Los Angelinos de Los Ángeles se han posesionado del Viejo Oeste, en la Liga Americana, luego de completar una rebelión en contra de los Astros de Houston durante la última fecha del calendario, previa al Juego de Estrellas, al asumir el liderato del sector, con medio juego de diferencia, sobre la divisa de la Ciudad Espacial, gracias a su cosecha de temporada de 48-40, y jugando pelota de .545.
La tropa que comanda el veterano timonel Mike Scioscia, quien se encuentra al frente de la nave de don Arte Moreno, por 16ta campaña, parece ir encontrando la regularidad, justo en el momento decisivo, luego de un inicio de temporada que no ha sido tan brillante para los campeones defensores de la división, una de las más competidas del circuito.
En parte, porque uno de los pilares de su rotación de abridores, el derecho Jered Weaver, no ha podido alzar el vuelo en todo lo que va del año y terminó la primera mitad de la temporada en la lista de lesionados, con una marca de 4-8, y efectividad de 4.75, en sus 15 presentaciones monticulares, a pesar de lograr un promedio de poco más de 6 episodios de trabajo en cada una de sus salidas.
A cambio de ello, los Angelinos han contado con un rejuvenecido C.J. Wilson, quien cerró la primera mitad de la campaña con una marca de 7-7, efectividad de 3.83, en los 18 juegos iniciados por el zurdo lanzador surcaliforniano, quien junto a Héctor Santiago, encabeza a los miembros de la rotación con un total de 98 bateadores ponchados.
Pero, principalmente, los aureolados recuperaron de la enfermería al derecho Garrett Richards, quien sufrió la ruptura de un tendón en su rodilla izquierda en agosto de 2014, cortando de tajo una temporada en >a que lucía como un contendiente al premio Cy Young.
Pero luego de una larga y complicada rehabilitación, el nativo de Riverside, California, ha regresado para mostrar una gran efectividad y se ha convertido en el eje de la rotación de abridores para los del Condado de Orange, apareciendo en 16 juegos, en los que ha cincelado una marca de 9-6, con una efectividad de 3.53.
Asimismo, el zurdo boricua Héctor Santiago se ha destacado por su hermetismo a la hora de permitir anotaciones a la oposición, para consolidarse como uno de los abridores de confianza para Scioscia.
Santiago fue llamado para integrarse a la plantilla de lanzadores de la Liga Americana, convertido en el tercer abanderado de la organización con sede en Anaheim, junto al jardinero central Mike Trout y el estelar inicialista dominicano Albert Pujols, durante el Clásico de Verano celebrado en Cincinnati, Ohio.
Santiago está igualado con Wilson en el número de juegos iniciados en la campaña: 18, es el segundo abridor en innings lanzados, con un total de 108 y un tercio, en los que solo ha permitido a los bates de la oposición un promedio de .213.
El serpentinero de 27 años de edad, originario de Newark, Nueva Jersey, de sangre puertorriqueña, se ha manifestado como un lanzador tacaño a la hora de conceder anotaciones, ya que la oposición solo le ha pisado la registradora en 30 oportunidades en lo que va de la campaña y encabeza a la rotación de los Angels en ese rubro, lo que le ha significado el aparecer hasta el momento con una efectividad de 2.33, mientras que luce marca de 6-4.
El bullpen está debidamente resguardado, con los apagafuegos de media distancia, como el mexicano Fernando Salas y el venezolano José Álvarez, entre otros, mientras que para cerrar la puerta, están Joe Smith, quien ha tomado parte en 38 encuentros en la temporada y el taponero Huston Street, que recibió un voto de confianza por parte de la organización del Condado de Orange, con una extensión en su contrato hasta la campaña de 2017.
El taponero texano suma, hasta la cita de las estrellas, que tuvo lugar en el Great American Ball Park, casa de los Rojos de Cincinnati, un total de 24 rescates, en 27 oportunidades, durante los 35 juegos en los que ha tenido llamado para salir a detener a la oposición y ya se encuentra a uno de alcanzar la cabalística cifra de 300 salvados en su trayectoria de grandes ligas.
En cuanto a producción de carreras, los Angels por fín disfrutan de un Albert Pujols que luce como en sus mejores días, cuando jugaba para los Cardenales de San Luis, en su cuarto año como miembro de los Angelinos.
El estelar primera base, quien ha superado algunos inconvenientes físicos, ciertas dolencias que lo aquejaron a principios de la temporada, ha sido tratado con buen juicio por parte de su timonel, quien ha dosificado las cargas de trabajo del veterano pelotero, y lo ha venido alternando en la custodia del primer cojín con algunos otros juegos en que Albert aparece como bateador designado.
Con ello, la ofensiva del equipo ha contado con un Pujols que cerró la primera mitad del calendario de grandes ligas, encendido, colocándose a la cabeza el circuito con sus bambinazos, un departamento en el que compite, codo con codo, con su compañero de equipo, el jardinero central Mike Trout.
Pujols ha expulsado 26 pelotas del parque y ha remolcado 56 anotaciones en 85 juegos. Números muy parecidos a los de Trout, quien también acumula 26 batazos de vuelta entera, con 55 acarreos, en 88 apariciones en el terreno de juego.
Además de su bateo, el jóven guardabosques, quien intervino en su cuarto Juego de Estrellas al hilo, ofrece un espectáculo aparte, con su enorme despliegue defensivo en el patrullaje de su pradera, cortando todo tipo de batazos a la oposición.
Otros elementos que también han aportado al arsenal de Los Angeles son el guardabosques derecho Kole Calhoun, lo mismo que el antesalista David Freese.
Por su parte, el nuevo segunda base, Johnny Giavotella, ha logrado que, poco a poco, los seguidores del equipo se olviden de Howie Kendrick.
Para la segunda mitad del año beisbolero, en la que los de Anaheim buscarán incrementar la mínima ventaja que ahora tienen sobre los Astros, para asegurar su presencia la postemporada, van a necesitar a un Erick Aybar que recupere su solvencia en la caja de bateo.
También requieren de una regularidad que no tuvieron en la primera mitad de la campaña, donde, por momentos, el bateo ponía a salvo a sus lanzadores, cuando los serpentineros flaqueban y viceversa.
Porque hubo también algunos tramos en que los bateadores perdieron el rumbo, y fue el pitcheo el que dio la cara por el equipo.
Al mismo tiempo, se espera que Scioscia encuentre la tranquilidad para conducir a la nave aureolada a puerto seguro, una vez que ha quedado fuera de la organización, el ex gerente Jerry Dipoto, quien permanentemente le estaba colocando piedras en el camino.