<
>

El tiempo de responder es ahora para Carson Wentz en Philadelphia

Ha llegado un momento crítico en la carrera del quarterback de los Philadelphia Eagles, Carson Wentz

Por buen aparte de la brillante estadía del quarterback Michael Vick con los Philadelphia Eagles, un área principal de enfoque fue la cantidad de golpes que recibía y cómo arreglarlo.

Durante su periodo principal como titular del 2010 al 2012, absorbió 323 golpes a lo largo de 35 encuentros (más de nueve por partido), la segunda mayor cantidad en la NFL solamente por detrás de Cam Newton (342). Ese castigo condujo a varias lesiones para Vick, incluyendo daño de cartílago y costilla cuando se tiró de clavado en la línea de gol frente a Washington en el 2010 y fue castigado por un par de defensivos. Vick reveló más tarde que, para ser un atleta tan dotado, no sabía cómo deslizarse. Eso no detuvo las peticiones, incluyendo una del entonces presidente Barack Obama, quien pidió a su compañero de equipo Nnamdi Asomugha durante un evento benéfico que: "Dile a Vick que se deslice".

La respuesta pública de Vick a esas peticiones osciló. Hizo una promesa a los aficionados antes de la campaña del 2012 que haría el esfuerzo consciente de protegerse, y luego rápidamente abandonó esa postura porque la sintió restrictiva y no natural. Al final, todo lo que salió de esa conversación fue un desperdicio de aliento. Vick era quien era. El modo en que estaba hecho como quarterback lo hizo al mismo tiempo tan grandioso como susceptible a las lesiones y ausencias, y el destino del equipo estaba atado a si la moneda caía de cabeza o de reverso.

Lo que nos lleva al actual quarterback titular de los Eagles, Carson Wentz, cuya actuación en una estresante derrota por 27-17 ante Washington el pasado domingo eleva la pregunta: ¿Es capaz de encontrar el balance que proveerá a la ofensiva de los Eagles con adaptabilidad y consistencia, o será su tiempo otra montaña rusa sin fin? El éxito de los Eagles en la temporada del 2020 parece dependiente de esa respuesta.

Como Vick, uno de los más grandes atributos de Wentz puede ser una debilidad cuando se aplica demasiado liberalmente. Wentz ama la jugada grande. Se queda allí y le brinda tiempo a una ruta de desarrollarse, como hizo en el pase de 55 yardas al novato Jalen Reagor a inicios del partido, y es excepcional para navegar la presión inicial y crear jugadas fuera del libreto con su brazo y con las piernas. El lado opuesto es que se mete --y al equipo-- en problemas al no siempre saber cuándo ceder.

Este receso de temporada se trató primordialmente de hacer más explosiva a la ofensiva y ajustarla a las preferencias de jugadas grandes de Wentz, y fue claro que los coaches y el quarterback estaban empecinados en iniciar a lo grande. Wentz promedió 12.26 yardas aire por intento el domingo, de acuerdo a ESPN Stats & Information, por mucho el número más alto en la liga para la Semana 1. (Kirk Cousins de los Minnesota Vikings fue segundo en 10.56). El 19 por ciento de los pases de Wentz viajaron campo abajo 20 yardas o más, segundo detrás solamente de Aaron Rodgers de los Green Bay Packers (20.5 por ciento).

Eso estuvo bien al principio, cuando la parchada línea ofensiva de los Eagles estaba aguantando y Philly se puso adelante por 17-0. Pero la estricta metodología probó ser desastrosa una vez que Washington elevó la presión, abrumando a un frente ofensivo que extrañaba a tres titulares. Wentz fue capturado ocho veces, el mayor total en su carrera, y el doble de veces de los siguientes más capturados --Deshaun Watson y Gardner Minshew II, cuatro cada uno-- en camino a dos intercepciones y una derrota ante lo que se supone es uno de los peores equipos de la liga. Sigue Aaron Donald y Los Angeles Rams (1-0), quienes vienen de un triunfo ante los muy inflados Dallas Cowboys (0-1).

El llamado de jugadas y la protección de pase fueron factor en cómo Wentz jugó, pero en múltiples ocasiones la responsabilidad por las jugadas negativas cayó sobre el quarterback.

"Esa es simplemente la mentalidad que tengo: siempre intento hacer la jugada y extender la jugada cuando hay algo que se pueda hacer"; dijo Wentz. "A veces lo logras, a veces no, a veces suceden cosas malas, a veces eres capturado. Tengo que deshacerme del ovoide cuando pueda, pero mi mentalidad en ese rubro no cambia dentro de un partido o en una semana. Pero simplemente debo hacerlo mejor y saber cuándo simplemente deshacerme del ovoide".

Wentz ha hablado de "la delgada línea" entre ser agresivo y descuidado por buena parte de sus cuatro temporadas y fracción en Philadelphia. Su mentalidad de ataque le ayudó a una temporada cercana a nivel Jugador Más Valioso en el 2017. También lo ha dejado vulnerable a lesiones y rachas de juego inconstante. Sus coaches le urgieron jugar dentro del sistema la temporada pasada, y dejar que los grandes momentos se desarrollaran orgánicamente.

Cuando se le preguntó si Wentz está escuchando los consejos sobre ser agresivo, pero mantener viva la jugada, el head coach de los Eagles, Doug Pederson, dijo que es algo en lo que trabaja con su quarterback.

"Seguimos hablándolo con él y hablando de esos temas. Es parte del juego de fútbol americano. Simplemente seguimos hablando que está bien deshacerse del ovoide. Está bien lanzar el balón al suelo en un pase pantalla o cosas de esa naturaleza", dijo Pederson.

Wentz entró esta temporada sintiéndose confiado de que estaba más cerca a ese estado, gracias en parte a los coaches y quarterbacks de los que ha aprendido a lo largo de los años, incluyendo a Josh McCown y Nick Foles.

"Llegué como novato, y estaba lanzando por todas partes, demasiadas intercepciones y forzando el ovoide y siempre queriendo la jugada grande y recorrer el campo, y luego a través de los años entender que hay un tiempo y momento para ambas cosas", dijo Wentz a ESPN este mes.

"Esa es la cosa más importante, simplemente entender el juego desde una perspectiva diferente, una perspectiva nueva, no siempre deseando la jugada grande o siempre tratando de disparar el ovoide campo abajo y simplemente entendiendo cómo ganar partidos".

Lo comprendió por buena parte de la racha de cuatro victorias para cerrar la temporada regular del 2019, conduciendo a una ofensiva diezmada a la postemporada en el proceso. Y es posible que recalibre y entonces sí despegue ante los Rams, en casa.

Wentz necesita mostrar dominio de ese balance pronto, no solamente para efectos de la temporada, sino porque se trata del quinto año para Wentz, y en algún punto, eres quien eres.