Los Rangers se basan en múltiples abridores y parecen tener un camino menos escabroso que los Diamondbacks que se apoyarán en el Juego 4 en un grupo de relevistas tradicional.
Si hay algo que los Texas Rangers han demostrado durante su carrera de octubre, es que la profundidad de los lanzadores abridores ya no es sólo para la temporada regular. Y en el Juego 4 podríamos descubrir si esa afirmación se convertirá en una nueva máxima para el béisbol de octubre.
En uno de los juegos más importantes de sus respectivas temporadas, los Rangers y los Diamondbacks recurrirán a un juego de bullpen, pero hay una marcada diferencia entre lo que el mánager de Texas, Bruce Bochy, y su homólogo Torey Lovullo tienen para trabajar. Mientras que los Diamondbacks tienen un cuerpo de lanzadores de playoffs bastante estándar que cuenta con muchos relevistas, los Rangers tienen un cuerpo de lanzadores inusualmente construido. Tienen ocho lanzadores en el roster que iniciaron al menos ocho juegos durante la temporada regular.
A estas alturas de la postemporada, Bochy los ha convocado a todos, pero el Juego 4 será un nuevo tipo de desafío, especialmente después de que el Juego 3 ofreció un avance bastante revelador gracias al esfuerzo de Jon Gray, quien ingresó en el cuarto, después de que la espalda de Max Scherzer se tensara. Gray fue contratado para ser el recurso provisional, y lanzó tres entradas sin carreras.
"Jon Gray entró e hizo un gran trabajo para nosotros", dijo Scherzer. "Hombre, realmente nos salvó. Lanzó muy bien".
A pesar de la temprana salida de Scherzer (y recuerden, después de realizar sólo 36 lanzamientos, había estado posicionado para trabajar al menos hasta las entradas intermedias), la salida de Gray creó un puente prístino hacia la parte trasera del bullpen de Bruce Bochy. Josh Sborz, Aroldis Chapman y Jose Leclerc terminaron el juego, cada uno en una entrada y haciendo exactamente 16 lanzamientos cada uno.
La duración de la salida de Gray esencialmente convirtió el Juego 3 en un juego no planeado, y funcionó a la perfección. Pero con otro juego acercándose rápidamente, y otro después de ese, ¿qué hace ahora un entrenador de postemporada, incluso uno tan experimentado como Bochy?