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Interrogantes de juego aéreo nublan el futuro de los Dallas Cowboys

Los Dallas Cowboys entran al 2018 después de una temporada profundamente decepcionante en que no pudieron construir sobre una sorpresiva aparición de postemporada del 2016.

El corredor estelar Ezekiel Elliott se enfrascó en una batalla legal contra la liga, y al final se vio obligado a cumplir una suspensión de seis partidos. La distracción del asunto también fue factor para un declive en la producción, y en el 2017 promedió 1 yarda completa menos por acarreo de lo que logró como novato el año previo.

A eso se le sumaron lesiones a lo largo de la línea ofensiva y un recambio importante en el personal defensivo, particularmente en la defensiva secundaria.

El propietario del club, Jerry Jones, ha proclamado que Elliott volverá su nivel habitual en el 2018, y toda la NFL sabe que el éxito de los Cowboys parte del éxito que puedan tener por tierra.

Aquí te presentamos las cinco interrogantes que deben responder los Cowboys en la campaña del 2018:

¿Podrá Dak Prescott hacer que el ataque aéreo funcione a su alrededor?

Con Elliott en el backfield la temporada pasada, Prescott no llegó a las 200 yardas por aire en cuatro de 10 partidos, pero Dallas obtuvo el triunfo en tres de esos duelos. Sin Elliott en el backfield, Prescott no llegó a las 200 yardas por aire en cuatro de seis partidos, tres de esos encuentros culminando en derrota, lo que muestra claramente la importancia del corredor para el ataque aéreo. Este año, el problema no será la falta de Elliott, sino el nivel de talento general que existe entre los receptores en el arsenal de Prescott.

El histórico ala cerrada Jason Witten se retiró, y Dez Bryant, por mucho el mejor receptor abierto de este equipo desde Michael Irvin, fue cortado. En su lugar quedan el agente libre recién firmado, Allen Hurns --desechado por los Jacksonville Jaguars tras dos campañas poco productivas y plagadas de lesiones--; el agente libre recién firmado Deonte Thompson, quien en siete temporadas profesionales nunca ha alcanzado 600 yardas por aire o tres touchdowns; el ex fiasco de primera ronda de draft de Los Angeles Rams, Tavon Austin, quien viene de una temporada de 13 recepciones; el novato de tercera ronda, Michael Gallup; y los veteranos Terrance Williams y Cole Beasley, de quienes probablemente ya conocemos su nivel más alto. Geoff Swaim, recluta de séptima ronda del 2015, pinta como el principal ala cerrada. A partir de esas piezas, Prescott necesitará conjurar un ataque aéreo que complemente el aporte terrestre de Elliott, pero todo indica que este reto será mayor para el quarterback de tercer año, que haber jugado la parte de la temporada pasada sin el corredor estelar.

¿Cuánto afectará a Elliott la falta de Witten y Bryant?

Mucho. En el arsenal a disposición de Prescott, no parece haber demasiadas alternativas que quiten el enfoque defensivo sobre el corredor de los Cowboys.

El problema no será solamente en situaciones tradicionales de juego terrestre, como primera oportunidad. Sin Witten o Bryant, Dallas seguramente pensará más en Elliott en situaciones por aire de tercera y corto, o tercera y gol, cuando antes la presencia de Witten y Bryant ayudaba mucho a aliviar la situación.

Si Allen --la apuesta más fuerte de Dallas para este año-- no muestra que al menos puede ser un receptor abierto N° 1 en algunos partidos, ya no digamos toda la campaña, le espera a Elliott una temporada de ocho defensores en la caja muy frustrante, incluso si cuenta con la mejor línea ofensiva de la liga.

¿Quién será el receptor abierto N° 1 para los Cowboys?

Por renombre, debe ser Allen. Es el único receptor abierto en el equipo que sabe lo que es una campaña de más de 1,000 yardas por aire y diez touchdowns, algo que consiguió en el 2015 para los Jags. El problema, claro está, es que han pasado dos temporadas y una enorme extensión contractual en Jacksonville desde entonces, y la producción no volvió a alcanzar esas cifras.

Sabemos que Beasley goza de la confianza total de Prescott, quizás más que cualquier otro de los receptores con los que ha jugado, pero él trabaja sobre todo desde la ranura y rara vez tiene la oportunidad desde allí de intentar estirar a la defensiva verticalmente. Ese es el papel que debe desempeñar Thompson, aunque de manera complementaria al trabajo que realice Hurns al otro extremo.

Finalmente, Gallup tiene gran potencial pero fue uno de los prospectos menos pulidos en ser reclutados en las primeras tres rondas de este draft, así que todo indica que habrá que tener paciencia con el producto de Colorado.

¿Pueden los Cowboys confiar en Sean Lee para una temporada completa?

No. En ocho años como profesional, Lee jamás ha jugado los 16 partidos de una campaña regular. Lee ha sufrido al menos tres conmociones como jugador de la NFL, y una rotura de ligamento anterior cruzado. El año pasado, batalló con problemas de tendón de la corva, y en años previos sufrió problemas de cuello, rodilla y pie, principalmente.

Aun así, Lee es el mejor jugador defensivo en Dallas, el líder de vestidor a ese lado del balón, y el jugador con más tiempo en la plantilla de los Cowboys.

Este año, será clave para los Cowboys contar con Lee en las instalaciones la mayor parte del tiempo posible, incluso si llega a sufrir una lesión, su rol como mentor para el linebacker de tercer año Jaylon Smith y para el novato de primera ronda, Leighton Vander Esch, será clave para el futuro defensivo de Dallas. Por si fuera poco, detrás de los titulares proyectados Lee, Smith y Vander Esch, las opciones no lucen demasiado alentadoras entre el grupo de apoyadores de Dallas, por lo que contar con él por la mayor cantidad de partidos posibles será fundamental para una defensiva que cuenta con varios jugadores jóvenes de buen potencial.

Por si fuera poco, sus cualidades como una voz dentro y fuera del campo serán todavía más importantes tras el retiro de Witten.

¿Sobrevivirá Jason Garrett a otra temporada sin playoffs?

A punto de iniciar su novena temporada como mandamás en el rancho, Garrett solamente ha podido meter a los Cowboys a los playoffs en dos ocasiones --cuando conquistó los títulos divisionales del 2014 y 2016--. Todavía más difícil de creer podría ser que, pese a ello, Garrett solamente ha sufrido una campaña perdedora, la del 2015.

Garrett retiene todavía algo de crédito a favor --junto con Sean Payton, antes de él-- por ayudar a desarrollar a Tony Romo desde un novato no reclutado de Eastern Illinois de la FCS, hasta convertirlo en un cuatro veces elegido al Pro Bowl que terminó su carrera como el pasador más prolífico en la historia de la franquicia. Esa es su carta más fuerte --que no la única-- para mantenerse al frente de un club con un quarterback joven como Prescott en los controles. Además, ha sido el responsable de campañas muy productivas de Witten, Bryant, DeMarco Murray y Elliott, en términos estadísticos, si bien su habilidad para administrar el juego no siempre es ideal.

Tradicionalmente, Garrett ha hecho apenas lo suficiente para salvar el empleo con tres campañas de 8-8 y una de 9-7, la del año pasado, y mostrando suficiente promesa para la temporada subsecuente. La confianza que le ha depositado Jones a su head coach es absoluta, y para mala fortuna de los seguidores del club, se necesitará más de una nueva temporada perdedora en Dallas para sentenciar a Garrett.

Pronóstico

Además de jugar en la misma división de los campeones reinantes del Super Bowl, los Philadelphia Eagles, Dallas enfrentará a cinco rivales que se metieron a la pasada postemporada, incluyendo tres cuadros de la disputada NFC Sur. Además, se espera una mejoría palpable en el 2018 de rivales como los New York Giants Detroit Lions, Tampa Bay Buccaneers y Houston Texans. Si los Cowboys encuentran un juego aéreo decente, el nivel del club podría estar allí cerca de esos oponentes --y peleando un boleto de comodín--, pero eso es una condicionante bastante severa y personalmente no tengo tanta confianza en las armas aéreas a disposición de Prescott. Los veo ganando menos partidos que el año pasado, quizás para terminar con una marca de 7-9 en una temporada de transición.