max Verstappen, apenas sexto.
En la baraja previa, nadie tenía a Ferrari como candidato al triunfo en Monza. Tal vez la localía, el enorme apoyo de los tifosi hacía que alguien apostara alguna ficha por los autos rojos. Pero tras el 1-2 de McLaren en la clasificación, todo viraba al color papaya. Pero… ¡Ganó Charles Leclerc y se desató la locura total en Italia!
El éxito llegó gracias a una estrategia sorpresiva de la Rossa. Tantas veces los ingenieros de Ferrari se pegaron tiros en sus propios pies, con planes de carrera incomprensibles, con mensajes de plan A, B, C… Z. Esta vez, a sacarse el sombrero con el trabajo que hizo el team italiano, que paró una sola vez, aprovechó la gran gestión del monegasco en la conducción para cuidar los neumáticos y firmar un éxito inolvidable. Fue el séptimo éxito de Leclerc en F1 y el segundo del 2024. Y los logró en dos lugares únicos: en Mónaco, su casa, y en Monza, el templo de la velocidad y el lugar donde Ferrari es local.
“Es una sensación increíble. Es la segunda vez que gano acá, es maravilloso. Mónaco y Monza son las dos carreras que quiero ganar todos los años. Es muy muy especial”, dijo un exultante Leclerc.
Toda la felicidad de Leclerc fue la contracara de McLaren. El equipo que largó desde primera fila, con Lando Norris desde el primer lugar. El inglés volvió a perder la punta en la primera vuelta tras picar desde la pole, esta vez ante el embate fuerte y preciso de su compañero Oscar Piastri. Parecía que la carrera italiana se definiría en el duelo entre ellos, pero a sus dos detenciones en boxes, Ferrari les respondió con una sola y a cobrar. Las caras largas de los integrantes del team de Woking fue el resumen.
“No sé qué podría haber hecho diferente, algo hay que mirar. Charles hizo un gran trabajo hoy. Consideramos hacer una sola parada, pero era imposible con el desgaste para nosotros. Obviamente, estoy un poco decepcionado”, fue el lacónico mensaje de Norris tras la carrera. El inglés finalmente fue tercero (“Oscar me pasó y merecía ser segundo”, aclaró) y perdió otra gran chance de descontar fuerte contra Max Verstappen.
En un momento de la carrera, a los pilotos de McLaren les dieron libertad de pelear “bajo las reglas papaya”. Está claro que en Woking no quieren darle el status de número uno a ningunos de sus dos pilotos. La lógica marca que ese puesto debería ser de Norris, no porque se lo haya ganado en la pista, sino porque la posición en el torneo. El inglés está segundo, ahora a 62 de Verstappen. Sin embargo, no hubo orden final para invertir posiciones con el australiano y cambiar el orden del 2-3, que hubieras significado dos puntos más para Lando. En la historia de la F1, cuando el equipo no tiene claro quién debe ser el prioritario, es porque no se ganó en pista. Y Norris mostró que le falta un golpe de hervor para inflar el pecho, pegar un golpe en la mesa y ponerse como número uno. Sus errores, no solo los clásicos de las largadas (en Monza se equivocó en la frenada de su primera parda en boxes), comete pequeños deslices, ninguno notoriamente visible. Pero le falta algo. Y Piastri, cuando tuvo que dar muestras de autoridad, lo hizo. Y el botón de muestra fue cómo superó a su compañero en la primera vuelta de Italia.
Así las cosas, mientras en McLaren no se deciden y Norris no hace su trabajo, Verstappen sigue viviendo del gran colchón de puntos que logró en las diez primeras carreras. Su Red Bull ya no solo dejó de ser el mejor auto de la categoría, ahora ya es superado por Ferrari y Mercedes. La caída libre en el rendimiento del RB20 parece no tener fin y la debacle es tan grande, que ya hasta cometen errores en sus paradas en boxes (se trabó el neumático trasero derecho del tricampeón en su primera parada). Pero por ahora, al menos en el campeonato de pilotos, cuenta con ventaja. Entre los Constructores la historia se complicó mucho para los autríacos: McLaren está a ocho puntos.
“En este momento, ambos campeonatos no son realistas para Red Bull. Ya dije muchas cosas, ahora es tiempo de que el equipo haga muchos cambios en el auto. Porque pasamos de un coche muy dominante a otro inmanejable en ocho meses. Esto es muy extraño para mí, hay que dar vuelta esto”, disparó Verstappen. “Fuimos lentos, la parada en boxes tan larga me costó mucho, no pude utilizar la máxima potencia del motor en la carrera porque había un problema. Y en cuanto a la estrategia, podríamos haber hecho algo mejor para estar en la pelea. Fuimos débiles en muchos frentes en el fin de semana”, agregó Max, quien fue sexto y acumula seis carreras sin ganar, racha que no vivía desde 2020.
Quedan ocho carreras para el final del Mundial y todo parece abierto. Habrá que ver si McLaren se define a pelear con todas sus armas por el título de pilotos, por ahora, no lo hicieron y Max sostiene como puede la cima.