NEW ORLEANS -- Para decirlo sin rodeos, Drew Brees estuvo a punto de tirar por la borda la temporada de los New Orleans Saints en la Semana 5.
Sus dos intercepciones en el segundo y tercer cuarto de la victoria en tiempo extra, 37-31, sobre los Tampa Bay Buccaneers fueron resultado de una horrible toma de decisiones, así de simple. Estaba siendo golpeado al momento de lanzar, y trató de forzar pases que no valía la pena arriesgar. La segunda fue devuelta 33 yardas para touchdown y provocó una escena extraña en la que el entrenador en jefe Sean Payton regañó a Brees en las laterales.
"En primer lugar, no debió haber sucedido", admitió Brees, quien sumó su tercera intercepción en una jugada de tercera y largo al final del tiempo regular que sintió que valía el riesgo. "Las primeras dos sin duda no debieron ocurrir, a pesar de que en la segunda me golpearon el brazo. Hay que conocer la situación, saber cuándo y dónde tomar riesgos. Eso les dio 14 puntos. Eso cambió el momento del partido en un punto en el que pensé que teníamos el control del juego".
Pero seamos honestos. Ese tipo de jugadas siempre han sido parte del repertorio de Brees, que se deriva de su cualidad de sentir siempre que puede hacer que algo suceda de la nada.
Y por cierto, Brees terminó ayudando a los Saints (2-3) a hacer algo de la nada ya que se recuperaron de una desventaja 31-20 en el último cuarto.
Los Saints dependieron en gran medida de sus corredores en la recta final, tanto por tierra como recibiendo pases. Y Brees terminó fuerte en general, acumulando 371 yardas y completando 35 de 57 pases con dos touchdowns y tres intercepciones.
"Creo que lo más importante es la manera en la que respondimos", expresó Brees. "Para mí, voy a mantenerme agresivo. Voy a seguir siendo positivo y sé que las oportunidades van a llegar.
Brees no hay sido el mayor problema de los Saints esta temporada. Por mucho.
De hecho, estuvo sólido en los primeros cuatro partidos, a pesar de un puñado de oportunidades desperdiciadas en el inicio 1-3 de New Orleans. Lideró a la NFL en porcentaje de pases completos entre titulares de tiempo completo. Y entiendo por qué Brees pareció desconcertado a principios de esta semana cuando se le preguntó sobre las preocupaciones que su fuerza de brazo ha decaído.
Sin embargo no se puede negar que Brees tuvo problemas para lanzar el balón campo abajo el domingo, cuando lanzó pases profundos.
De acuerdo a ESPN Stats & Information, Brees ha completado apenas siete de 18 pases que han viajado 20 yardas o más en el aire esta temporada, con un touchdown y ahora una intercepción. Completó dos de seis envíos el domingo, incluyendo la intercepción tardía en donde el balón se quedó corto cuando iba en dirección al receptor Robert Meachem.
No estoy listo todavía para convencerme con la teoría de la fuerza de brazo. No fue un problema cuando analicé los videos de las primeras cuatro semanas. Pero sin duda algo está faltando, ya sea que la cobertura esté frustrando a Brees o simplemente está oxidado por no tener suficientes de esos envíos para entrar en ritmo.
"Creo que algunas de las jugadas que están acostumbrados a ver, las hemos intentado, pero la cobertura no nos ha permitido hacerlas", sentenció Brees. "Diría que hay algunas rutas en las que puedo hacer un mejor trabajo lanzando. Y creo que eso hay que practicarlo y tener esa sensación de nuevo. Sin embargo no hemos intentado muchos de esos pases, y parte de la culpa es mía.
"Uno quiere plantear la amenaza a las defensivas rivales, que piensen 'Estos tipos pueden pasar sobre nosotros. Pueden superarte con el ataque aéreo. Pueden correr el balón. Pueden hacer muchas cosas para las que tenemos que estar listos'. Así que ese elemento de los balones profundos tiene que volver".
Si los Saints quieren salir del hoyo en el que se encuentran, no pueden sólo esperar que Drew Brees luzca como Drew Brees esta temporada.
Necesitan que encuentre una cabina telefónica durante la semana de descanso. Necesitan a Superman.