Hace apenas un mes, Pittsburgh estaba funcionando a pleno rendimiento, pero no ha ganado desde la Semana 14.
PITTSBURGH -- De pie detrás de un estrado en la abarrotada sala de conferencias de prensa de los visitantes en el Lincoln Financial Field de Filadelfia, el entrenador Mike Tomlin descartó la idea de que una derrota se convirtiera en una mala racha. Los Pittsburgh Steelers perdieron dos partidos más en los siguientes 10 días y ahora entran en la Semana 18 en busca de un torniquete para detener la hemorragia. Los Steelers, que ya no tienen el control de su propio destino en la carrera por el título de la AFC Norte, tal vez no estén jugando para ser anfitriones de un partido de comodín en los playoffs, pero el resultado de este sábado por la noche podría ser crucial para determinar el destino del equipo en postemporada, mientras busca su primera victoria en los playoffs desde 2016.
Una victoria contra los Cincinnati Bengals (8 p.m. ET, ESPN/ABC/ESPN Deportes) no solo podría preparar el terreno para un enfrentamiento más favorable en la primera ronda de los playoffs (quizás enfrentar a un equipo golpeado de los Houston Texans en lugar de un tercer encuentro con un grupo en ascenso de los Baltimore Ravens), sino que también podría cambiar el rumbo del impulso de los Steelers al ingresar al momento más crítico y de mayor riesgo del año.
"Quieres llegar a los playoffs en una racha ganadora, con todos en sintonía, con la cohesión", dijo el safety DeShon Elliott. "Especialmente porque es una situación de eliminación de un solo juego. Cada jugada importa. Cada comunicación importa. Tienes que intensificar la forma en que abordamos nuestro día".
Eso es exactamente lo que hicieron los Steelers en los 10 días entre la derrota de Navidad ante los Kansas City Chiefs y el final de la temporada regular este sábado por la noche.
Menos de 24 horas después de esa derrota, los Steelers volvieron a reunirse en sus instalaciones de práctica para estudiar las imágenes y tener conversaciones francas y transparentes. Después de su descanso obligatorio de tres días, el equipo regresó a las instalaciones el lunes para su última semana de trabajo de la temporada regular. A través de prácticas enérgicas y simulacros adicionales, los Steelers trabajaron para corregir los problemas de los últimos tres juegos.
"No hay mucha gente corriendo desmarcada", indicó el safety Minkah Fitzpatrick sobre la práctica. "No hemos tenido que correr muchas jugadas. Tal vez solo una del miércoles, y hemos estado haciendo mucho trabajo adicional mientras la ofensiva está en el campo, trabajando en esas comunicaciones, trabajando en esos ajustes".
Pero, por supuesto, la verdadera vara de medir no llegará hasta que salten al campo contra un equipo de los Bengals que lucha por un lugar en los playoffs.
"Estamos decididos a ganar partidos", sostuvo el defensor Cameron Heyward. "Nuestra práctica es simplemente reforzar nuestros fundamentos, pero no sabremos que es una buena semana hasta que ganemos".
Los Bengals cuentan con una ofensiva entre las cinco mejores en anotaciones y una defensa con 12 pérdidas de balón en una racha de cuatro victorias consecutivas, pero enfrentar a Cincinnati podría ser un bálsamo para un equipo de los Steelers que está tratando de encontrar su equilibrio. Hace apenas un mes, los Steelers estaban funcionando a pleno rendimiento dentro del Estadio Paycor en una victoria por 44-38.
Aunque la defensa cedió 38 puntos y 375 yardas a Joe Burrow y a la ofensiva de alto vuelo, Russell Wilson y los Steelers se enfrentaron al candidato a MVP.
Aún más alentador, Wilson lo hizo después de que la primera serie terminara abruptamente en la zona de anotación equivocada cuando el esquinero Cam Taylor-Britt interceptó el tercer intento de pase de Wilson del día para un touchdown.
Wilson terminó ese día con 410 yardas de pase en pases completos a 10 receptores diferentes, y los corredores se combinaron para 110 yardas terrestres. Marcó el total de yardas más alto de los Steelers desde 2018 y el tercer juego de pases de 400 yardas de la carrera de Wilson, y el primero desde que dejó Seattle.
Mientras los Steelers celebraban en el vestuario de los visitantes con bromas sobre el regreso del alter ego de Wilson, Mr. Unlimited, y las resacas de la cena de Acción de Gracias, el impulso estaba claramente a su favor. Se mantuvo una semana después en otra actuación completa con una victoria en casa por 27-14 contra los Cleveland Browns. Desde entonces, ¿pero?
Las buenas vibras se detuvieron.
No fue solo que los Steelers perdieron tres juegos ante equipos con las cinco mejores probabilidades de Super Bowl, según ESPN Bet, sino que fue cómo los perdieron. Permitieron un promedio de 30 puntos por juego mientras anotaban solo 13 por salida, y tuvieron un diferencial de pérdidas de balón de -2 durante ese período. La frustración reemplazó al júbilo en el vestuario posterior al juego mientras los Steelers tropezaban.
"Cuando los muchachos se apasionan por un juego que hemos estado jugando durante tanto tiempo", afirmó Elliott, "no te preparas para perder. Te preparas para ganar, y cuando no ganas, las cosas pueden volverse frustrantes".
Los Steelers han estado en una posición similar antes. En 2020, el equipo comenzó 11-0 antes de perder cuatro de sus últimos cinco juegos de temporada regular y un juego de comodines en casa desequilibrado por 48-37 ante los Browns. Con una oportunidad más para rectificar su mala racha de finales de temporada en la temporada regular, los Steelers quieren canalizar la receta que los ayudó a comenzar con un récord de 10-3 antes de que las cosas se pongan aún más en juego.
"Se trata simplemente de jugar bien, y tenemos que volver a tener un buen pie, jugar con una buena técnica", agregó Heyward. "Controlamos lo que podemos controlar, y creo que en el futuro, el balón simplemente debe jugarse de la manera correcta. Y no importa lo que suceda fuera de nuestro estadio, entendemos que estamos en los playoffs, así que simplemente nos concentraremos en lo que tenemos que concentrarnos".