El rugby australiano está viviendo momentos de controversia por estas horas debido a que seis de las ocho uniones estatales que forman parte de Rugby Australia le pidieron la renuncia al Chairman de la institución, Hamish McLennan, al estar en desacuerdo con sus ideas y no creer en su liderazgo.
Entre las uniones más reconocidas que pidieron su renuncia figuran Queensland Rugby Union, ACT Rugby and RugbyWA, South Australia y Tasmania and the Northern Territory y las mismas además solicitaron una reunión general extraordinaria a la junta directiva para destituir a McLennan en caso de que se niegue a hacerlo. Las críticas que recaen sobre el ejecutivo de Rugby Australia comenzaron cuando los Wallabies quedaron afuera del Mundial en la fase de grupos, bajo la dirección técnica de Eddie Jones, y a partir de ese momento fueron creciendo en forma constante.
“No creemos que el señor McLennan haya estado actuando en base a los mejores intereses de nuestro juego. Ya no tenemos fe ni confianza en su liderazgo, ni tampoco en la dirección que está llevando al rugby australiano”, asegura la carta de las uniones que representan a todos los estados australianos excepto Nueva Gales del Sur y Victoria.
Uno de los principales factores de conflicto y disgusto radica en que McLennan fue el promotor de despedir a Dave Rennie en enero y contratar a Eddie Jones como el nuevo head coach de los Wallabies. Jones seleccionó un equipo con poca experiencia para competir en la RWC 2023 y los pobres resultados en ese certamen ahora recayeron sobre el directivo, que parece muy complicado para continuar en su cargo.