KANSAS CITY -- El mariscal de campo de los Kansas City Chiefs, Alex Smith, debe estarse sintiendo bastante bien sobre sus posibilidades en sus negociaciones para un nuevo contrato. Viene de su mejor campaña en nueve años como profesional, una que terminó con un viaje al Pro Bowl. Acaba de conducir a los Chiefs a los playoffs solamente un año después de que produjeran la peor marca de la liga. Más que nada, su propio equipo está dando a su agente, Tom Condon, muchas cartas valiosas para jugar en el proceso. En un mundo donde la palanca lo significa todo, a Smith le sobra en el proceso de determinar su futuro con los Chiefs.
Aunque todavía falta un largo camino hasta septiembre, Kansas City ha hecho poco para mejorar su mediocre juego aéreo. El draft pasó sin que el equipo seleccionara a un receptor abierto; el agente libre Emmanuel Sanders decidió firmar con los Denver Broncos en lugar de ir a Kansas City; y el versátil corredor Dexter McCluster emigró a los Tennessee Titans cuando comenzó la agencia libre. La adición que genera mayor optimismo a la ofensiva de los Chiefs en los últimos meses: la llegada del veloz corredor de Oregon, De'Anthony Thomas, recluta de cuarta ronda del equipo en el draft de este año como probable sucesor de McCluster. Más allá de eso, Smith estará contando con un elenco de reparto que se parece mucho al que careció de grandes jugadas en la posición de receptor abierto en el 2013.
A menos que los Chiefs encuentren a otro receptor abierto consistente entre el día de hoy y el inicio de la temporada regular, dependerán mucho de las jugadas que pueda realizar Smith. Aún con el corredor de Pro Bowl, Jamaal Charles, todavía en su mejor momento, siguen siendo expectativas muy altas para un mariscal de campo a quien nadie va a confundir con Tom Brady. Todo lo que han hecho los Chiefs en esta temporada baja indican que están depositando más fe en Smith que cuando pagaron dos selecciones de segunda ronda a los San Francisco 49ers la temporada baja pasada para adquirirlo. Eso también significa que Condon debe estar realizando algunas demandas importantes a los Chiefs mientras la franquicia determina cómo mantener el momento que evolucionó desde la aparición en la postemporada pasada.
Eso no significa que Smith necesita ser recompensado con un sueldo de entre 18 y 20 millones de dólares, que es lo que reciben los mariscales de campo de élite. Lo que sí merece es un aumento sustancial por arriba de los 7.5 millones que tiene programado cobrar este otoño.
Al menos, parece muy claro que el salario de Smith debe ser por el doble de esa cantidad cuando sea finalizado su nuevo acuerdo. Sería una compensación justa por el modo en que estabilizó a la ofensiva de Kansas City la temporada pasada --impuso marcas personales tirando para 3,313 yardas y 23 touchdowns contra solamente siete intercepciones-- y daría a los Chiefs una mejor oportunidad para mejorar otras facetas de su plantilla.
Es difícil ver a Smith tratando de conseguir un sueldo de los más altos en la liga, dado que ha estado suficiente tiempo en la NFL para ver el riesgo en ello. La razón principal por la que Smith ha encontrado éxito en su carrera tras cinco años de sufrimientos en San Francisco es que finalmente terminó jugando con mejor talento a su alrededor. Ayudó a los 49ers alcanzar los playoffs en el 2011 porque el entrenador en jefe Jim Harbaugh arribó y la defensiva se hizo dominante. La temporada pasada, disfrutó un éxito similar al contar con el entrenador en jefe Andy Reid en su esquina junto a Charles y una defensiva que aplastó a los rivales durante nueve jornadas antes de colapsarse.
La mayor fortaleza de Smith siempre ha sido un deseo de jugar dentro de sus propios límites. No quiere matar a su propio equipo con una mentalidad de pistolero. Aun así, es difícil argumentar en contra de la mejoría ofensiva de los Chiefs en la segunda mitad de la temporada pasada no tuvo mucho que ver con su habilidad para elevar su juego al siguiente nivel. Los Chiefs promediaron 36.3 puntos en los últimos seis encuentros que inició Smith en el 2013 --no jugó el cierre de temporada ante los San Diego Chargers-- y repentinamente todas esas interrogantes acerca de su habilidad para hacer jugadas empezaron a desvanecerse.
Ahora parece que los Chiefs se sienten cómodos con la creencia de que Smith puede iniciar la siguiente temporada con un poder ofensivo similar. Dado el modo en que el equipo se ha ocupado del elenco de Smith, no puede haber otra conclusión. Todavía cuentan con el consistente velocista Donnie Avery como receptor abierto, y aunque han surgido rumores del crecimiento de A.J. Jenkins, un ex recluta de primera ronda de los 49ers, sigue por verse si puede ser un confiable receptor de NFL. La posición de ala cerrada es igual de cuestionable, contando los Chiefs con un veterano decente en Anthony Fasano y a un joven poco probado en Travis Kelce, jugador de segundo año que se perdiera toda su temporada de novato por lesión.
Los receptores de los Chiefs fueron tan poco espectaculares la temporada pasada que su mejor talento en la posición, Dwayne Bowe, atrapó solamente 57 pases (apenas unos meses después de haber firmado un acuerdo por 56 millones de dólares). Y es todavía más improbable que esos números mejoren a menos que el resto del elenco muestre un progreso notable. Eso deja a Smith en la misma posición en la que estaba el año pasado, tratando de ganar aprovechando al máximo planes inteligentes de juego y limitando entregas de balón. Eso como su a los Chiefs les gustara la idea de que su mariscal de campo se vea obligado a hacer milagros, en específico cuando se trata del juego aéreo.
Pueden apostar a que todos esos temas serán discutidos cuando Condon charle con el gerente general de los Chiefs, John Dorsey, respecto a su nuevo contrato. Pero Dorsey podría responder mencionando al recluta de quinta vuelta del club, Aaron Murray, un mariscal de campo que muchos pensaron sería elegido más arriba en el draft, como pasador del futuro del equipo para el caso de que Smith emigre. Los Chiefs entienden que Smith no quiere entrar a la temporada sin un nuevo convenio asegurado, porque siempre existe el riesgo de que pueda sufrir una lesión. Por el otro lado, Smith sabe que si disfruta otro año sólido y se mantiene sano, el mercado abierto puede ser muy generoso con un pasador que apenas llega a los 30 y está en el mejor nivel de su carrera.
Si Smith es inteligente --y es uno de los más brillantes-- verá que ya ha cobrado suficiente dinero a lo largo de su carrera sin necesidad de empujar por un contrato que comprometa a su equipo actual. Seguramente no desea ponerse en la misma situación que Joe Flacco con los Baltimore Ravens, quien tuvo una temporada complicada luego de acordar un contrato de 120.6 millones de dólares apenas a meses de haber ganado el Super Bowl. En lugar de eso, todo lo que Smith debe hacer es dejar que Condon proponga su caso en los siguientes meses. Dado el modo en que los Chiefs han manejado las cosas, sus argumentos sólo se fortalecerán conforme se aproxime la temporada.