Monza, el templo de los tifosi, es la próxima estación de Fórmula 1 y la Scuderia viene del doble abandono de Zandvoort, sin victorias en la temporada y con el inglés con una penalización.
Ni el hincha de Ferrari más pesimista del mundo habrá imaginado este presente allá por enero, cuando en la fría y neblinosa Maranello se realizó la pomposa presentación de Lewis Hamilton como nuevo piloto. Después del subcampeonato de Constructores de 2024 y los cinco triunfos, los tifosi de la Rossa que abundan en el mundo se ilusionaban con luchar por títulos en 2025. Y, si a al buen rendimiento se le sumó la llegada del heptacampeón, todo pintaba para una gran temporada. Pero… Nada más alejado. El SF-25 nació mal, con problemas en la suspensión trasera que complicaron la altura del auto, con una ventana de rendimiento complicada y lejos de poder batallar por triunfos. Charles Leclerc sacó la cara por la Scuderia con cinco podios, pero eso sabe a poco. El panorama se nubló aún más en Países Bajos, con el doble abandono, tras los accidentes de Lewis (solo) y de Charles (chocado insólitamente por Kimi Antonelli).
En medio de ese contexto, llega el GP de Italia, en Monza, el templo de la velocidad. Allí, donde cada año miles y miles de fanáticos se visten de rojo y llenan las tribunas a la espera de un triunfo de Ferrari. Aún perduran en el recuerdo de los tifosi la loca celebración debajo del podio en 2024 por el éxito de Leclerc. La Rossa ganó 20 veces en su casa y la chance de celebrar las 21 parece lejana.
“Obviamente, tenemos muchísima presión como equipo. Más para mí ahora, porque no he tenido una buena temporada. La semana que viene intentaremos absorber toda la energía de la afición”, dijo Hamilton, quien tiene al triunfo en el sprint de China como su momento más alto desde su llegada a Ferrari. En las 15 carreras disputadas en el año, Lewis solo pudo terminar dos veces por delante de Leclerc en las carreras principales (Emilia-Romagna y Gran Bretaña). Su ilusión de cumplir el sueño de ganar con Ferrari en Monza tendrá una traba grande este año: deberá penalizar con cinco puestos en la grilla de partida por no haber respetado la doble bandera amarilla de la última curva de Zandvoort en la vuelta de instalación previa al armado de la grilla.
El piloto de Ferrari no pudo controlar su auto, que se salió en la curva tres y chocó con la pared.
“Espero que alguno de nosotros gane. Sería muy especial. No creo que seamos los favoritos, pero nunca se sabe. La energía y el ambiente allí son realmente especiales”, analizó Leclerc. Esa energía especial comenzó ya este miércoles, con un evento de Ferrari en pleno centro de Milan, en la glamorosa GAlleria Vittorio Emanuele II y que continuó en la plaza, frente al Duomo.
La Scuderia irá con una decoración especial en Monza, con la cubierta de motor blanca, en homenaje a los 50 años del 312T con el que Niki Lauda se consagró campeón en 1950. Clay Regazzoni fue el vencedor del GP de Italia de 1975, con ese modelo al que se le rendirá tributo. ¿Alcanzará la energía de los tifosi y de de la historia para que Ferrari pueda conseguir en Monza el primer triunfo del año? Parece complicado con el fuerte andar de los McLaren, pero los fanáticos se ilusionan igual y quedó demostrado en la locura que se desató en Milan, dos días antes del arranque de la actividad.
Error del italiano, que encerró al piloto de Ferrari y se vio completamente perjudicado, por lo que tuvo que abandonar.