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Los emblemas históricos de la Herencia Hispana en la MLS

Los emblemas en el nacimiento de Estados Unidos fueron los primeros emigrantes europeos, los emblemas en la génesis de la Liga de Futbol profesional de este país, la Major League Soccer, fueron los emigrantes latinoamericanos. La herencia hispana del fútbol ha sido el motor de esa evolución, en el deporte que mejor refleja el espíritu colectivo para alcanzar las grandes conquistas.

Veintidós años después de su nacimiento, son más de ciento diez latinos descendientes de hispanos que se distribuyen entre los 23 equipos de la MLS y mantienen la tendencia de seguir creciendo en las próximas temporadas.

Los latinos no solo son alrededor del 20% del total de profesionales de la Liga, también son el mayor valor del mercado. Precisamente este año lo ratifica, con la transferencia del argentino Ezequiel Barco, quien pasó de Independiente de Argentina al Atlante United en 15 millones de dólares, la trasferencia más cara en la historia de la Liga.

El caso de Barco es un emblema del presente. A sus escasos 19 años, el rioplatense es uno de los cincuenta latinos menores de 23 años que integran la liga en el 2018. Ese dato es una faceta elocuente del rumbo hacia el que sigue evolucionando la MLS en su primer nivel de profesionalismo y el valor futuro de la representación latina.

En sus comienzos, sin embargo, todo era muy diferente. La Liga se nutría de figuras ya consagradas, con mucha trayectoria detrás y en algunos casos ya en el tramo final de sus carreras, algo que necesariamente, en la perspectiva histórica, tiene muchas lecturas.

¿Le hizo bien a la evolución nutrir sus cuadros de figuras al inicio de un supuesto declive? ¿Hizo ello demorar la proyección internacional del futbol estadounidense?

Es difícil dar una respuesta contundente, no obstante, si tomamos en cuenta que la historia del futbol mundial se acerca al siglo y medio de evolución constante, que la MLS haya logrado tanto en tan poco tiempo (22 años) parece darle la razón a esa estrategia.

El fútbol estadounidense ha demostrado ser coherente con sus plazos, sus dirigentes han sido disciplinados y hábiles para administrar ese crecimiento, tanto en lo deportivo, como en lo financiero y fundamentalmente en lo social y promocional. Basta ver los desastres administrativos que se ha incurrido fuera de USA en la organización de grandes eventos, para entender que la paciencia y metodología norteamericana son un ejemplo de acertada administración.

La MLS inició su camino en 1996 utilizando estadios de fútbol americano adaptados en cada juego de soccer. Recién el 15 de mayo de 1999 el Columbus Crew inauguró su Mapfre Stadium, con capacidad para veinte mil aficionados y fue el primero, exclusivamente para practicar fútbol, que oficialmente construía una de las franquicias de la Liga.

En la presente temporada, con la inauguración del estadio Banc of California de Los Angeles FC para 22 mil espectadores y a un costo de 350 millones de dólares, la MLS completa un total de diecisiete estadios de futbol. Si observamos el lamentable estado y la falta de uso, por ejemplo, de los gigantescos estadios construidos o reconstruidos para los mundiales de Sudáfrica (2010) y Brasil (2014), el manejo del crecimiento de la MLS demuestra visión, acierto y mucha coherencia administrativa.

EEUU, precisamente, venía de ser la sede de un Mundial de Fútbol (1994) y la creación de una Liga Profesional, había sido una de las imposiciones de la FIFA para otorgar esa sede. El inicio de la MLS como tal, en consecuencia, era todo un desafío que dependía de muchos aciertos iniciales, además de los ya descriptos, la elección del tipo de figuras del balompié mundial llamadas a inaugurar esa aventura en los pocos equipos que arrancaron el sueño americano.

Fueron diez franquicias, divididas en dos conferencias.

Conferencia del Este: Columbus Crew, D.C. United, New England Revolution, NY/NJ MetroStars.

Conferencia Oeste: Colorado Rapids, Dallas Burn, Kansas City Wiz, Los Angeles Galaxy y San Jose Clash.

De ellos, el DC United fue su primer súper equipo ganando tres de sus primeras cuatro temporadas (1996,97 y 99). Para que así fuera, la herencia hispana hizo su gran contribución a través de dos figuras trascendentales.

LOS BOLIVIANOS DEL DC UNITED

Los bolivianos Marco Etcheverry y Jaime Moreno, en cierta forma fueron una excepción, ya que llegaron al DC United en 1996, en pleno apogeo de sus carreras.

El primero con 25 años, procedente del Colo Colo de Chile, y el segundo, de apenas 22, del Middlesbrough de Inglaterra.

Con un total record de 191 partidos disputados con la casaquilla del DC, “El Diablo” Etcheverry aganó tres campeonatos, fue nombrado el mejor jugador en 1998, anotó 34 goles y sumó otro record en asistencias: 101. Es considerado uno de los mejores jugadores en la historia de la MLS.

Moreno no se queda atrás y es reconocido como una de las primeras super estrellas del futbol estadounidense.

El artillero boliviano es el segundo jugador con mejor número de asistencias en la historia de la liga, por varios años fue su máximo goleador y junto al primer ‘Novato del Año” de la MLS, el estadounidense Steve Ralston, ha sido uno de los dos únicos jugadores en disputar las 15 primeras temporadas de la liga.

EL INICIO DE LA LEGIÓN ARGENTINA

En la temporada 2018, Argentina es el país con la mayor legión de profesionales en la MLS, sumando un total de 22 jugadores. Si bien un jugador por equipo deba considerase un promedio contundente, la relación histórica del fútbol argentino tiene un capítulo de oro al inicio de la Liga y dos jugadores pueden ser considerados fieles emblemas de esa asociación.

El primero Diego Soñora, por ser el gran pionero y el segundo Guillermo Barros Schelotto, por todo lo que significó su paso triunfal por la MLS. Soñora inauguró la Liga en 1996, procedente de Boca Juniors y en cuatro temporadas, donde defendió a FC Dallas, Metro Stars, Washington DC y Tampa Bay Mutiny, ganó dos títulos.

De los primeros recuerdos de Soñora, quizás, el más importante fue la manera en que se preparaban los partidos. “Era una liga de promoción y cuando llegamos no se concentraba. Nos convocaban a todos los futbolistas en un restaurant y de ahí salíamos a la cancha. Nos citaban una hora antes para firmar autógrafos con 42 grados de calor. ¡Una cosa de locos! No era normal pero bueno, era lo que salió y después fue creciendo de a poquito. Creció, creció...”, confesó Soñora en un reportaje que le realizó el diario LA NACION de Argentina.

Once años después de Soñora, quien llegó a la MLS para hacer historia en cuatro temporadas, fue el mellizo Guillermo Barros Schelotto. El actual entrenador de Boca Juniors, al final de su carrera como futbolista en 2007 y con 34 años de edad, se incorporó al Columbus Crew. Allí fue su capitán, disputó 118 partidos, anotó 38 goles y fue su figura emblema, ayudando el equipo a obtener cinco títulos entre ellos la MLS Cup de 2008, año en que fue elegido como Jugador Más Valioso en la temporada.

EL TRÍO HISTÓRICO MEXICANO

Dentro de la Herencia Hispana, la contribución mexicana ha tenido varias etapas y facetas para la evolución histórica de la MLS. El amor del emigrante azteca por el fútbol debería la mayor, algo que en su momento inspiró la creación efímera de “un clon” de una filial del Guadalajara: Chivas USA, entre 2005 y 2014. Sin embargo, las grandes figuras del balompié mexicano que han pasado por equipos de la MLS son el mayor componente activo de esa relación.

De ese escenario, en la memoria de la fanaticada azteca, tres nombres emergen con mayor protagonismo en el arranque de la Liga: Jorge Campos, Cuauhtémoc Blanco y Hugo Sánchez.

El portero Campos, tuvo el privilegio de ser el primero. Disputó las primeras dos primeras temporadas con el Galaxy y la tercera con el Chicago Fire, con quien fue campeón en 1998 rompiendo la hegemonía del DC United. De esa época restaron muchas historias del pintoresco guardameta, aunque la más insólita fue que le pidió un Ferrari a la MLS para fichar con el Galaxy y ¡le aceptaron la exigencia!

También en el arranque de la Liga, en 1996, se produjo un episodio histórico para toda la afición mexicana a los dos lados de la frontera, la llegada de Hugo Sánchez al Dallas Burn (FC Dallas en el presente). Tenía 37 años, estaba en el final de su gran carrera y solo disputó esa temporada inicial. Pero alcanzó para disfrutar de sus últimos destellos, jugó 25 partidos, convirtió seis goles y fue suya - como no podía ser de otra manera, la primera chilena en la historia del club de Dallas.

La restante figura mexicana, fue Blanco y al igual que Guillermo Barros Schelotto, no integra la primera camada y como el argentino llegó a la MLS en 2007, para defender al Chicago Fire, donde permaneció hasta 2009 donde anotó 23 goles en 95 partidos.

OTRAS HUELLAS, OTROS NOMBRES

Los inicios de la MLS, tuvieron embajadores de toda América Latina, algunos dejaron una huella mayor que otros, pero en general su contribución al crecimiento de la Liga debe ser considerado de un valor fundamental.

URUGUAY.- Entre esos embajadores, imposible no citar a los primeros uruguayos de la MLS, Adrián Paz y Tab Ramos. El primero defendió en la temporada inaugural al Columbus Crew y en 1997 pasó al Colorado Rapids donde permaneció durante dos temporadas. En sus tres años en la Liga convirtió 12 goles y sumó 34 asistencias.

Ramos, por su parte, es un auténtico hijo de la herencia hispana. Llegó como emigrante a USA con 11 años, vivió la etapa previa a la liga, luego fue uno de sus fundadores siendo el histórico primer fichaje oficial de la MLS, jugando por el MetroStars de Nueva York por ocho temporadas y defendió a la selección estadounidense en los mundiales de 1990, 94 y 98. Es miembro del Salón de la Fama del fútbol de EEUU desde 2005.

CENTROAMERICA.- La legión centroamericana, por su parte, ha sido nutrida en la historia de la MLS. Hoy Costa Rica es el segundo país con más profesionales en la Liga por detrás de Argentina.

Y si bien el histórico goleador guatemalteco Carlos “Pescadito” Ruiz, que defendió a LA Galaxy, Toronto, Philadelphia, DC United y FC Dallas en dos etapas es considerado como la máxima figura, fueron dos salvadoreños los que abrieron el camino en 1996: Raúl Díaz Arce y Mauricio Cienfuegos.

El primero defendió al campeón DC United en 1996 y luego fue un trotamundos de la Liga, vistiendo las camisetas de NE Revolution, San José Clash, Tampa Bay Mutiny y Colorado Rapids, entre otros.

El segundo, Cienfuegos, fue un temible delantero que defendió al Galaxy de Los Angeles entre 1996 y 2003, disputando 241 partidos y anotando 42 goles.

COLOMBIA: De esos adelantados del 96, es deber citar a la gran figura histórica del fútbol colombiano en la MLS: Carlos Valderrama. “El Pibe” llegó a la nueva liga profesional para defender al Tampa Bay Mutiny por cinco temporadas, luego lo hizo con el Miami Fusion y cerró su carrera con las últimas dos temporadas en el Colorado Rapids.

Valderrama disputó 117 partidos, anotó 17 goles, ganó con Tampa la Conferencia del Este en 1996 y fue considerado el “Jugador Más Valioso” de la temporada inaugural de la MLS.

RESTO DE LATINO AMERICA. Excepto Perú y Paraguay , todos los países estuvieron representados en esa primera temporada oficial de la MLS en 1996.

El primer chileno fue Victor Mella, procedente del Colo Colo, que defendió ese año al San José Clash para ser transferido luego al New England Revolution.

El primer paraguayo de la historia en la MLS fue Jerry Laterza, que llegó en 1997 a la MLS y por esa única temporada defendió a Los Ángeles Galaxy, equipo donde también militó el primer ecuatoriano, Eduardo Hurtado, entre 1996 y 1998.

En el caso de Venezuela se dio un caso especial. Giovani Savarese ya era parte del fútbol estadounidense donde inició su carrera unos años antes de que se formara la Liga Profesional. En la misma debutó en 1996 defendiendo a los MetroStars de Nueva York.

Perú, finalmente, tampoco tuvo representantes en el inicio de la MLS y la historia anota la llegada del primer profesional incaico en 1998. Fue el atacante Waldir Sáenz que defendió sin mucha trascendencia a Los Ángeles Galaxy.