Los New England Patriots se unieron a la reciente apelación por el "Deflategate" para apoyar a Tom Brady, tomando partido con su mariscal de campo estelar en la corte por primera vez en su batalla contra la NFL y el comisionado Roger Goodell.
Mediante un documento presentado en el tribunal de apelaciones de segundo circuito de los Estados Unidos, los Patriots indicaron que "pueden llegar a perder a su mariscal de campo All-Pro por el 25 por ciento de la próxima temporada regular con base a un proceso seriamente defectuoso". También trataron de persuadir al tribunal para que tratara de anular la decisión que reinstaló la suspensión de cuatro partidos a Brady el mes pasado.
"El impacto de la opinión de la mayoría no se limita al fútbol americano profesional", indica el documento, "amenaza con quebrantar los principios fundamentales que rigen el arbitraje de los contratos colectivos de trabajo en la economía nacional".
Los Patriots nunca han dudado en su defensa de Brady mientras lucha contra el castigo por estar "generalmente consciente" de un esquema ilegal para desinflar balones. Pero después de fracasar en su intento de ganarse su libertad con una campaña de relaciones públicas y a través de reuniones secretas dentro de la oficina de la liga, el equipo finalmente se unió a la causa judicial que amenaza con extenderse a su tercera temporada en la NFL.
Aunque no sorprende desde la perspectiva del fúbol americano --después de todo, Brady guió a New England a cuatro títulos de Super Bowl-- la decisión del propietario de los Patriots, Robert Kraft, de tomar partido en la corte contra Goodell es un paso para fracturar su alguna vez sólida relación con el comisionado.
Otros propietarios han luchado contra la liga en la corte --el más conocido fue Al Davis de los Oakland Raiders-- pero Kraft ha sido uno de los soldados más fieles en el campo del comisionado. Los Patriots también han mantenido una página de internet diseñada para señalar los errores en el caso de la liga contra Brady.
Brady fue suspendido en mayo pasado por cuatro partidos por lo que Goodell definió como un esquema para utilizar de balones inflados de manera inapropiada en el Juego por el Campeonato de la AFC de ese año. New England derrotó 45-7 a los Indianapolis Colts antes de terminar ganando el Super Bowl.
La suspensión fue anulada por un juez federal en la víspera de la temporada regular del 2015, pero un panel en el tribunal de circuito determinó con dos votos a favor por uno en contra el mes pasado que Goodell actió dentro de los derechos que le otorga el contrato colectivo de trabajo.
Brady apeló ante el segundo circuito para tener una nueva audiencia --llamada "de pleno"-- y el documento de los Patriots fue en apoyo a esa apelación. Menos del 1 por ciento de las apelaciones en pleno son concedidas; si la solicitud de Brady es rechazada, su única oportunidad de evitar una suspensión sería apelar ante la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos, donde las posibilidades de tener una audiencia son aún menores.
Los Patriots también fueron sancionados por Goodell con una multa de 1 millón de dólares y la pérdida de dos selecciones del draft. En ese momento, Kraft aceptó el castigo, indicando que sólo era miembro de un grupo y tenía que considerar lo que era mejor para la liga.
Sin embargo, la actitud de Kraft cambió cuando Goodell, escuchando personalmente la apelación de Brady, se negó a reducir el castigo al pasador.
El documento presentado esta semana reiteró que los Patriots "creen firmemente" que nadie manipuló los balones durante el Juego por el Campeonato de la AFC. El equipo refirió que el tribunal de segundo circuito "respaldó el resultado de un proceso altamente manipulado y fundamentalmente injusto diseñado y utilizado por el comisionado para alcanzar y justificar un resultado predeterminado.
"Restringe las protecciones vitales otorgadas y el derecho a apelas y obtener y presentar pruebas pertinentes", argumentó el equipo. "Su efecto se sentirá más allá de la NFL".