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Los Buffalo Bills se someten a un nuevo proceso de reconstrucción

No quepa duda: los Buffalo Bills están en plena fase de reconstrucción.

Se entiende que el nuevo entrenador en jefe Sean McDermott quiera evitar el empleo de esa palabra. Después de todo, es difícil vender entradas para tu estadio si aceptas abiertamente que no planeas ganar muchos partidos de inmediato mientras edificas intentas edificar una plantilla que pueda ser competitiva a largo plazo.

No obstante, todas las señales están allí, y la llegada de McDermott en lugar de Rex Ryan --quien fuera despedido con un partido por jugar en la campaña pasada-- es apenas uno de los primeros indicios. Buffalo también cambió de gerente general, despidiendo a Doug Whaley un día después de concluido el Draft 2017, y contratando unos días después a Brandon Beane, quien hasta ese entonces fungía como gerente general asistente de los Carolina Panthers, la misma franquicia desde donde llegó el propio McDermott.

También habría que recordar la reestructuración contractual del mariscal de campo Tyrod Taylor, que no solamente borró tres temporadas de compromiso respecto al acuerdo anterior, sino también brinda al equipo una cláusula de salida al término de la campaña que está por comenzar.

Después, hay que considerar los recientes canjes concretados por los Bills con Philadelphia Eagles y Los Angeles Rams. En un par de movidas acordadas el pasado 11 de agosto. Básicamente, Buffalo intercambió al receptor abierto Sammy Watkins por el receptor abierto Jordan Matthews, y al esquinero Ronald Darby por el esquinero E.J. Gaines, además de convertir una selección de sexta ronda en una de segunda vuelta y una de tercera vuelta.

Si esas no son señales obvias de reconstrucción, entonces no sé cuáles serían.

CARAS NUEVAS A SEGUIR

Ninguna de las caras nuevas cargará con mayor peso que el receptor abierto novato Zay Jones. Buffalo perdió en agencia libre a los receptores abiertos Robert Woods, Marquise Goodwin y Justin Hunter. Se desprendieron de Watkins en el traspaso mencionado arriba. Entre los cuatro, se combinaron para 118 recepciones, 1,663 yardas y 10 touchdowns, prácticamente toda la producción que generaron el año pasado en la posición.

Jones fue seleccionado en la segunda ronda del draft, procedente de East Carolina, donde jugó cuatro temporadas. En cada una de las últimas dos campañas, Jones superó las 1,000 yardas en recepciones, incluyendo 1,746 en 158 atrapadas el año pasado, números que lo colocaron segundo y primero en la FBS en el 2016 en esos rubros, respectivamente.

El repentino retiro de Anquan Boldin, apenas a días de haberse sumado a la franquicia, solamente sirve para colocar más presión sobre el novato, quien tendrá que conformar con Matthews, Andre Holmes, Corey Brown y otros un grupo de receptores abiertos competente a disposición de Taylor.

Otro hombre a seguir es el apoyador Reggie Ragland, recluta de segunda vuelta de los Bills en el 2016 quien se perdiera toda su campaña de novato por una rotura de ligamento anterior cruzado. Si los Bills conservan a Ragland --quien ahora se ha visto involucrado en las últimas horas en rumores de canje con los Indianapolis Colts--, podría convertirse en pieza importante para la defensiva.

VETERANOS QUE ECHARÁN DE MENOS

El nombre más obvio es el del esquinero Stephon Gilmore, quien se marchó en agencia libre. No solamente pierden los Bills a su mejor jugador en la defensiva secundaria, sino que lo tendrán que ver dos veces por temporada vistiendo el uniforme de los New England Patriots, equipo al que han vencido apenas cuatro veces en los últimos 33 enfrentamientos.

Los Bills también echarán de menos a Darby; no es fácil para un equipo perder de un plumazo a sus dos esquineros titulares. En esencia, se trata de un caso parecido al que enfrentan con los receptores abiertos, donde el novato de primera ronda Tre'Davious White se verá cargado de presión para sustituir de inmediato a veteranos probados.

¿ES TYROD TAYLOR LA SOLUCIÓN A LARGO PLAZO EN BUFFALO?

Después de la reestructuración contractual, parece que los Bills no están del todo seguros. El problema que enfrenta Taylor es que, fuera del corredor estelar LeSean McCoy y el ala cerrada Charles Clay, la franquicia ha decidido disminuir la calidad del arsenal a su disposición.

Con esos amigos...

Taylor fue elegido al Pro Bowl en el 2015 con números extremadamente similares a los que consiguió en el 2016. No obstante, la percepción generalizada fue que no lo hizo tan bien. Parte de ello se debió a que el equipo despidió a Ryan antes del término de la campaña, pero lo cierto es que con todo y su viaje al Pro Bowl, Taylor no ha logrado convencer.

Para Taylor, simplemente mejorar sus números en el 2017 podría no ser suficiente. Ahora, el producto de Virginia Tech podría estar obligado a dar dos o tres pasos al frente como mariscal de campo. ¿La razón? Si los Bills deciden desconectar el experimento 'T2', podría ser difícil para él encontrar otra franquicia dispuesta a confeccionarle un sistema ofensivo que se adapte a sus características específicas.

EL PRONÓSTICO

Hace apenas unos días, el panorama lucía más alentador para Buffalo: la incertidumbre absoluta en la posición de quarterback de los New York Jets y la lesión a Ryan Tannehill y subsecuente firma de Jay Cutler por parte de los Miami Dolphins, invitaban a soñar con un segundo puesto divisional --siempre detrás de los Pats-- alrededor de los .500 o incluso más alto, y con ello la posibilidad de aspirar, al menos, a una plaza de Comodín.

No obstante, las salidas sorpresivas de Watkins y Darby vía canje, y el adiós inesperado de Boldin --que a su vez puede interpretarse de una manera poco positiva--, obligan a ser más mesurados con los vaticinios. Un 6-10 no suena fuera de lo posible.