Como se preveía, el Alpine y Monza no se llevan bien y quedó demostrado en la clasificación: los dos A525 se quedaron afuera en el primer segmento y deberán remar mucho desde atrás.
Estaba claro: solo un milagro, de esos bien grandes, podía llegar a otorgar la chance a Alpine de cruzar la frontera de Q1 en Monza, sede del GP de Italia (15ª fecha de F1). Pero no fue posible. Y eso que los Racing Bulls brindaron su ayuda porque Isack Hadjar y Liam Lawson pisaron afuera en la misma curva en el intento final y los dos se metieron en el lote del fondo, resultado raro y mentiroso, especialmente después del podio del francés en Zandvoort. No alcanzó eso porque los A525 sufren con la falta de potencia de su motor, especialmente con la lenta recarga de las baterías, situación que los deja expuestos. Con ese contexto ya sabido desde antes de armar los bolsos para viajar a Lombardía, para Franco Colapinto solo quedaba tratar de continuar con ese buen rendimiento que había logrado en Países Bajos y que lo dejó a las puertas de sus primeros puntos de 2025.
La mejoría de Franco comenzó en Hungría, en la fecha previa al parón de las vacaciones del hemisferio norte. En Hungaroring había mostrado buen ritmo de manera consistente en el fin de semana, hasta ese momento eran algunos chispazos. A la vuelta del receso, llegó Países Bajos y el buen andar. Debía reconfirmarlo en Monza y lo logró. Y no solo porque venció a Pierre Gasly en la clasificación, dicho sea de paso, un dato para nada menor. La dupla de Alpine partirá en los puestos 17º y 18º, uno por delante del obtenido en pista (finalmente Hadjar partirá desde boxes por cambio de motor, según informó Racing Bulls, y abandonará el 16º lugar).
Colapinto comenzó su trabajo en Italia en la segunda sesión de ensayos, después de cederle su butaca a Paul Aron en la primera sesión para cumplir con el reglamento deportivo. El bonaerense no estuvo cómodo con el auto en su primer contacto y quedó a casi medio segundo de Gasly en la práctica. En la noche italiana del viernes, hubo reuniones y planes para tocar el A525 un poco aquí y otro poco allá. Y ya en el tercer entrenamiento Franco pegó un salto que le dejó un mejor sabor de boca.
Después de quedar por delante de Gasly en el último ensayo, llegó la qualy. Y ahí, cuando todos apretaron a fondo y más que nunca se necesitaba velocidad, los rivales apelaron a pedirle más rendimiento a sus plantas impulsoras. Del lado de Alpine se apoyaron únicamente en la fuerza de la fe, porque debajo del cubremotor no encontrarían soluciones. Así, para Colapinto, solo le quedaba sentirse bien con el A525 y estar bien cerca de Gasly, piloto al que Alpine le extendió el vínculo hasta el cierre de 2028 (vencía en 2026).
Y no solo quedó cerca, superó al francés. El argentino marcó 1m19s992 en su último intento y fue el único Alpine que bajó de los 80 segundos en la clasificación de Monza. Galy clavó el reloj en 1m20s103, a 111 milésimas de su compañero. Colapinto quedó a 155 milésimas de Alex Albon, quien se quedó con el último boleto.
“Viniendo a Monza sabíamos que sería complicado, no es sorpresa la performance de hoy. Usamos todas las chances, con tres juegos de neumáticos blandos, pero en esta pista es muy complicado”, dijo Gasly. Por su lado, Colapinto analizó: “Es una pista que el motor es fundamental y sabíamos que iba a pasar”. Ya pensando en la carrera, que pinta para tortuosa en Alpine, Franco se mostró expectante: “Siempre hay alternativas, veía Zandvoor como algo difícil y al final debería haber sumado. Acá pueden pasar muchas cosas, largamos los dos en el fondo, tenemos problemas para manejar el auto, pero si hacemos una estrategia buena y las dividimos, puede ser que salga algo interesante”. Por lo pronto, el único objetivo posible que tenía en Monza, pelear palmo a palmo con su compañero, se cumplió.
