MÉXICO -- Para los Cleveland Browns, la búsqueda se ha hecho eterna.
Desde 1999 a la fecha, 24 mariscales de campo diferentes han iniciado un partido para la franquicia, y ninguno de ellos ha sido capaz de consolidarse en el puesto.
Como si eso no fuera suficiente, se espera ampliamente que los Browns sumen un N° 25 a esa lista para cuando llegue la Semana 1 de la temporada regular entrante.
¿Quién será? Eso ya es otro problema.
Por el momento, Josh McCown es el titular nominal. Si las cosas salen como esperan en Cleveland, McCown no será el titular cuando arranque la nueva campaña.
Por un lado, los Browns han comenzado pláticas con los San Francisco 49ers para explorar un posible canje de Colin Kaepernick.
Por el otro lado, la contundente mayoría de analistas de draft proyecta que Cleveland saldrá del próximo sorteo colegial con un pasador novato en las rondas altas.
A mi juicio, una opción no debe cancelar a la otra.
De hecho, el primer paso se tiene que hacer en la parte más alta de la organización, adoptando un genuino plan a largo plazo. Estamos hablando de una franquicia que a partir de su renacimiento en 1999, ha cambiado de propietario, ha cambiado innumerables veces de gerencia, y todavía más de entrenador en jefe.
Como parte de los cambios para este año, llega el entrenador en jefe Hue Jackson y una nueva gerencia donde destaca el papel de Paul DePodesta, mejor conocido por su papel a la hora de desarrollar la estrategia del "Moneyball" con los Oakland Athletics de la MLB.
Y es precisamente la llegada de esta nueva corriente de pensamiento a la gerencia de Cleveland que hace del próximo draft de los Browns uno de los más interesantes de la liga, particularmente en lo que respecta a las selecciones N° 2 y N° 32 global.
Si a esto le sumamos que en un abrir y cerrar de ojos los Browns han perdido a siete jugadores que terminaron la temporada pasada como titulares --Randy Starks, Travis Benjamin, Alex Mack, Mitchell Schwartz, Karlos Dansby, Tashaun Gipson y Johnny Manziel--, decir que se trata de un cuadro en reconstrucción es quedarnos muy cortos.
Con diez selecciones para el sorteo del próximo mes de abril, y solamente una contratación de peso en el mercado abierto hasta el momento --Demario Davis-- parece claro que los Browns no tienen suficiente capital de draft para asegurar titulares de calidad en todos los huecos que delata su plantilla.
Eso significa que con la segunda selección global --una que muchos han proyectado será empleada para reclutar a Carson Wentz de North Dakota State o Jared Goff de California para asumir como nuevo rostro de la franquicia-- puede ser necesaria para adquirir a un jugador mejor calificado que los pasadores, e igual de necesario.
Posiblemente Joey Bosa de Ohio State pueda ayudar a Danny Shelton y Barkevious Mingo, recientes selecciones de primera vuelta, a alcanzar su máximo potencial en el frente defensivo de Cleveland; o quizás Jalen Ramsey de Florida State pueda ocupar el lugar que dejó la salida de Gipson como profundo libre, o se haga cargo de la esquina donde Justin Gilbert ha dejado mucho qué desear luego de ser, también, seleccionado en la primera vuelta.
Posiblemente sea esa primera selección de la segunda ronda, la N° 32 global, la que será destinada a un mariscal de campo, ya sea aguardando o tratando de escalar nuevamente a la primera ronda mediante un canje. Connor Cook de Michigan State podría ser una posibilidad, pero no hay que descontar a Paxton Lynch de Memphis o Christian Hackenberg de Penn State.
Y aquí es donde comienza el atractivo del sorteo de los Browns bajo su nueva dirigencia: ¿cómo valorarán DePodesta y Sashi Brown, máximo responsable de personal en Cleveland, a los mariscales de campo disponibles? ¿Habrá mucha diferencia a los ciclos previos?
De cualquier manera, aquí es donde regreso a mi argumento previo. Los Browns deben salir del draft con un prospecto sólido en la posición de pasador, pero eso no evita que deban conseguir una presencia veterana de mejor nivel que McCown para asumir las riendas de inmediato.
Los Niners no parecen tener prisa por deshacerse de Kaepernick, y el precio que supuestamente estarían exigiendo es una selección de segunda ronda. Sin embargo, no sería la única alternativa para Cleveland. Ryan Fitzpatrick no ha conseguido ponerse de acuerdo para regresar a los New York Jets, y con más de 46 millones de dólares de espacio bajo el tope, los Browns tienen más que suficiente espacio para sumar al único mariscal de campo titular que está disponible todavía en el mercado abierto.
Otra opción podría ser Robert Griffin III, también agente libre.
Sin embargo, no hay que desechar las opciones que podrían existir en el mercado de canjes. Jeff Fisher ya ha dicho públicamente que Case Keenum será el titular para Los Ángeles Rams, relegando a Nick Foles a la banca. Foles podría ser la clase de pasador ideal que pueda tomar las riendas de Cleveland por uno o dos años en lo que se termina de desarrollar algún novato, y también en lo que el equipo consigue reconstruir un arsenal ofensivo decente.
Más allá de lo que suceda en la posición de mariscal de campo de los Browns, una cosa es segura: urge un proyecto sólidamente armado que planeé a mediano y largo plazo. No es lo que desean escuchar los aficionados de Cleveland, pero la marca de victorias y derrotas del 2016 será menos importante que los movimientos de plantilla que vienen en los siguientes días.