Aaron Judge persigue una de las estadísticas más respetadas de todo el deporte: 60 cuadrangulares en una temporada. Lo hace vistiendo el mismo uniforme a rayas de Babe Ruth cuando el "Sultan of Swat" se convirtió en el primero en lograr la hazaña en 1927. Judge lo intenta en una era en la cual los pitchers lanzan más fuerte que nunca, cuando es más difícil ligar un imparable en las últimas cinco décadas, en una temporada en la que ningún otro pelotero se acerca a su total de cuadrangulares. Si lo logra, será una temporada histórica.
Shohei Ohtani persigue únicamente sus propias metas imposibles: ser protagonista como lanzador y bateador, algo que ningún otro pelotero ha alcanzado en las Grandes Ligas desde que Bullet Joe Rogan lo hiciera en las Ligas Negras en la década de 1920 y Ruth con los Red Sox hace más de 100 años. Ohtani hace esto en una época en la que los peloteros son más fornidos y fuertes que nunca; e incluso Ruth, que encaja en dicha categoría, lo hizo por un breve periodo antes de convertirse en Sultán del bateo a tiempo completo. Ohtani lo hizo en la pasada temporada y lo vuelve a hacer... hablamos de dos temporadas históricas de forma consecutiva.
Debería ser una lucha histórica por el premio al Jugador Más Valioso. Por el contrario, todo parece indicar que, salvo una lesión, Judge tiene el galardón asegurado. Quizás debía haberlo asegurado de todos modos: Judge supera a Ohtani en WAR, es líder del relato y los Yankees ocupan el primer lugar. Por su parte, los Angels terminarán (nuevamente) la campaña con récord negativo.