BARCELONA -- El Barcelona, a falta de una semana para acabar la temporada oficial y apenas nueve días antes de que comience la nueva pretemporada, sigue atascado con la operación salida. Ni un solo jugador, ninguno, de los descartes de la primera plantilla ha abandonado el club y, lo más preocupante, no se aventuran soluciones a corto plazo.
Si nada cambia radicalmente en los próximos días, Xavi Hernández comenzará a trabajar el 4 de julio en la Ciudad Deportiva con un primer grupo de futbolistas citados (a la espera del regreso de los internacionales) entre los que seguirán aquellos a los que el entrenador comunicó hace más de un mes que no entraban en sus planes.
Neto, Umtiti, Lenglet, Riqui Puig, Braithwaite y Mingueza saben de primera mano su situación, pero solamente el útimo de ellos ha dado señales de aceptar su marcha y ha trabajado en encontrar una salida. Del resto no hay noticias o las que hay (Neto y Braithwaite) son descorazonadoras atendiendo a su intención de permanecer en el club aferrados a sus contratos.
Incluso hay otro caso para preocuparse: Miralem Pjanic, que regresa de su cesión al Besiktas dispuesto a cumplir los dos años que le restan de contrato. Estos siete jugadores deben sumarse a Iñaki Peña, Collado, Trincao y Rey Manaj, quienes también vuelven tras una temporada cedidos y solo los dos primeros jugadores tienen opciones de permanecer en el Barça, mientras se busca igualmente salida al resto como a Wagué, lesionado de larga duración y que sigue, sin ficha ni destino, recuperándose.
Y, claro, falta por conocer la resolución de Osumane Dembélé, quien acaba contrato, del que no hay noticias oficialmente y que no se sabe nada a ciencia cierta.
De esta manera y sin relacionar ni al díscolo delantero francés ni a los 'fichajes' que se entienden concretados de Kessié y Christensen ni, por supuesto, a los demás objetivos de mercado, el Barcelona se presentaría a 1 de julio con una posible plantilla de 28 futbolistas. El oberbooking se entiende inmediatamente.
Porteros: Ter Stegen, Neto, Iñaki Peña.
Defensas: Dest, Jordi Alba, Araújo, Piqué, Èric García, Mingueza, Lenglet, Umtiti, Wagué.
Centrocampistas: Busquets, De Jong, Pedri, Gavi, Nico, Sergi Roberto, Riqui Puig, Pjanic.
Delanteros: Memphis, Ferran Torres, Aubameyang, Ansu Fati, Braithwaite, Collado, Trincao, Rey Manaj.
A día de hoy solamente se han marchado los cedidos Adama Traoré y Luuk de Jong, además de Dani Alves, a quien no se renovó.
Así las cosas, a una semana de comenzar oficialmente el nuevo curso el Barcelona se encuentra con una plantilla tan numerosa que encontraría, hoy por hoy, problemas para inscribir a nuevos jugadores. Y la dificultad va más allá de cuestiones de fairplay. Dándose por hechos los fichajes de Franck Kessié o Andreas Christensen y trabajándose tanto en la incorporación estelar de Robert Lewandoski o las de César Azpilicueta, Jules Koundé y un lateral zurdo que haga competencia a Jordi Alba, el inconveniente deportivo, y legal, estriba en que sobrepasaría las 25 fichas permitidas.
No se puede entrar si antes no se sale. Tan simple, y problemático, como eso. Y llegado a este punto en las oficinas del Camp Nou hace días que empieza a especularse con, directamente, rescindir algún contrato como hace un año hizo con Matheus Fernandes.
Al portero brasileño, que cumplirá 33 años en las próximas semanas, le resta una temporada de contrato y si en tiempos pasados estuvo dispuesto a negociar su salida, ahora se aferra a ese contrato que le asegura casi seis millones de euros de salario para irse, libre, en 2023. Al acabar la temporada, tras conversar con Xavi, su representante le buscó algún destino en la Premier League o la Serie A, pero no encontro ningún club dispuesto a acercarse a su sueldo en el Barça, por más que su papel sea casi invisible.
En la situación actual, el club azulgrana trabaja en pactar una rescisión con su representante, que solo aceptará si lo que le ofrezca el Barça es suficiente, sumado a lo que le pueda pagar otro equipo interesado. El disgusto del club es evidente y no descarta una rescisión unilateral, con los problemas legales que esto podría suponer.
Como en el caso de Neto, el delantero danés se aferra a lo firmado en su día y que le permite seguir en el Barça hasta 2024 para negarse a negociar no ya un traspaso de mínimos sino, ni tan solo, estudiar una rescisión de contrato. A pesar de saber que Xavi no le quiere, él no cede en su intención de quedarse a sabiendas de que no jugará y en el club ha comenzado a barajarse, también, la posibilidad de rescinidirle unilateralmente su contrato.
Fichado en enero de 2020 para cubrir la baja por lesión de Luis Suárez, pocas semanas después de desestimar la incorporación de Erling Haaland, el paso de Braithwaite por el Barça ha sido un fiasco absoluto que amenaza con enquistarse.
A pesar de su invisibilidad en las últimas campañas (este curso apenas si ha jugado un partido) a mediados de enero, y para inscribir a Ferran Torres, el Barça le renovó a la baja hasta 2026. Se cerró esa prolongación acordando con el jugador una posible cesión durante el mercado de invierno y apenas una semana después se fracturó un dedo del pie, abortándose su salida.
Ahora, con cuatro temporadas de contrato por delante y un salario próximo a los seis millones de euros por curso, se avanza en su salida y de acuerdo a lo publicado por el diario L'Equipe está cercano a concretar un acuerdo de cesión con algún club de su país o de la Serie A. Igualmente desde el Girona se admitió estudiar la opción de su incorporación, aunque habrá que ver en qué condiciones económicas.
Decepcionado por la falta de confianza que mostró Xavi en él, Lenglet se muestra dispuesto a encontrar una solución, pero, también, poniendo por delante un contrato que renovó en su momento hasta 2026 y que le asegura unos 20 millones de salario.
Entendiéndose complicado encontrar una solución para que acepte rescindir en condiciones mínimamente favorables al club, el Barça está abierto a una cesión por la que se ha interesado el Tottenham aunque el punto de fricción, de entrada, es, claro, la repartición de su sueldo atendiendo a que el club inglés es reticente a pagarlo en su totalidad.
Otro que está en la rampa de salida y del que, hoy por hoy, no se contempla una solución inmediata. El entrenador ya le dejó claro que no entra en sus planes y aunque en las últimas semanas se especuló con un posible interés del recién ascendido Girona, Riqui no ha dado señales de vida, a la espera, se supone, de encontrar un proyecto más ambicioso.
Considerado en su día uno de los canteranos llamados a formar parte de la columna vertebral del Barça, su protagonismo, que nunca fue excelso, se fue apagando en los últimos tiempos. El club le renovó el contrato en enero de 2021 a pesar de que ya no contaba para Koeman. Y su situación no mejoró, para nada, con la presencia de Xavi en el banquillo.
De todos los señalados por el entrenador ha sido el único dispuesto a encontrar una salida rápida durante el verano, aunque el inconveniente, de momento, estriba en que el Barcelona querría obtener un beneficio con su traspaso, lo que frena el interés de los clubs que se han postulado, el Valencia entre ellos, como posibles destinos.