ES MEDIA TARDE, y Kyle Long lo tiene todo, sin nada qué hacer. Juega videojuegos hasta tarde por las noches, y se despierta cuando quiere. Fue a un viaje todo terreno hace poco en un desierto al sur de Las Vegas, despreocupado por cuestiones contractuales. Ha perdido 50 libras.
Retirarse de la NFL a la edad de 31, según Long, fue una gran decisión. Tiene toda su vida por delante.
"Me siento como un fénix levantándose de las cenizas", explicó. "No te das cuenta de lo malo que es el síndrome de Estocolmo hasta que sales del edifico y puedes hablar por ti mismo, sentir por ti mismo, y expresar emociones, y de hecho tienes una voz. Nada en contra de la NFL, es simplemente la naturaleza de ser un buen soldado.
"Ahora debo descifrar quién diablos es Kyle Long, y es tan emocionante como cualquier cosa que haya hecho antes".
Long anunció calladamente su retiro el 5 de enero, durante la semana de la Ronda de Comodines. Apenas hace siete años, era un recluta de primera ronda de los Chicago Bears. Su padre, miembro del Salón de la Fama del Fútbol Americano Profesional, Howie Long, jugó 13 temporadas en la NFL. Howie alguna vez dijo a su hijo que los linieros ofensivos, con técnica adecuada, podían jugar para siempre.
Pero "siempre" tiene una connotación diferente en la NFL de hoy. Los estelares Andrew Luck y Rob Gronkowski se retiraron en el año pasado, antes de sus cumpleaños N° 30. Nueve días después del anuncio de Long, el linebacker de los Carolina Panthers, Luke Kuechly, dejó al fútbol americano a la edad de 28.
Todos han sido víctimas de de lesiones graves y viven en un tiempo en el que los jugadores están mejor armados que nunca con información acerca de sus mentes y cuerpos. Tienen alternativas.
La generación de hoy sabe acerca de la encefalopatía traumática crónica, y ha observado a sus héroes de la niñez caminar rengueando en edades no tan avanzadas. Ayuda el hecho de que los jugadores arriba mencionados cuentan con decenas de millones de dólares para auxiliar en su transición.
Long, un guardia elegido al Pro Bowl en tres ocasiones, se pudo identificar con Luck cuando, en su conferencia de prensa de despedida en agosto pasado, habló sobre el agonizante ciclo de lesiones y rehabilitación. El cuerpo de Long ha soportado una cirugía en el cuello, una cirugía reconstructiva de tobillo, un labrum roto, una lesión de pie, y un dedo dislocado en múltiples puntos. Una lesión de cadera fue lo que le llevó a la lista de reservas lesionados en la pasada campaña, aunque jugó un partido entero con el problema antes de quedar marginado en octubre.
Long sabía que el final estaba cerca hace un año. Estaba sentado en la sala de linieros ofensivos, uno de sus lugares preferidos. Por años, Long fue un fanático de los videos de juego. Un apuntador láser señalaba sus bloqueos, y todos los demás sabían, sin palabras, que era el modo en que debía hacerse.
Luego, las lesiones comenzaron a apilarse, y un día Long miró la pantalla y vio a una persona diferente.
"Quieres bajar la mirada", admitió Long, "porque el tipo que observas en el video, utilizando tu número y personificándote con tu nombre, ya no es capaz de hacer las cosas que tú haces...
"Cuando esas dos cosas ya no emparejan, es cuando sabes que debes salir de allí de inmediato".
Así que aquí está, la vida después del fútbol americano, y Long está satisfecho. Compra su propio café por primera ocasión, y es liberador. Lo que no es tan liberador, descifrar cómo hacer sus impuestos.
Justo antes de que Long cuelga el teléfono --tiene todo el tiempo del mundo para hablar ahora, dice-- agrega una cosa.
"Se puede decir que estoy retirado, pero siempre puedo volver", dijo. "una cosa que sí se puede descartar es que yo juegue para alguien que no sean los Bears".
EN EL OTOÑO PASADO, los reporteros de la Nación NFL de ESPN buscaron sondar los pensamientos de los jugadores actuales acerca del retiro. En los años pasados, algunos d los mejores jugadores de la liga --Luck, Gronkowski, Calvin Johnson y Patrick Willis-- han dejado voluntariamente al fútbol americano, y seguramente eso debe decir algo sobre cómo los jugadores consideran ahora sus carreras de NFL. ¿No es así?
Ochenta y siete jugadores de la liga fueron entrevistados sobre temas desde el cuándo planean dejar el juego, cuánto será el dolor un factor en esa decisión, y cómo viven la vida después del fútbol americano desde el punto de vista financiero.
Primero, la buena noticia: todos los jugadores, excepto uno, dijeron que ahorraban para el retiro, probablemente una consecuencia del estímulo que existe allá afuera provocado por simposios para novatos y documentales como "Broke", de la serie 30 for 30. (Cuando se le informó de esto, sin embargo, Kyle Long dijo no creer que 86 de 87 jugadores estaban ahorrando. "Hay tres cosas de las que no se habla en los vestidores de la NFL: familia, religión y dinero").
Una mayoría de esos entrevistados dijeron no tener planes inmediatos para retirarse, y dijeron que preocupaciones por lesiones o salud serían la razón principal por dejar al fútbol americano antes de lo que anticipan.
Cuando se les preguntó qué nivel de dolor se requeriría para que dejaran el deporte, en una escala de 1 a 10, con el 10 siendo lo máximo, más del 20 por ciento de los jugadores respondieron 10 o más alto.
El safety de los New York Giants, Michael Thomas, dijo que se requeriría que "me sacaran arrastrando del campo", para retirarse. Un jugador anónimo en sus 20s respondió, "Cuando dejen de pagarme. El único modo en que me retiraría sería si sufriera una lesión severa a la cabeza, que afortunadamente nunca ha sucedido".
Pero si el nuevo acuerdo laboral es ratificado en las siguientes semanas, sumando un partido N° 17 a la temporada, es posible que más jugadores elijan la salud a largo plazo sobre el deporte. El esquinero de los San Francisco 49ers, Richard Sherman, estuvo entre aquellos en el comité ejecutivo de la NFLPA que votó en contra del convenio, pero pasó con una votación de 17-14 y será enviado al resto de los jugadores para su aprobación.
Sherman publicó en redes sociales, "La Salud y bienestar de nuestros hombres siempre será el aspecto más importante. No hay precio que se le pueda poner a eso, y por eso voté que no".
La charla en torno al retiro ya no es tabú en los vestidores de NFL. Tyrann Mathieu, quien experimentó una especie de renacimiento en su trayectoria cuando se unió a los Kansas City Chiefs en la temporada baja para después ganar un Super Bowl, dijo a Adam Teicher de ESPN que pensó en retirarse después de su segunda cirugía de rodilla cuando jugaba con los Arizona Cardinals. Mathieu tiene 27 años de edad.
"Sabía lo difícil que fue para mí regresar después de la primera vez", admitió Mathieu. "Así que he tenido esos pensamientos antes.
"Diría que un buen porcentaje de los chicos piensan en lo que sería su vida sin el fútbol americano. El deporte ofrece a las personas grandes recursos, estabilidad financiera, fama, todas esas cosas. Pero existe otro lado a ello. Puede hacer sentir a muchas personas miserables, especialmente cuando lidias con lesiones y cosas así. Es una espada de doble filo".
EN EL ÚLTIMO fin de semana de la temporada de la NFL, el experimentado agente Leigh Steinberg celebró una cumbre de salud antes de su fiesta anual de Super Bowl. Steinberg, la inspiración detrás del agente con crisis de conciencia de la película "Jerry Maguire", se sentó en un escenario junto a un estoico grupo de panelistas, mientras que los invitados a la fiesta se empezaban a filtrar, en el distrito de diseño de Miami.
Chris Borland tomó el micrófono. Hace cinco años, Borland se retiró después de su temporada de novato con los Niners, renunciando a la mayor parte de un contrato de 2.93 millones de dólares.
"Sufrió dos lesiones cerebrales, cuando tenía 14 y 16 años", dijo Borland. "Probablemente hubiera dejado de jugar deportes de contacto si hubiera nacido 10 años después, por esa segunda conmoción".
Unas horas más tarde, al otro lado de la MacArthur Causeway hacia South Beach, Frank Gore bajó las escaleras para prender al público en el club nocturno de Pitbull. El hecho de que Gore puede hacer cualquier cosa después de 15 temporadas como corredor de NFL es una hazaña. Corredor es la posición más físicamente demandante en el deporte --con la vida útil más corta-- y Gore viene de una campaña en la que llevó el ovoide 166 veces. A los 36 años de edad.
Gore dijo que desea jugar nuevamente la temporada entrante.
"Amo el juego de fútbol americano", dijo- "Mi cuerpo se sigue sintiendo bien. Sé que puedo seguir jugando, y quiero seguir jugando.
"Estaré bien. No dejó que los tipos me peguen fuerte. Estaré bien".
La NFL no cree que los retiros de Luck, Gronkowski y Kuechly representan alguna clase de tendencia. Cuando se le preguntó sobre el tema, Brian McCarthy, vicepresidente de comunicaciones de la NFL, reenvió un documento titulado "Player Longevity".
En él, se dice que durante el fin de semana de la patada de salida inicial del 2019, 500 jugadores contaban con al menos cinco años de experiencia, y 81 jugadores tenían al menos 10 años. (Hay 1,696 jugadores durante la temporada regular). Resalta las longevas carreras de los quarterbacks Tom Brady y Drew Brees, y del receptor abierto Larry Fitzgerald, y señala que el promedio de carrera de un jugador de NFL con al menos una temporada de experiencia es de 4.2 años, algo que prácticamente no ha cambiado desde el 2014 al 2018".
"Se trata de una decisión muy personal e individual basada en la carrera del jugador, su familia, sus vidas", escribió McCarthy en un correo electrónico. "Siempre somos respetuosos de la habilidad de los jugadores de tomar decisiones respecto a lo que es mejor para ellos, incluyendo por salud física y mental".
ALGUNOS DÍAS, CUANDO su rodilla truena o su cadera duele, Everson Walls piensa en Roy Green. Walls y Green saltaban por un ovoide en 1985, estirando sus jóvenes cuerpos hasta el límite. Walls, un back defensivo que comenzó su carrera en 1981, se quedó con la intercepción; Green, un receptor abierto, cayó sobre su tobillo. El dolor de esa lesión nunca desapareció, eventualmente viajando hasta su rodilla y cadera, y afectando el andar de Walls.
Walls jugó otros ocho años después de esa lesión, y hoy su cuello truena y siente adormecimiento en la punta de sus dedos. Walls, y caso todos los demás entrevistados para esta historia, conceden que el dolor es el precio por el juego que aman. Pero muchos de ellos no pudieron comprender el efecto duradero de ese dolor.
El Dr. Ilan Danan, neurólogo deportivo y especialista en manejo del dolor en el Cedars-Sinai Kerlan-Jobe Institute, señaló que el dolor crónico puede afectar la confianza, autoestima y habilidad de integrarse a las actividades familiares de un jugador retirado.
"Sin dudas, nos encontramos a pacientes que como resultado del dolor crónico que sufren, les cuesta trabaja entender cuál es la nueva norma", explicó Danan. "En muchas de estas instancias, se encuentran cayendo en una especie de depresión. Generalmente hablando, el humor y temas relacionados a la conducta, ansiedad, o combinación de ambos, ciertamente son algo que, si no se identifica o trata desde temprano, puede acabar con lo mejor e ellos y realmente imponerse.
"No solamente están enfocados en el dolor, pero son un caparazón de ellos mismos".
Walls, de 60 años de edad, se considera suertudo. Muchos de sus viejos amigos de NFL llevan vidas más difíciles.
Cuando jugó para los Giants, compartió cuarto con el safety de Pro Bowl, Dave Duerson. Se hicieron buenos amigos. Alrededor del 2011, Walls lo vio en el concierto de Super Bowl con su prometida, Antoinette Sykes. "Dios, ellos estaban tan felices", recordó Walls. Poco tiempo después, Duerson estaba muerto gracias a una herida de arma de fuego auto infligida en el pecho.
Cuando Walls escuchó de la muerte de Duerson, estaba tan sorprendido que pensó que su amigo debía haber sido asesinado. No vio pistas de peligro.
Duerson había dejado una nota pidiendo que su cerebro fuera enviado al banco de cerebros de la NFL. El Center for the Study of Traumatic Encephalopathy en la Boston University's School of Medicine confirmó que Duerson sufría de CTE, resultado de conmociones sufridas como jugador.
Pese a todo esto, Walls dice que de haber sabido entonces lo que sabe ahora, de todos modos hubiera jugado al fútbol americano.
"Seguiría jugando", dice. "Quisiera el conocimiento total para tomar la decisión por mí mismo. No era un tipo impresionantemente físico. Sabía cómo meterme allí y no ser golpeado en la cabeza la mayor parte del tiempo.
"Todo lo que sé, yo juego el deporte, se supone que me debe doler. Es un juego físico. Cuando empiezas a hablar de los efectos duraderos, es cuando empieza a dar miedo".
EL PADRE DE ANDREW LUCK tenía 26 años de edad cuando se retiró de la NFL. No fue un primer recluta global como su hijo, pero Oliver Luck cobró 250,000 dólares para ser el suplente de Warren Moon, buen dinero en 1986. Pero el mayor de los Luck asistía a la facultad de leyes mientras jugaba para los Houston Oilers, y deseaba seguir adelante. Tenía cosas más grandes por hacer.
A su conferencia de prensa de despedida asistieron tres o cuatro personas, y Luck recitó una stanza del poema de Robert Frost "Provide, Provide".
Todavía lo puede recitar hasta este día:
No memory of having starred
Atones for later disregard
Or keeps the end from being hard.
Andrew nunca conoció a su padre como jugador de fútbol americano. Lo conoció como director atlético de West Virginia, como gerente general del Frankfurt Galaxy, y ahora como comisionado de la XFL. Incluso, como si fuera por ósmosis, Oliver Luck enseñó a su hijo que existía mucha vida después del fútbol americano.
"Creo que es diferente para cada jugador", dijo Oliver Luck. "La mayoría de tipos juegan tanto como puedan hasta que los sacan por la puerta.
"Pero creo que hay tipos que se percatan de que existen otros 40 años de vida de trabajo por delante cuando tienes 25 o 30, y quieres comenzar con ello".
WES HORTON NO PLANEA volver. Se retiró el 4 de febrero, justo después de su cumpleaños N° 30.
Como Long, Horton fue parte de la camada de novatos del 2013. No fue reclutado, pero terminó jugando en 10 partidos e su primera temporada con los Panthers, y registró dos capturas. Tres años más tarde, estaba en el Super Bowl.
Un jugador no reclutado siempre está en la burbuja, así que Horton no tuvo la opción de sentarse cuando sentía dolor. Podía ser cortado.
Cuando tenía 28 años de edad, notó que su cuerpo tardaba más tiempo de recuperarse de lesiones. Conforme se hizo más viejo y las lesiones comenzaron a acumularse, según Horton, comenzó a sentirlo todo: el hombro, la ingle, el tendón de la corva, que estaba seguro habría sufrido un desgarro.
Poco después de la campaña del 2019, Horton estaba jugando un partido de baloncesto cuando sintió su tendón de la corva desgarrarse. No estaba interesado en rehabilitar otra lesión, y decidió que era tiempo de dejar al fútbol americano.
Una de las primeras llamadas que realizó fue a su alma mater, Notre Dame High School en Sherman Oaks, California. A Horton se le ofreció un empleo como asistente para el equipo de fútbol americano.
"No soy la clase de persona que se toma un tiempo", dijo Horton.
La vida de un jugador de fútbol americano está centrada en la rutina, y una de las cosas que el presidente de la NFLPA, Eric Winston, dice a jugadores que se retiran, es hallar algo que hacer que les dé una razón para levantarse por las mañanas.
Un recurso es el NFL Trust, que se estableció en el 2011 con el acuerdo laboral entre el gremio de jugadores y la NFL. Bahati VanPelt, director ejecutivo del fideicomiso, dice que uno de los objetivos del programa es ver a ex jugadores "haciendo las cosas necesarias para vivir una vida larga y productiva". El fideicomiso ofrece beneficios como becas educacionales, monitoreos de bienestar y membresías de gimnasios.
Con ayuda del Trust, Winston, regresó a la escuela para completar su maestría, y recibirá su título en mayo.
"Para mí opinar sobre cómo se hace la transición sería ridículo", dijo Winston, "porque todavía lo estoy descifrando".
Winston dice que no lleva números para dar seguimiento a las tendencias de retiro. Tampoco lo hace el NFL Trust. Pero Winston ha notado que los jugadores de hoy parecen más interesados en beneficios a largo plazo que beneficios a corto plazo.
"Escuchen, si es una tendencia, ¿es mala? No", dijo Winston. "No creo que sea cosa mala que un tipo decida, 'Ey, ¿saben qué? Tengo otras opciones y tengo algunas ideas de lo que quiero hacer, y por lo tanto, voy a hacer ello'.
"¿No es lo que siempre se ha dicho de los jugadores de NFL? ¿Que necesitan pensar en lo que viene, que no se puede jugar para siempre y todo eso? Ahora, repentinamente, los tipos hace eso y todo mundo dice, 'Oh, vaya, este será un gran problema'. No lo es. incluso si esa hipótesis es cierta, sigue estando bien, y el juego va a estar bien, también".