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La eterna pregunta del draft de la NFL: ¿Pueden triunfar los quarterbacks mayores de 25 años?

La edad de los mariscales de campo es uno de las subtramas del draft de la NFL que se celebrará la próxima semana

Cuando Chris Weinke conversó con varios equipos antes del draft de la NFL de 2001, no tuvo que responder muchas interrogantes directamente relacionadas con su edad.

Sin embargo Weinke, que jugó como mariscal de campo campeón nacional y ganador del Trofeo Heisman con Florida State, sabía que los números 28 y 29 (la edad que tenía cuando terminó de jugar fútbol americano universitario y la que tuvo al inicio de la temporada 2001 de la NFL) generaban amplia discusión tras bastidores, tanta como sus estadísticas récord. Al inicio del draft, Weinke esperó hasta la cuarta ronda para escuchar su nombre, luego que fueran seleccionados otros cuatro quarterbacks.

“Sí fue un factor”, indicó Weinke. “Fui a mi primer campamento de entrenamiento con 29 años. Piensa en un joven de 20 años que alcanzó tres campeonatos nacionales consecutivos y ganó un [Trofeo] Heisman. En esa misma situación, con el mismo entrenamiento, ese chico de 20 años tendrá la ventaja y probablemente no sea elegido en cuarta ronda”.

La edad de los mariscales de campo es uno de las subtramas del draft de la NFL que se celebrará la próxima semana, ya que dos de los quarterbacks universitarios más consumados también se encuentran entre los de mayor edad. Hendon Hooker (Tennessee), favorito al Heisman durante gran parte de la temporada pasada tras un brillante ciclo de dos años bajo las órdenes del entrenador Josh Heupel, cumplió 25 años en enero pasado. Stetson Bennett (Georgia), finalista del Heisman en la temporada pasada y que ayudó a los Bulldogs a conquistar los dos últimos títulos nacionales, cumplirá 26 años en octubre. Otro mariscal de campo con aspiraciones en el draft (Jaren Hall, de BYU), que sumó 22 partidos como titular en las dos campañas más recientes, cumplió 25 años el mes pasado.

A pesar de que Bennett y Hall no están proyectados para formar parte de la primera oleada de quarterbacks elegidos en el draft, Hooker está generando mayor expectativa como tentativa selección en primera ronda, de acuerdo con los pronósticos de los expertos de ESPN Todd McShay, Mike Tannenbaum y otros. Durante la historia moderna del draft de la NFL, solo han sido tomados ocho mariscales de campo con edades a partir de 25 años. Tres de ellos (Weinke, Brandon Weeden y John Beck) fueron elegidos antes de la sexta ronda, según las investigaciones de ESPN Stats and Information. Hooker es el quinto mejor prospecto entre los mariscales de campo, mientras que Hall ocupa la octava posición y Bennett es décimo. De los cuatro quarterbacks prospectos mejor cotizados, Bryce Young (Alabama) y C.J. Stroud (Ohio State) tienen 21 años, Anthony Richardson (Florida) tiene 20 y Will Levis (Kentucky) tiene 23.

Lewis cumplirá 24 años antes de la Semana 1 de la venidera temporada de la NFL, siendo apenas un año menor que el actual mariscal de campo de Los Angeles Chargers Justin Herbert y el quarterback de los Miami Dolphins Tua Tagovailoa. Ambos han sido titulares en la liga desde 2020.

Con la menor absorción de contacto por parte de los mariscales de campo en el juego moderno, al igual que la explosividad y velocidad pasando a un plano secundario entre las características a evaluar en el draft, la edad representa un problema menor para los jugadores actuales de la posición.

“La edad importa en cualquier posición, excepto la de quarterback”, afirma un coordinador de la NFL.

La historia de los mariscales de campo más longevos que logran entrar en la NFL es limitada y poco alentadora. Weinke, Weeden y Beck tienen récord combinado 8-44 como titulares en la NFL. Tras la victoria de Weinke en su debut de 2001, Carolina pasó a perder sus 15 últimos partidos, imponiendo la poco deseable marca histórica de la NFL de derrotas consecutivas en una misma campaña.

Pronto se revelará cómo la edad de Hooker, Bennett y Hall repercute en su estatus dentro del draft. Tanto quienes han estado en sus zapatos como los evaluadores de jugadores afirman que los quarterbacks de mayor edad tienen ventajas y desventajas tentativas en su búsqueda por llegar a la NFL. Incluso en una época en la cual los mariscales de campo juegan hasta bien entrados los 30 años de edad, la presión por causar un impacto inmediato siempre estará presente. Al igual que los elementos necesarios para triunfar instantáneamente, algo de lo que carecen algunos mariscales de campo más jóvenes.

“Lo quieres vender como algo positivo”, expresó Weeden, quien a los 28 años se convirtió en el elegido en primera ronda de mayor edad en la historia de la NFL cuando los Cleveland Browns lo eligieron en el puesto número 22 en 2012. “Jugaban al nivel más alto. Haciendo lo que hizo, Stetson fue increíble. Hendon, antes de su lesión, estaba en la vía rápida para ganar el Heisman. Tenían las repeticiones, ganaron experiencia. Pero son mayores por pocos años. Tendrán que oír a los medios hablando al respecto”.

“Así son las cosas”.

PREVIO AL DRAFT, los equipos de la NFL tienen la tarea de identificar, analizar y evaluar hasta el mínimo detalle de sus prospectos. Un scout de la NFL indicó que su organización etiqueta con alertas a los perfiles de los jugadores que llegan al fin de semana del draft con edades a partir de 25 años.

La alerta de edad no es una advertencia para evitar tomarlos en el draft; sin embargo, exige que el equipo analice con un poco más de profundidad y contextualice su edad.

“Es un quarterback de 25 años. ¿Por qué? Esa es la principal pregunta que haría yo”, indica un scout. “El porqué de Stetson Bennett es: La verdad, no fue reclutado; luego fue a la universidad junior y volvió [a Georgia]. Hooker es [jugador] de sexto año. ¿Por qué no tenía suficiente calidad para egresar después de 2021? [La edad] sirve para estimular preguntas. Hace preguntarte por qué”.

Otro scout agregó: “Te atemoriza un poco. ¿Por qué te tomó tanto tiempo alcanzar este nivel?”

Weinke y Weeden fueron prospectos de mayor edad en el draft de la NFL porque jugaron béisbol profesional antes de dedicarse por completo al fútbol americano. Ambos fueron elegidos en segunda ronda del draft del béisbol de Grandes Ligas. Luego de reportarse a Florida State en agosto de 1990, Weinke abandonó el campus pocos días después y no volvió hasta 1997. Weeden jugó cuatro temporadas como profesional antes de inscribirse en Oklahoma State en 2007.

Bennett ingresó a Georgia en 2017, pasó la temporada 2018 en el Jones College de Mississippi, volvió en 2019 pero no tuvo actividad significativa hasta 2020, solo porque el titular proyectado J.T. Daniels estaba lesionado. Hall sirvió en una misión mormona en California antes de llegar como novato a los 20 años a Brigham Young University en 2018. En 2020, se tomó un receso médico para recuperarse de una lesión de cadera, antes de pasar para 5,754 yardas y 51 anotaciones en las dos últimas temporadas.

Hooker empezó su etapa universitaria en 2017 en Virginia Tech, asumió la titularidad en 15 partidos durante las temporadas 2019 y 2020. A pesar de ello, nunca llegó a causar gran impacto. Posteriormente se transfirió a Tennessee, asumiendo la titularidad en la Semana 3 de la campaña 2021, sumando 6,080 yardas de pase, más de 1,000 yardas terrestres y 68 anotaciones totales durante un increíble ciclo de 24 encuentros (22 como titular). Hooker impuso varios récords de temporada en Tennessee, incluyendo porcentaje de pases completos (68) y rating de eficiencia en los pases (181.4) en 2021. Sin embargo, decidió volver el pasado otoño a los 24 años. Rompió su propia marca de pases completos (69.6%) y acumuló 3,135 yardas de pase antes de sufrir una rotura de ligamento cruzado anterior el pasado 19 de noviembre ante South Carolina.

“Para Hendon, su regreso se trataba de maximizar su talento y refinar su comprensión del juego”, indica Heupel. “Dio un gran salto con respecto al año anterior. A pesar de que tenía experiencia, sólo jugó dos años dentro de nuestro sistema, así que se vio expuesto a muchas cosas distintas. Eso lo ubicará en una posición cuando ascienda al próximo nivel, absorba un libro de jugadas de la NFL y entienda los ‘por qué’”.

La experiencia más significativa para Hooker y Bennett ocurrió al final de sus carreras universitarias. El ascenso y éxito de Bennett coincidió con la contratación de Todd Monken como coordinador ofensivo del programa de la Universidad de Georgia. En unas declaraciones emitidas durante el NFL Combine del mes pasado, Bennett reconoció que Monken le dio una “base de conocimientos” que puede aplicar a su próximo ataque.

“Conozco la información que aprendía [Bennett] y con la que mejoraba”, indica Weeden, que jugó su última temporada en Oklahoma State bajo el mando de Monken, quedando en la segunda posición a nivel nacional en yardas de pase (4,727). “Le preparará bien para el próximo nivel. Es una ventaja inmensa, un año más de fútbol americano universitario”.

Las trayectorias profesionales de los mariscales de campo también están cambiando, tanto en la NFL como a nivel universitario. Tom Brady concluyó su increíble carrera de 23 temporadas en la NFL a los 45 años, mientras que Drew Brees se retiró a los 42 y Ben Roethlisberger jugó su último encuentro a pocas semanas de cumplir los 40. Aaron Rodgers, cuya llegada a los New York Jets se espera tras pasar 18 temporadas con los Green Bay Packers, cumplirá 40 el próximo 2 de diciembre.

Es probable que los cambios de reglas implementados para proteger a los mariscales de campo ayuden a extender varias carreras, acompañados por mejoras en la nutrición y entrenamientos.

“[Con] Hooker y Bennett, claro, se quitan un par de años a la delantera, pero todos amplían edades a la zaga. Eso es lo que ha cambiado”, indica Jim Nagy, director ejecutivo del Senior Bowl y veterano scout de la NFL. “Actualmente, se acercan a sus años de mejor estado físico. No considero que la edad sea un factor importante que afecte su transición inmediata”.

Los cambios recientemente experimentados por el fútbol americano universitario podrían redundar en una mayor presencia en el draft de mariscales de campo con edades cercanas a los 25 años. Es más común ver a quarterbacks que cambian de universidad en busca de repotenciar sus carreras, como fueron los casos de Hooker y Levis, que dejó Penn State para ir a Kentucky en 2021. Ahora, otros jugadores perciben los cuantiosos beneficios de contratos de derechos de imagen mientras se mantienen en la universidad.

El surgimiento de mariscales de campo de la talla de Brock Purdy (San Francisco 49ers), titular por cuatro años en Iowa State y que se convirtió en último seleccionado del draft 2022 a los 22 años, ha hecho que algunos evaluadores del fútbol americano profesional se replanteen el perfil del quarterback apto para jugar en la NFL.

“No creo que la edad importe tanto como la experiencia”, indicó un entrenador de mariscales de campo de la NFL. “Tienes a las superestrellas; pero Purdy, es un chico con cuatro años de carrera que saltó al terreno, jugó mucho y lo hizo bien. Los contratos de derechos de imagen (NIL) pueden mejorar los drafts futuros para los quarterbacks. [Con] algunos de esos contratos, si te eligen en tercera o cuarta ronda, eres capaz de quedarte y ganar $1 millón de dólares. Con eso, podrías preferir quedarte [en la universidad]. Esto podría ayudar al fútbol americano universitario. Algunos se quedarán más tiempo, por lo que mejorará la calidad de juego”.

AL DÍA SIGUIENTE del draft 2007, Beck estaba “súper emocionado” por su elección en segunda ronda, tomado por los Miami Dolphins. Luego recibió una llamada de otro equipo de la NFL, liderado por un entrenador conocido por formar mariscales de campo.

El equipo le informó a Beck de sus motivos para no tomarlo en el draft: esperaban que su actual titular permaneciera con ellos por tres o cuatro años.

“Debido a tu edad, realmente no tendrás oportunidad de convertirte en titular hasta que tengas 29 años”, recuerda Beck lo dicho por aquel equipo. “Nos encanta todo de ti. Solo que tu edad no encaja dentro de nuestros planes”.

Reflexionando sobre lo acontecido hace 16 años, Beck afirma: “Es una lástima que algo como la edad evitó que eso se llegara a concretar”.

Beck, que actualmente entrena mariscales de campo con el 3DQB Group en California, considera que la edad cobra mayor importancia de acuerdo con el contexto en el que ingresan los quarterbacks a la NFL. Si un puesto de titular está inmediatamente disponible, la edad del mariscal de campo le puede servir de ventaja. Aquellos obligados a esperar pueden ser relegados en favor de jugadores más jóvenes.

Prospectos tales como Bennett (con 32 partidos como titular con Georgia) y Hooker (37 juegos como titular de por vida, 22 con Tennessee) tienen mayor experiencia y mejores estadísticas que Richardson, que apenas suma 13 encuentros como titular en Florida, lo que empataría a Mitch Trubisky en la marca de menos partidos como titular para un quarterback elegido en primera ronda del draft desde 2002. Sin embargo, el potencial físico de Richardson, exhibido durante un entrenamiento récord en el NFL Combine, junto a su edad, crean mejores condiciones para su desarrollo.

“Cuando analizas a un chico que tiene 25, 26 años, en su temporada [de novato], ¿qué más podrá mejorar?”, indica un scout. “Lo que ves es lo que obtienes con un chico como Stetson”.

Es probable que Hooker y Bennett no tengan otro nivel físico por alcanzar. Sin embargo, también es cierto que llegarán a la NFL con una amplia base de conocimientos sobre fútbol americano y la vida fuera de él. Bennett ya tenía una de las posiciones de mayor perfil en el fútbol americano universitario hasta bien cumplidos los 20 años. Brilló como protagonista y acabó con el constante escepticismo con respecto a sus habilidades, que persistía incluso tras haber alcanzado el primer título nacional para Georgia. Hooker debió reinventarse a su llegada a Tennessee, ganarse a un nuevo equipo y recuperarse de una lesión importante.

Ambos podrían estar mejor equipados que los quarterbacks jóvenes para asimilar las exigencias impuestas por la NFL.

“Fui capaz de manejar mejor las entrevistas, fui capaz de manejar el estrés y la presión que genera el jugar en la National Football League”, indica Weinke. “[Ser mayor] fue una de las razones por las que fui capaz de ser mariscal de campo titular en mi temporada de novato. Invariablemente, lo que ocurre es que, ese chico de 25 años se comunica mejor, probablemente se sienta más cómodo que el de 20. Simplemente, es la naturaleza humana”.

Indudablemente, la madurez de Bennett es un punto atractivo para los equipos interesados en sus servicios. No obstante, su propuesta se hizo más difícil de vender tras ser acusado de un delito menor de intoxicación pública en Dallas a fines de enero pasado.

“Entiendo por qué eso no puede ocurrir”, declaró Bennett durante el NFL Combine. “He conversado al respecto con entrenadores, con gerentes generales. Me disculpé con mi familia. Siento que les decepcioné porque, no importa adonde vaya ahora, e incluso sin todo esto, tengo una obligación [para con ellos]”.

Hooker se ha enfrentado a múltiples interrogantes sobre su nivel de preparación para jugar en la NFL, ya que algunos consideran que el esquema ofensivo del equipo de Tennessee en el que brilló es excesivamente simplista. Por el contrario, Heupel califica dicho sistema como eficiente e indicó que se ha revertido aquel efecto en el que los esquemas se traspasaban desde la NFL hacia las universidades. Actualmente, los sistemas tácticos del fútbol americano colegial “suben y están cambiando la forma de jugar en la NFL”.

“Tenemos rutas de pura progresión”, expresó Hooker durante el NFL Combine. “No es mi culpa que mi primera opción esté disponible. Tenemos opciones antes del saque, uno alto [profundo], dos alto, de qué lado, un combo de doble juego de piernas. Tenemos progresiones puras con alertas y una opción. Si realmente te adentras en nuestra ofensiva y ves los videos, entenderás cómo se ha elevado a otro nivel”.

LA CARRERA DE WEINKE COMO JUGADOR concluyó después de la temporada 2007. En 2015, incursionó como entrenador con los St. Louis Rams, supervisando a los mariscales de campo. Como entrenador, Weinke y el staff ofensivo consideraba las edades de los quarterbacks prospectos, pero invertía más tiempo en sus destrezas físicas y mentales, junto a las ofensivas con las que operaron en su época universitaria.

La edad podría servir como factor de desempate entre diversas opciones, especialmente si los jugadores recibieron calificaciones similares por parte de los scouts o provienen de sistemas universitarios similares.

“Probablemente optarás por el chico más joven, consciente de que probablemente lo tendrás por más tiempo. Quizás está un poco más sano”, indica Weinke, que actualmente es coordinador ofensivo y entrenador de mariscales de campo en la Universidad de Georgia Tech. “Sin embargo, perderás la experiencia y madurez que obtendrías con un jugador de 25 años. Es tan difícil. Prácticamente se ha convertido en ciencia, la forma en la que evalúan [talentos]”.

Weeden es uno de los cinco mariscales de campo elegidos en la primera ronda de la era moderna del draft que llegaron al mes de septiembre de su temporada inicial en la NFL con edad de al menos 24 años. Entre los otros, el actual titular de los Tennessee Titans Ryan Tannehill y el ex titular de los Jets y Miami Dolphins Chad Pennington tuvieron cierto éxito, con Tannehill invitado en 2019 al Pro Bowl. Akili Smith tuvo récord 3-14 como titular con los Cincinnati Bengals, mientras que Jim Druckenmiller (elegido en el draft por los 49ers) solo apareció en seis partidos de por vida (uno como titular).

“Conocía la historia contra la que luchaba en aquél entonces”, indica Beck. “Los quarterbacks que llegaban con esa edad a la liga, mayores... No muchos tuvieron éxito, por cualquier motivo”.

Los Dolphins despidieron al entrenador Cam Cameron después de la temporada de novato de Beck, dejándolo como “un jugador de 26 años que no fue elegido en el draft por el nuevo cuerpo técnico” y que perdió los únicos cuatro encuentros que disputó. Weeden llegó a los Browns en medio de la racha de 12 temporadas consecutivas con saldo negativo para la franquicia y estaba consciente de que su camino al éxito era “una cuesta algo empinada”. También llegó a la organización con sentido de urgencia.

“Sabía que no sería capaz de jugar 15 años”, dijo Weeden. “Tenía que aprovecharlo al máximo. Uno piensa en ello, sin duda. Sabes que debes saltar temprano, causar una gran impresión y asegurar ese segundo contrato”.

Los jugadores más longevos tienen un reloj en cuenta regresiva, pero la NFL se ha convertido en “una liga en la que [los mariscales de campo deben] repercutir de inmediato” según afirma Nagy. Zach Wilson, elegido en el draft por los Jets en el segundo puesto a los 21 años, ya ha alcanzado “su punto de inflexión” después de su segunda temporada como profesional. El éxito inmediato de jóvenes quarterbacks como Lamar Jackson, tomado en el draft a los 21 años y se llevó los honores al Jugador Más Valioso de la NFL pocas semanas después de soplar 23 velas, podría reducir la paciencia de los equipos con proyectos como el de Richardson.

Beck indicó que los equipos de la NFL etiquetan a los mariscales de campo, distinguiéndolos entre quienes “pueden” o “no pueden” al principio de sus carreras. Algunos reciben su calificativo en su año de novatos; otros, un poco más tarde.

“La edad no importará [para aquellos mariscales de campo] con el sello de ‘pueden’”, indicó. “Se trata de prepararte para el momento en el que llegue esa oportunidad. Cruza tus dedos para que, cuando llegue, estés dentro de una situación positiva con una buena organización, y que sea sostenible”.

Mientras Hooker, Bennett y otros quarterbacks de mayor edad esperan conocer sus destinos en la NFL y mantienen conversaciones con los equipos, quienes han vivido esa experiencia afirman que la edad debe ser promovida como un aspecto a su favor.

“El tema recurrente debe ser: ‘Oye, estoy en mejor posición para entrar debido a mi madurez, por lo que haré mayor impacto antes que un chico más joven’”, dijo Weinke. “Lo seguirán cuestionando un poco; pero si yo soy uno de esos chicos un poco mayores, simplemente diría: ‘Es una ventaja, no una desventaja’”.