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Youssef Msakni, el capitán de Túnez que quiere revancha en Qatar 2022

A los 31 años, Youssef Msakni ve al Mundial de Qatar como un cruce de caminos en su vida. Allí confluyen buena parte de las alegrías y de las tristezas de su experiencia profesional y, también, personal. El capitán de la Selección de Túnez, radicado en Doha hace 10 años, encara esta Copa del Mundo como una oportunidad ideal para salvar cuentas pendientes. Para redimir su carrera ante sus compatriotas en el suelo que considera su segundo hogar.

Hace 4 años, Msakni jugaba en su mente con la idea de disputar su 1er Mundial cuando una inoportuna lesión de rodilla le arrebató sus sueños. “Es muy duro perder la oportunidad de vestir los colores de tu país cuando estás a pocas semanas del principal evento deportivo del mundo", admite. "Esto podría afectar gravemente a cualquier jugador sin fuerza de carácter pero, gracias a Dios, acepté la situación y me dije que lo conseguiría la próxima vez”, agrega.

Esa próxima vez es esta: Qatar 2022. Las vueltas de la vida quisieron que esa nueva chance sea en el lugar en el que Youssef llevaba viviendo desde hace una década. “Llegué aquí en 2013, tres años después de que el país ganara los derechos para albergar el Mundial”, relata. Esa decisión marcó su carrera.

Tenía 21 años cuando era el goleador y la figura del fútbol tunecino, lo consideraban la mayor promesa del país. Los grandes clubes de Francia, PSG, Monaco y Lille, y alguno de Inglaterra, como Arsenal o el United, se interesaban en él. Pero Msakni tenía otros planes. Unos 23 millones de dinares (11,5 millones de euros de entonces) cambiaron de manos y Youssef se fue con su talento a la rica e intrascendente liga qatarí, a Al Duhail FC para ser más precisos, como el jugador más caro de la historia de África.

En Túnez, muchos consideran que irse a jugar a Qatar, en lugar de dar el salto a Europa, fue un gran error. “Youssef tiene un talento inmenso. Es rápido, tiene muy buen regate y pase, es muy bueno técnica y tácticamente. Pudo tener una gran carrera en Europa, en un equipo grande. Hoy, ya es tarde”, sentencia Nabil Maaloul, su DT, en el poderoso Espérance y en la Selección tunecina.

Msakni, creían muchos, se comportó como un típico tunecino talentoso que sucumbía ante el dinero fácil. “Youssef encontró calidad de vida en Qatar. Gana títulos y mucho dinero. Tomó una decisión que debe ser respetada pero me hubiera gustado verlo en Europa”, lo justifica Maaloul. En Qatar, tiene un contrato de 120 mil euros mensuales algo difícil de igualar incluso en las ligas europeas.

Además, la competencia es mucho menos exigente. Eso piensa Maher Kanzari, entrenador de Msakni cuando era juvenil. “Los tunecinos somos partisanos de esforzarnos lo menos posible. En los países del Golfo con menos esfuerzo se gana dinero y se juega seguro. Esa es la mentalidad de aquí. Lo noto en los jugadores. Esa falta de ambición no contribuye al desarrollo del fútbol tunecino", lamenta.

Más allá del dinero y la ética de trabajo, hay otro motivo que pudo influir en la decisión de Msakni. “Quizás ir a Europa hubiera representado un problema familiar o religioso. No es muy difícil adaptarse a Qatar. Msakni encontró ahí su sustento y se sintió cómodo”, analiza Ahmed Adala, periodista tunecino.

En aquel lejano 2012, Msakni explicó que eligió ese destino porque los qataríes lo habían deseado más que el resto y admitió que veía a la liga local como “un buen trampolín” antes de dar el salto a Europa. El tiempo pasó, Youssef se asentó en Doha y las ofertas europeas fueron menguando. Recién en 2019, gracias a la mediación de la Fundación Aspire, que accedió a prestarlo al Eupen belga, Msakni se dio el gusto de jugar unos partidos, apenas 7, en el Viejo Continente.

Después de cumplir el pendiente europeo, Msakni se concentró en el objetivo actual, estar con Túnez en la Copa del Mundo que vio construirse desde las ventanas de su casa qatarí. "Cuando empezamos a jugar en estadios que albergarán los partidos del Mundial me motivé aún más para liderar a mi Selección y clasificarla”, le contó con alegría protocolar a un medio local.

Pese a las críticas por su carrera, su liderazgo y compromiso con Túnez nunca estuvo en duda. “Tiene personalidad y es un buen líder. Siempre es apreciado por sus compañeros”, afirma Kanzari. “Cuando ves todo lo que hace en la cancha, la diferencia que saca y como levanta a sus jugadores la única palabra que lo describe es esa: líder. Podíamos notar cuando se acercaba un partido de Selección. Veíamos un cambio en él”, relata Lofti Madjer, hijo de la leyenda argelina Rabah Madjer y compañero de Youssef en Qatar.

Lo que Msakni le dio a los tunecinos vuelve en forma de expectativa. “Esperamos mucho de él. Ojalá asuma la responsabilidad y esté a la altura. Igual, Msakni ya hizo mucho por la Selección”, sostiene Kanzari, su antiguo DT. Youssef lleva 12 años en las Águilas de Cartago. Debutó en 2010, ganó el Campeonato Africano de Naciones de 2011 y fue subcampeón en la Copa Árabe 2021. Está entre los 10 tunecinos con más partidos (86 juegos) y entre los 10 más goleadores (17 tantos). Fue figura camino a Rusia 2018 y el gran capitán rumbo al Mundial 2022. Msakni es historia y presente para Túnez. El futuro está por escribirse y será donde él eligió vivir, en Qatar.

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