El argentino se subió al A525 en la séptima fecha del año y el equipo esperaba otro rendimiento. Le costó encontrar ritmo y, además, se encontró con un auto poco competitivo.
En Fórmula 1 hay algo que es absolutamente seguro: nada es absolutamente seguro. No se trata de un trabalenguas, es más bien una corta descripción de una realidad incontrastable y que tiene miles de botones de ejemplos en sus 75 años de historia. Por estos días, el futuro inmediato de Franco Colapinto en Alpine estuvo envuelto en una marea de rumores que apuntaban a una salida en el corto plazo. Valtteri Bottas, Jack Doohan, Checo Pérez y Paul Aron fueron los nombres que se aglutinaron a su alrededor como posibles reemplazantes. El ruido creció fuerte en el caso del finlandés porque fue el mismo Toto Wolff, su actual jefe en Mercedes, quien reconoció públicamente las charlas con Flavio Briatore, máximo referente de la escudería de Enstone.
Colapinto llegó a la segunda butaca de Alpine en el GP de Emilia-Romagna, en Imola. En ese fin de semana, Briatore le tatuó los tres mandamientos: no chocarás, deberás ser rápido y sumarás puntos. El argentino falló en los tres. Se pegó en el circuito de la Toscana en su primera clasificación con el A525, le costó enormemente encontrar ritmo y es el único piloto de la parrilla que no anotó en el año. En el medio, el equipo mostró una endeblez ilógica para una escudería que detrás tiene el peso de una enorme terminal.
Briatore no se puso colorado al confesar que el objetivo del equipo está puesto en 2026, año en que entrará en vigencia la nueva normativa y se cambiarán los autos, los motores y los neumáticos. Ingresar con pie firme en la nueva era es clave, para todos los equipos, porque recuperar el terreno perdido después puede llevar años. Entonces, Alpine decidió rascar todo cuanto se pueda en 2025, aunque jamás imaginaron que tendrían una temporada tan mala. Los franceses ocupan cómodamente el último lugar de Constructores, con apenas 20 puntos (todos logrados por Pierre Gasly) y están a 15 del penúltimo, Haas. Difícilmente la escudería que pertenece a Renault abandone el peldaño final del torneo y eso repercutirá en el dinero que ingrese en sus arcas a fin de año cuando F1 haga el reparto de premios.
SportsCenter compartió la comunicación entre el argentino y su equipo por radio, tras no poder largar en el GP de Gran Bretaña.
El A525 es poco competitivo. Sufre con un motor que pierde entre 15 y 25 HP con el resto de los proveedores, brecha que sufre desde que se congelaron los impulsores en 2022. Ante la imposibilidad de aplicar desarrollos, el equipo quedó condenado a buscar performance en el chasis, el motor ya era un caso cerrado. A la falta de competitividad se le sumó un problema aún mayor a Alpine: se notó un equipo poco ordenado y, en ocasiones, sus autos llegaron mal preparados a la grilla. Pasó en Canadá, cuando le tuvieron que cambiar los discos de freno al A525 de Colapinto en pleno cajón de partida. Ocurrió en Silverstone, donde un problema en la caja dejó sin largar a Franco. Pasó en Bélgica, donde Gasly se quedó sin sprint por una fuga de auga, cuando debía picar desde el octavo lugar. Si faltara algo, Alpine también falló en las paradas en boxes: en Hungría, Colapinto estuvo casi 19 segundos detenido mientras los mecánicos luchaban por cambiarle los neumáticos.
El contexto general del equipo complica el trabajo de cualquier piloto. Ahora bien, Gasly, dentro de ese entorno, exprimió su Alpine al máximo, se metió siete veces en Q3 y anotó en cinco Grandes Premios, con el sexto lugar de Gran Bretaña como cénit de las 14 fechas disputadas. Colapinto, en tanto, no logró tomar confianza en su auto (algo confesado por él mismo), especialmente en la entrada a las curvas. Falló en Imola y Silverstone y tuvo como mejores trabajos Canadá y Hungría. En la última carrera, en Hungaroring, tuvo un gran ritmo, venció a Gasly en clasificación, pero se chocó de frente con las debilidades de la escudería. Poco para lo que esperaban del argentino, especialmente después de su fulgurante aparición de un año atrás con Williams.
El piloto argentino perdió el control de su Alpine y se dio un fuerte golpe contra la pared.
Hasta ahí, el resumen de Colapinto y Alpine hasta antes del parón de vacaciones. ¿Y después? El accidente de Franco en la prueba de neumáticos 2026 en Hungría no suma nada, por supuesto, todo lo contrario. Desde Alpine dieron señales de que no está en mente realizar un cambio de piloto. El argentino está en los planes de la escudería para la vuelta de las vacaciones y esperan que tome la confianza necesaria y el ritmo que lo lleve a poder exprimir todas las oportunidades que surjan. A Colapinto le otorgarían todas las oportunidades para mostrarse, mientras Briatore evalúa las mejores opciones para la dupla de pilotos de 2026, el año marcado por Alpine. Si Franco continúa en la lucha contra su confianza y no logra consistencia, el rumor apunta a que su lugar podría ser ocupado por Paul Aron, el reserva, en las fechas finales de 2025. Ahora, en la F1 nada es absolutamente seguro.
Detrás está Briatore, a quien no le tiembla el pulso si tiene que tomar una determinación tajante. “Con Briatore puede pasar cualquier cosa, es una bomba de tiempo que puede explotar en cualquier momento”, dijo hace poco Ricardo Patrese, expiloto de F1 y quien pasó bajo el ala de Flavio en Benetton en 1993. Las señales apuntan a que todo dependerá del mismo Colapinto, como debe ser. Encontrar ritmo consistente, sacarse su desconfianza y aprovechar las situaciones que aparezcan con el endeble Alpine serán clave para su futuro.
El piloto argentino salió a probar con gomas blandas y estableció un tiempo de 1:18.006.