DALLAS -- Los Dallas Cowboys tienen en las manos un problema que la mayoría envidiarían.
Ya con el campeonato de la División Este y la primera siembra de la Conferencia Nacional seguros en Playoffs, el debate en Dallas previo al último juego de la temporada regular el domingo en Philadelphia ante los Eagles es sobre quién deberá reemplazar a su quarterback titular, Dak Prescott.
Sin que el coach Jason Garrett siquiera haya dicho una palabra de manera formal, muchos anticipan que Prescott jugará unos minutos y que, a más tardar en la segunda mitad, saldrá del campo para darle descanso y evitar el riesgo de una lesión.
A principio de semana, la posibilidad del reemplazo estaba orientada hacia Mark Sanchez, el quarterback de origen mexicano que llegó a los Cowboys apenas cinco días antes del partido inaugural de temporada para cubrir el puesto del lesionado Tony Romo.
Sánchez se convirtió rápidamente en el principal mentor del novato Prescott, aunque no se ha equipado en los últimos seis partidos, desde que Romo fue activado de la lista de lesionados.
El dueño y gerente general del equipo, Jerry Jones, dijo hace tres semanas que Romo no necesitaba jugar para quitarse el óxido que puede provocar la inactividad de casi dos temporadas debido a las lesiones.
Pero, este viernes surgió el reporte de que los Cowboys contemplan poner a Romo a jugar, aunque sea un rato, contra los Eagles.
“No lo hemos determinado“, afirmó el viernes Garrett sobre la posibilidad de que jueguen Romo o Sánchez o ambos.
Romo jugó por última vez en el segundo cuarto del juego del Día de Acción de Gracias de 2015, cuando se fracturó la clavícula por segunda ocasión en la misma temporada.
El 25 de agosto pasado, Romo sufrió una fractura en la espalda durante el tercer juego de exhibición y así se abrió la puerta a la titularidad para Prescott, quien con méritos propios se adueñó del puesto. Desde que regresó a entrenar, Romo se ha pulido con los suplentes como parte del grupo que asemejan ser el rival en turno.
“Es divertido ir contra Tony Romo en el entrenamiento por lo bueno que es y todo lo que sabe“, señaló el linebacker Sean Lee. “Enfrentar a un quarterback de élite te hace mejor“.
Tal vez en Dallas el debate con vista en la postemporada debiera ser más por el lado de los titulares que de los suplentes, en especial del lado defensivo.
La línea defensiva tiene media decena de lesionados, de los cuales es poco probable que alguno enfrente a los Eagles: Tyron Crawford , Justin Durant, Terrell McClain, Cedrick Thornton y DeMarcus Ware se sumaron a Morris Claiborne en la lista de jugadores descartados por completo para jugar en Philadelphia.
El esquinero Anthony Brown fue enlistado como “cuestionable“ y es casi un hecho que no jugará por síntomas de conmoción cerebral; el ala defensiva Jack Crawford tiene problemas en un hombro desde hace tiempo y su productividad ha disminuido.
A la ofensiva, el tackle izquierdo titular Tyron Smith fue descartado más por precaución que por estar incapacitado por completo, luego de que en el partido de lunes por la noche contra los Detroit Lions sufrió un golpe en la rodilla derecha.
El guardia de ese mismo lado, Ron Leary, tampoco ha entrenado toda la semana y aunque se supones que está como “cuestionable”, se ven pocas posibilidades de que juegue por las dolencias en la espalda que ha sufrido las últimas dos semanas.
El corredor Darren McFadden, quien apenas hace un par de partidos fue activado tras recuperarse de la fractura de un codo en el receso de temporada, está enfermo y se desconoce si jugará.
Así que, por más que Garrett insista en que jugarán con todo el domingo contra los Eagles, la situación real parece que será distinta.
Los Cowboys deben ser inteligentes. Aunque quieran evitar perder ritmo, como han reiterado varios entrenadores y jugadores, deben darse cuenta de que, quizá, perder una batalla sea positivo pensando en ganar la guerra.
“Aquí no importan los récords ni logros individuales, porque estamos persiguiendo un premio mucho mayor“, insistió esta semana el corredor Ezekiel Elliott, quien parece resignado a quedarse corto en sus aspiraciones de romper la marca de yardas ganadas por carrera para un novato en una campaña, pues el staff de coacheo parece estar decidido a bajar su carga de trabajo para cuidarlo.