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Algunos cambios resultan positivos pero otros no lo son tanto en la NFL

Tras dos triunfos inmediatos, ¿el entrenador en jefe interino Dan Campbell perdió el toque en Miami? Getty Images

El cambio, y no me refiero al dinero que te devuelven cuando pagas con un billete mayor que el costo de la mercancía, es difícil para muchos. La Real Academia de la Lengua Española tiene varias definiciones. La primera dice: “Dejar una cosa o situación para tomar otra”. Nos acostumbramos a una rutina y no la queremos dejar. A veces el cambio no sólo es necesario, es indispensable. Como dice el dicho, es bueno “hacer borrón y cuenta nueva”. El cambio ha dado buenos resultados en la NFL esta temporada. La pregunta es si los buenos resultados serán a largo plazo.

El cambio tiene que ser significativo. En la NFL, estoy hablando de cambiar al entrenador en jefe o a un coordinador, posiciones que tienen impacto total en un plantel.

El primer equipo en tomar una decisión drástica fue Miami al despedir a Joe Philbin después de la debacle que tuvieron en Londres ante los Jets. Con Dan Campbell al frente de los Delfines procedieron a ganar sus próximos dos partidos. Se hablaba que Campbell podría pasar de entrenador en jefe interino a permanente. De pronto llegó la cruda realidad al tener tres partidos como visitante empezando con los Patriotas de Nueva Inglaterra. Después de dos derrotas consecutivas contra los Pats y Bills, ahora las huestes de Campbell enfrentarán a Filadelfia.

Esta semana Tennessee sorprendió al mundo de la NFL al despedir a Ken Whisenhunt como entrenador en jefe y nombrar a Mike Mularkey como su sucesor. Procedieron a derrotar a los Santos de Nueva Orleans en un partido en el que Marcus Mariota lanzó cuatro pases de touchdown y no fue capturado. Había lanzado sólo cuatro desde la Semana 1 en la que también lanzó cuatro. Había sufrido 17 capturas desde la jornada inicial. Como dicen, le vino bien el cambio. Su próximo rival, Carolina, servirá como indicador de qué tan productivo puede ser el nuevo sistema de Mularkey.

Otro cambio importante se dio en Indianápolis. Chuck Pagano despidió a Pep Hamilton, su coordinador ofensivo después del desempeño mediocre de Andrew Luck esta temporada. Este cambio va más allá de lo que sucede en el emparrillado. Es del dominio común que Pagano y su gerente general Ryan Grigson están en una disputa sin dar ni pedir cuartel por el control del equipo. De acuerdo a fuentes allegadas al equipo, Grigson ha pedido la destitución de Pagano en más de una ocasión, en particular después del partido contra Nueva Orleans. Pagano respondió, asumo que con la venia de Jim Irsay, despidiendo a Hamilton. Fue decisión importante ya que fue Grigson, no Pagano, quien contrató a Hamilton para que tomara el puesto vacado por Bruce Arians.

La respuesta fue inmediata. Los Potros pasaron de ser el equipo que más pases lanzaba en la NFL, el 65 por ciento de sus jugadas, a enfrentar a la mejor defensiva de la NFL con un ataque balanceado. Contra Denver tuvieron 40 acarreos y 36 pases. Cabe mencionar que seis de esos acarreos fueron escapadas de Luck. De cualquier manera, desde que Hamilton había sido coordinador ofensivo la ofensiva había promediado menos de 26 acarreos por partido. El resultado fue el mejor partido de Luck esta temporada en el cual lanzó dos pases de touchdown sin entregas de balón. Vimos al Andrew Luck capaz de manejar efectivamente a una ofensiva en contra de un rival de excelente nivel. Rob Chudzinski, el nuevo coordinador, tiene experiencia en esta posición con Carolina y antes en Cleveland en donde también fue entrenador en jefe. Tan eficiente fue la ofensiva de 'Chud' que Denver permitió el mayor número de puntos y yardas esta temporada, y el mejor índice de pasador a un oponente. Frank Gore, tuvo 28 acarreos, su mayor número desde 2011. Lo estaban administrando, pero en tiempos de crisis hay que tomar medidas drásticas, y darle el balón a Gore arrojó resultados positivos. De haber perdido Indy ante Denver hubiera sido probable que despidieran a Pagano dada la semana de descanso que tendrán. Por lo pronto se compró un mínimo de dos semanas hasta el partido contra Atlanta, y ahora hay optimismo. ¿Volverán los Potros a ser el equipo que muchos dieron como favorito para llegar al Super Bowl?

En Denver sucede lo contrario. Es sólo una derrota pero ya cunde el pánico. Entre algunos encabezados vemos que “La defensiva fue expuesta” en otros, “Los primeros siete partidos fueron chiripa”. Siempre me divierte ver como exageran tanto “expertos” como aficionados a un SOLO partido. Asumo que, dadas las reacciones, las expectativas eran que los Broncos terminaran invictos. En la NFL es difícil jugar al nivel más alto semana tras semana. Es probable que Denver tengo tres o cuatro derrotas más, lo que aún representaría el título de su división y un puesto en playoffs, lo que se consideraría como una temporada exitosa.

La realidad en Denver es que el problema que les costó el Super Bowl contra Seattle sigue vigente. Perdieron ese partido porque su línea ofensiva fue abrumada. Este año está sucediendo lo mismo. Al igual que en 2013, Ryan Clady quedó fuera por toda la temporada y no han encontrado un substituto adecuado. Parecía que el novato Ty Sambrailo empezaba a jugar mejor, pero también quedó fuera de acción. Contra Indy Ryan Harris, quien llegó como refuerzo para ser tackle derecho y tuvo que tomar el lugar de Sambrailo, salió del partido y fue substituido por Tyler Polumbus, un jugador que ha sido descartado por tres equipos incluyendo el mismo Denver en 2010.

No coincido con aquellos que dicen que Peyton Manning es la razón de los problemas de Denver. Obviamente no es el mismo quarterback de hace cinco años, pero sigue estando entre los cinco mejores de la NFL. Me pregunto cuál sería el desempeño de Tom Brady en las mismas condiciones en las que está Manning. ¿Mejoraría el desempeño de Denver si Andy Dalton fuera su mariscal de campo, o Carson Palmer? Sin una línea ofensiva de buen nivel, los Broncos no protegen a Manning y no pueden establecer el ataque terrestre. Contra Indy los Broncos no pudieron correr frente a una defensiva que había sido la N° 28 en contra del juego terrestre y Manning fue presionado por una unidad que tenía sólo 12 capturas esta temporada. Peyton fue capturado una sola vez, pero recibió presión directa en nueve ocasiones. En ambas intercepciones fue golpeado al momento de pasar cuando Indy presionó con sólo cuatro jugadores. El fútbol americano es un deporte complementario. Esto significa que la ofensiva apoya a la defensiva y viceversa. Si una unidad pasa por mal momento la otra, por talentosa que sea, sufre las consecuencias.

Hablando de la defensiva de Denver, fue vergonzosa la reacción de Aqib Talib al picarle los ojos a Dwayne Allen. Fue suspendido por un partido y le salió barato. Esta es una agresión que no es menos severa que la que tuvo Albert Haynesworth contra Andre Gurode de Dallas, o Ndamukong Suh contra Evan Dietrich-Smith de Green Bay. A Haynesworth lo suspendieron cinco partidos y a Suh dos. Allen pudo perder un ojo fácilmente como resultado de la agresión.

Finalmente, no descarto a Dallas a pesar de su marca de 2-6. Han estado cerca de ganar los tres partidos que ha iniciado Matt Cassel. Es imprescindible que rompan la racha perdedora frente a Tampa Bay. Tony Romo regresa una semana después. Es difícil prever cuál será su nivel. En 2010, sufrió una lesión similar en la Semana 7 y no regresó el resto de la temporada. Si Romo recupera su nivel, Dallas podría convertirse en el mejor equipo de la NFC. Lo podrían probar en la Semana 12 contra Carolina.